"Todav¨ªa somos una colonia"

Kenneth McClintock, el secretario de Estado de Puerto Rico, es contundente: "La mayor¨ªa de los puertorrique?os creemos que a¨²n somos un territorio no incorporado, l¨¦ase colonia, desde el cambio de soberan¨ªa de Espa?a a Estados Unidos, en 1898". McClintock es miembro del Partido Nuevo Progresista, que pretende que la isla caribe?a se convierta en el 51? Estado de Estados Unidos, y estuvo recientemente en Barcelona para inaugurar la edici¨®n del Liber 2010. Puerto Rico dispone de un importante sector editorial con posibilidades de acceder al mercado de habla hispana en Estados Unidos y Latinoam¨¦rica.

En Puerto Rico la tradicional divisi¨®n entre dem¨®cratas y republicanos "es irrelevante", apunta McClintock, un dem¨®crata en un Gobierno dirigido por el gobernador Luis Fortu?o, republicano.

La isla caribe?a ha reducido su d¨¦ficit de un 45% a un 11% desde enero de 2009

McClintock defiende la plena integraci¨®n en Estados Unidos

El otro gran partido puertorrique?o es el Partido Popular Democr¨¢tico, partidario de mantener la actual relaci¨®n de Estado Libre Asociado, y en tercer lugar se sit¨²a el Partido de la Independencia, que en un momento lleg¨® a tener casi un 20% de los votos y en los ¨²ltimos comicios se qued¨® en menos de un 3%.

El Estado Asociado de Puerto Rico tiene cuatro millones de habitantes y, oficialmente, dispone de una renta per c¨¢pita equivalente a un tercio de la media de Estados Unidos, una cifra que McClintock cree distorsionada por el hecho de que el dato se basa en la recaudaci¨®n de la Hacienda puertorrique?a, mucho menos efectiva que el temido IRS, la agencia fiscal norteamericana, lo que explica, en parte, el profundo impacto que ha sufrido la isla por la crisis financiera y econ¨®mica.

"Cuando en enero de 2009, el nuevo gobernador, Luis Fortu?o, tom¨® posesi¨®n del cargo", explica, "descubri¨® que la deuda era much¨ªsimo mayor de lo esperado". McClintock, que llegaba a la Secretar¨ªa de Estado desde la presidencia del Senado, cre¨ªa disponer de buena informaci¨®n y hab¨ªa calculado un d¨¦ficit en torno a un 10% de un presupuesto de 10.000 millones de d¨®lares (unos 7.000 millones de euros). "Pero conforme ¨ªbamos descubriendo partidas nos d¨¢bamos cuenta de que durante cuatro a?os se nos hab¨ªa ocultado que las finanzas p¨²blicas estaban en un estado desastroso. La deuda total superaba el 45% y no hab¨ªa dinero ni para pagar la n¨®mina de enero".

Las agencias de calificaci¨®n estuvieron a punto de declarar bonos basura las obligaciones de Puerto Rico, y el nuevo gobernador tuvo que ir personalmente a Wall Street, antes de tomar posesi¨®n, para negociar y pedir una moratoria. "Nos dieron una pr¨®rroga, pero con mucho escepticismo", explica el secretario de Estado. "Consideraban que, por m¨¢s tiempo que nos dieran, no ¨ªbamos a lograr nada".

Pero lo est¨¢n consiguiendo: por lo pronto han logrado reducir el d¨¦ficit del 45% al 11%. "Aprobamos una legislaci¨®n de emergencia que nos permitiera disponer del efectivo para pagar la n¨®mina de aquel mes y tomamos medidas dr¨¢sticas", recuerda. "Aumentamos los impuestos voluntarios sobre el tabaco y el alcohol -voluntarios porque quien no quiere pagarlos no tiene m¨¢s que no consumir- y subimos por un periodo de tres a?os los impuestos sobre los ingresos m¨¢s altos y las propiedades de mayor valor, es decir, aumentamos la presi¨®n fiscal sobre las clases econ¨®micas que mejor pod¨ªan aguantar el cantazo. Son impuestos temporales que probablemente podamos eliminar antes de los tres a?os previstos".

Por otra parte redujeron el gasto, no solo con una disminuci¨®n de casi un 10% de la plantilla de 200.000 servidores p¨²blicos, sino con ahorros tan concretos como las comunicaciones. "Estoy en Espa?a sin tel¨¦fono m¨®vil, porque entre otras medidas los eliminamos todos. Cada uno tiene el suyo y lo paga de su bolsillo", explica.