El vicio de interpretar la vida
Cuando le¨ª a Vargas Llosa por primera vez no sab¨ªa nada de las cartograf¨ªas ni de las estructuras de poder. O al menos, no sab¨ªa que sab¨ªa. Ten¨ªa 14 a?os y La ciudad y los perros era uno de los primeros libros, si no el primer libro, de adultos que ten¨ªa en mis manos. Tanto me convulsion¨® esa lectura y tanto placer me produjo, que tras ¨¦l le¨ª de manera continuada, adictiva, Pantale¨®n y las visitadoras, La casa verde, La t¨ªa Julia y el escribidor o Conversaci¨®n en La Catedral. De la mano de Don Mario me fui incorporando a un mundo que me estaba prometido, pero al que nadie realmente pod¨ªa acompa?arme desde fuera, porque solo se accede desde dentro: el de la juventud y el de la literatura, dos aspectos de la vida tan cercanos. Hoy me preguntan los periodistas si lo que m¨¢s valoro de la literatura de nuestro nuevo Nobel es el uso de la memoria hist¨®rica, su an¨¢lisis pol¨ªtico. S¨¦ que es m¨¢s juicioso decir que s¨ª, m¨¢xime estando en esta posici¨®n ministerial, pero no es esa la verdad. Lo que m¨¢s me gusta de Don Mario es el lenguaje. Su sensual, prodigioso, lujoso uso del lenguaje que, lo recuerdo como si fuera ayer, me embriagaba en las largas tardes tras la jornada escolar dedicadas, como un vicio, a leerle. El lenguaje. Y los mundos. Y los personajes. Y las tramas meticulosamente construidas. Y la atenci¨®n que, como autor, aquella voz que cuenta me presta. No est¨¢ escrito que todos los creadores quieran desaparecer tras su obra. Son muchos los que tienen a gala exhibir sus plumas como parte del regalo que hacen a sus seguidores. Vargas Llosa no es de esos. Es, como lo fue en su primera novela que tanto me sacudi¨®, ante todo narrador y su primer compromiso, aparte de consigo mismo, es con sus lectores, no con su prestigio, ni con su vanidad, ni con su trayectoria. La tarea tit¨¢nica de construir cada una de sus novelas y darles forma se ha visto muchas veces ya recompensada. Es acad¨¦mico, tiene el Cervantes, el Pr¨ªncipe de Asturias, ha sido candidato a presidente de su pa¨ªs natal... pero hoy somos miles, somos millones los lectores que nos sentimos, junto con ¨¦l, premiados. Ten¨ªamos raz¨®n, todos estos a?os ten¨ªamos raz¨®n. Nos lo ha confirmado la Academia sueca. Y lo mejor de todo. En menos de un mes, novela nueva, m¨¢s material para alimentar el vicio.
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