Maternidad maximalista y huelgas demogr¨¢ficas

Las conquistas del movimiento feminista no escapan al principio de la acci¨®n y reacci¨®n. El feminismo de los a?os setenta encontr¨® una fuerte resaca desde los ochenta que tuvo como uno de sus ejes fundamentales una campa?a internacional dirigida al superego -ese superego que, seg¨²n Freud, era tan d¨¦bil en las mujeres- maternal de las f¨¦minas. La Liga Internacional de la Leche orquest¨® su campa?a con m¨²ltiples alianzas y potenci¨® el mensaje de que el amamantamiento natural, exclusivo y durante largo tiempo, es un imperativo categ¨®rico al que solamente podr¨ªan sustraerse las madres desnaturalizadas. Desnaturalizadas, en efecto, porque se impuso una ideolog¨ªa naturalista sobre la maternidad que asimila el cometido de la madre humana al de las hembras de los mam¨ªferos como la vaca o la cabra. Elisabeth Badinter, te¨®rica feminista francesa que reconstruy¨® en su d¨ªa la historia del "instinto maternal", ha publicado recientemente un libro sobre la cuesti¨®n del amamantamiento natural que est¨¢ teniendo una amplia resonancia. Pone de manifiesto los efectos disuasorios, parad¨®jicos y perversos desde el punto de vista demogr¨¢fico, de las exigencias totalitarias dirigidas a unas madres a tiempo completo y, si puede decirse, a vida completa: el resultado es que muchas mujeres renuncian a la maternidad totalmente o bien limitan tanto su aportaci¨®n que determinados pa¨ªses europeos no alcanzan su tasa de reproducci¨®n. Es bien sabido lo que ello conlleva. Pero la incidencia de las crisis favorece "la m¨ªstica de la feminidad" que tan l¨²cidamente analiz¨® en su d¨ªa Betty Friedan. En su nueva versi¨®n, la "directora gerente de su hogar" podr¨ªa convertirse en la madre abnegada que renuncia a cualquier proyecto personal en aras del bienestar de sus hijos en paladines de los cuales se erigen los voceros de la Liga de la Leche. En definitiva, un trabajo precario y mal remunerado no es un aliciente que pueda disuadir a las mujeres de que su identidad como f¨¦minas se solapa con la maternidad full time tal como se les predica.

La hembra humana tiene la posibilidad y el deber de hacer de su subordinaci¨®n a la especie un proyecto individualizado

Ante estos cantos de sirena, no viene mal recordar, en clave beauvoireana, que la hembra humana tiene la posibilidad -y el deber existencial- de hacer de su subordinaci¨®n a la especie un proyecto individualizado en el que ella sea quien fije los est¨¢ndares de su entrega. Por supuesto con responsabilidad, disponibilidad y generosidad, pero de manera que la haga compatible con otros proyectos propios del ser humano que es. La leche natural es leche humana con todo lo que ello implica: elecci¨®n, discernimiento y no heteronom¨ªa. -