"Tengo suerte de volver a Espa?a en un momento de crisis econ¨®mica"
H¨¦ctor Abad Faciolince prometi¨® hace casi un decenio que no volver¨ªa a Espa?a. Lo hizo tras firmar un manifiesto con otros escritores y artistas colombianos en protesta por la exigencia de visado a sus compatriotas para entrar en este pa¨ªs. Rompi¨® su promesa el mes pasado al participar en las Conversaciones de Formentor y ahora est¨¢ a punto de culminar esa traves¨ªa como "exiliado espa?ol" con su regreso a la capital. Entre otras razones, por una fundamental: "Que mis hijos italianos decidieran que la Italia de Berlusconi era irrespirable y prefer¨ªan irse a vivir a Espa?a".
D¨ªas antes de su llegada a Madrid para participar en el Festival VivAm¨¦rica, organizado por Casa de Am¨¦rica, donde hoy tiene previsto participar en el acto inaugural y ma?ana disertar¨¢ sobre ficciones, Faciolince (Medell¨ªn, 1958) mantiene con EL PA?S una conversaci¨®n internauta desde Colombia. Escribiendo sus respuestas es como m¨¢s c¨®modo se siente ante una entrevista el autor, entre otros libros, de Traiciones de la memoria (Alfaguara), El amanecer de un marido (Seix Barral) o El olvido que seremos (Seix Barral), estremecedor relato que reconstruye la historia de su padre asesinado a tiros por los paramilitares colombianos en 1987.
"En estos a?os de ausencia la nostalgia me ha unido a Espa?a"
"Solo tengo un deseo: que la violencia no vuelva a tocar a la puerta de mi casa"
Dispuesto a dialogar sobre puentes abiertos y cerrados entre Espa?a y Latinoam¨¦rica, el escritor comienza valorando la sublevaci¨®n policial en Ecuador, que pudo costarle la vida hace unos d¨ªas al presidente, Rafael Correa: "En un r¨ªo revuelto se colaron algunos pescadores oportunistas. Pero no creo que hubiera un plan bien orquestado para dar un golpe. Esto no fue Tejero, no creo. Claro que el azar tambi¨¦n da golpes".
Pregunta. Reconfort¨® observar la reacci¨®n internacional en defensa del orden constitucional en Ecuador, pero tambi¨¦n hubo quienes aprovecharon el caos para recalcar la inestabilidad de ciertas democracias de Latinoam¨¦rica.
Respuesta. Comparado con los a?os setenta u ochenta del siglo pasado, la estabilidad y la alternancia en el poder son muy significativas. Acaba de haber votaciones en Chile, Colombia y Venezuela. Sin balas, Chile ha pasado de izquierda a derecha; Colombia, de extrema derecha a cierta moderaci¨®n; Venezuela, de una Asamblea sin oposici¨®n a una Asamblea menos monol¨ªtica. Brasil encara unas elecciones libres. ?Se acuerdan de Videla, Pinochet, Somoza, los hombres fuertes de Panam¨¢, la Junta brasile?a? Pedimos demasiado; la historia es lenta. No estamos peor que hace 30 a?os.
P. En Espa?a tambi¨¦n olvidamos a veces c¨®mo ¨¦ramos hace 30 a?os. ?Qu¨¦ espera encontrar aqu¨ª tras 10 a?os de ausencia?
R. Tengo la suerte de volver en un momento de crisis econ¨®mica. Hace unos a?os ciertos espa?oles, m¨¢s papistas que el Papa, m¨¢s europeos que Thatcher y Merkel y Sarkozy juntos, ten¨ªan cierta actitud arrogante de nuevos ricos y nos trataban a los sudacas como a los parientes pobres. La rueda de la econom¨ªa es como la rueda de la fortuna de un cuadro de El Bosco. Ahora vuelvo sintiendo que perd¨ª una batalla perdida antes de comenzarla: que no nos pusieran una visa de entrada a los colombianos. Pero tambi¨¦n conseguimos algo: despu¨¦s de nosotros no le han vuelto a imponer el visado a ning¨²n otro pa¨ªs suramericano, que yo sepa.
P. ?Ha perdonado aquella arrogancia de los espa?oles m¨¢s papistas que el Papa?
R. En estos 10 a?os de ausencia me ha pasado lo que les pasaba a los exiliados de la Guerra Civil: la nostalgia me ha unido m¨¢s a Espa?a.
P. Y cuando mira a su pa¨ªs, ?qu¨¦ es lo que ve?
R. Tengo un hijo italiano que es dulce y brillante. Le robo la idea sobre mi pa¨ªs: "Colombia es un work in progress". Hay que pulir y arreglar muchas cosas, pero es algo que se puede trabajar.
P. A ese cambio pueden contribuir textos reveladores como El olvido que seremos. O al menos, a entender la realidad de un pa¨ªs para quienes tienen la posibilidad de arreglar lo que no funciona. El amor que deja patente hacia su padre en ese libro es otro aspecto interesant¨ªsimo. El padre, asunto trascendental en la historia de la literatura... ?Y el tema del hijo?
R. En el libro que estoy escribiendo, sobre un padre que quiere ser padre (quiero decir: sobre un cura que quiere tener hijos), y sobre un hombre que abandona a su esposa y a sus hijos, abordo ese problema. Pero no de un modo testimonial o autobiogr¨¢fico, como en El olvido, sino a trav¨¦s de la ficci¨®n. Pero una ficci¨®n te?ida de vivencia, tambi¨¦n.
P. ?Sobre qu¨¦ no escribir¨ªa nunca?
R. Solo tengo un deseo: que la violencia no vuelva a tocar a la puerta de mi casa. Nunca ser¨ªa capaz de volver a escribir sobre lo padecido.
P. Pero la violencia, el horror, lo terrible son un alimento tan suculento para la ficci¨®n...
R. La violencia, el horror, lo terrible son un tema, sin duda. Pero como tema, es un combate: un combate para que eso no vuelva a ocurrir en la realidad.
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