El verano m¨¢gico en Cape Cod

Richard Russo es un valor seguro. Domina como nadie la tragicomedia, nos hace re¨ªr con dramas y neurosis cotidianas y se conoce al dedillo los recursos de la s¨¢tira de costumbres y del estilo agridulce con el que cocina los conflictos familiares ofreci¨¦ndonoslos como jugosos aperitivos. Gan¨® el Pulitzer en el a?o 2002 con Empire Falls, ir¨®nico retrato de la Am¨¦rica del final de milenio que muestra el declive de la muy pujante familia Whiting, un crudo panorama por el que deambula un pu?ado de personajes naufragando en un mar de fracaso, recuerdos, ambiciones y ansiedad. Por ese mismo mar navega Puente de los suspiros (2008), radiograf¨ªa de la comunidad de Thomaston a trav¨¦s de la figura del ingenuo Lucy Lynch, que repara en que, en realidad, siempre todo es mucho m¨¢s complicado, y siempre todo, o casi todo, pasa por las relaciones personales, con la familia de tel¨®n de fondo. El verano m¨¢gico en Cape Cod (2009) tambi¨¦n hurga en los dramas cotidianos y en la nostalgia de un tiempo pasado que no fue mejor. Es una comedia deliciosa y sumamente cinematogr¨¢fica, como todos los libros de Richard Russo, narrada con un ritmo muy superior al que nos tiene acostumbrados el autor de Ni un pelo de tonto (1993), acerca de c¨®mo sobrellevar la madurez y de c¨®mo observar con vis c¨®mica el comportamiento del matrimonio y de la familia, con el rol de Jack Griffin, profesor y guionista sumido en plena crisis existencial de la madurez, pensado para Robert de Niro, ramalazos de Cuatro bodas y un funeral y el mejor Russo ri¨¦ndose con nosotros de la condici¨®n humana, de nuestros temores y recelos ante la vida cotidiana. Refrescante, divertida y sumamente inteligente. Richard Russo siempre consigue que ley¨¦ndolo nos quitemos complejos. Es realmente terap¨¦utico, como lo es el buen humor.