Modelos
Mientras en no s¨¦ en qu¨¦ lugar suced¨ªa el pase de modas de la pasarela Cibeles, donde unas escu¨¢lidas perchas de carne daban caderazos ante un corro de cacat¨²as, tuve la suerte de ser invitado a otro desfile mucho m¨¢s fascinante. Era la entrega de diplomas de excelencia a unos alumnos del instituto Ramiro de Maeztu, que hab¨ªan terminado el bachillerato internacional. El sal¨®n, repleto de j¨®venes de 17 a?os, formaba en gran parte un espl¨¦ndido paisaje femenino. En la alta tarima, profesores de media edad compon¨ªan la mesa presidencial. Antes de que empezara el acto la revoluci¨®n de hormonas establec¨ªa una enorme algarab¨ªa cuyo sonido era semejante al que produce una cascada. La fuente de la eterna juventud no es aquel mito que el conquistador Ponce de Le¨®n buscaba en Florida. Ese manantial brota en las aulas de las escuelas, colegios e institutos donde las aguas de los cuerpos juveniles se renuevan constantemente, pero permanecen siempre igual de limpias y puras, mientras los profesores cada curso est¨¢n condenados a cumplir un a?o m¨¢s. En el sal¨®n del Ramiro, a medida que una profesora iba llamando por su nombre a los alumnos, se disparaba un gran aplauso acompa?ado con gritos de aliento. El alumno, ¨¦l o ella, ten¨ªa que cruzar el pasillo central, subir los cinco pelda?os de la tarima, recibir el abrazo, la insignia y el diploma de manos de los profesores. Este ejercicio corporal era m¨¢s que suficiente para que uno se diera cuenta que aquellos cuerpos tan el¨¢sticos conten¨ªan hoy toda la seducci¨®n de la modernidad. Estos j¨®venes hab¨ªan realizado un esfuerzo extraordinario, hab¨ªan estudiado ocho horas diarias, ten¨ªan las puertas abiertas en las universidades extranjeras. Mientras observaba la gracia de este pase de modelos trat¨¦ de imaginar qu¨¦ pensaban estos j¨®venes de los pol¨ªticos, a qu¨¦ partido iban a votar, cual era su sue?o irrenunciable. Hace 25 a?os su ideolog¨ªa se hallaba en poder de los socialistas. Por el impulso de las becas, el hijo de un alba?il pudo estudiar f¨ªsica cu¨¢ntica en Munich, pero esta excelencia le ha sido arrebatada y se halla cada d¨ªa m¨¢s en poder de una derecha que parece emitir este mensaje: nuestros j¨®venes a Oxford y a Harvard; la izquierda que se quede con el botell¨®n.
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