Una ventana al universo
En Villanueva de la Ca?ada se organizan las observaciones de sat¨¦lites
Mientras le fotograf¨ªan en la sala de control de antenas, Vicente G¨®mez (Le¨®n, 1951) no deja de escudri?ar la c¨¢mara de fotos. Cuando el fot¨®grafo termina, se interesa por el aparato y enseguida se entabla una conversaci¨®n entre entendidos sobre sensores, objetivos, modelos, marcas, focales, mil¨ªmetros y dem¨¢s parafernalia fotogr¨¢fica. "Cada vez que veo una de esas se me ponen los dientes largos", dice G¨®mez refiri¨¦ndose a la c¨¢mara del profesional. Es curioso, este ingeniero industrial fascinado por la tecnolog¨ªa fotogr¨¢fica dirige un centro donde se escrutan las profundidades del cielo, y no solo en el rango de la luz visible, sino en otras longitudes de onda invisibles al ojo humano: desde los rayos gamma hasta los infrarrojos, tambi¨¦n los rayos X, los ultravioleta, etc¨¦tera. "Con cada una de ellas vemos facetas diferentes del cosmos".
"Con cada longitud de onda vemos facetas diferentes del cosmos"
El centro sirve de puente entre la comunidad cient¨ªfica y la ESA
"El sat¨¦lite Herschel", explica ya sentado en su despacho, "est¨¢ ahora mismo orbitando a mill¨®n y medio de kil¨®metros de aqu¨ª con sus instrumentos funcionando a una temperatura cercana al cero absoluto (273 grados cent¨ªgrados bajo cero)". Esto es el Centro Europeo de Astronom¨ªa Espacial (ESAC) de la Agencia Espacial Europea (ESA), situado en Villanueva de la Ca?ada, a media hora de Madrid, y su principal actividad es establecer la agenda de las observaciones a realizar por estos sat¨¦lites y recibir los datos que obtienen desde fuera de la atm¨®sfera terrestre, muchos de los cuales no podr¨ªan obtenerse desde la Tierra. "Nos gusta decir que ESAC es la ventana de la ESA al universo", dice el director.
Porque, aparte de ser una de las cinco sedes principales de la organizaci¨®n (las otras est¨¢n en Par¨ªs, Alemania, Italia y Holanda y se dedican a temas de ingenier¨ªa o gesti¨®n), ESAC es el ¨²nico centro que realiza operaciones cient¨ªficas e investigaci¨®n. "Nuestra misi¨®n principal es hacer de v¨ªnculo entre la comunidad cient¨ªfica y la ESA. Nos reunimos con los cient¨ªficos, vemos qu¨¦ necesidades de observaci¨®n tienen, lo estudiamos y organizamos. Luego planificamos las observaciones de nuestros sat¨¦lites para que observen lo que necesitan los cient¨ªficos. Recibimos los datos, los procesamos, los calibramos y finalmente los ponemos a disposici¨®n de la comunidad cient¨ªfica internacional", explica G¨®mez, delegado de la ESA en Espa?a.
Cuando uno se acerca por la carretera se ve ESAC a lo lejos, hundida en un peque?o valle, entre monte bajo y bosques de encinas. Las grandes parab¨®licas blancas contrastan con las ruinas de un castillo del siglo XVI que domina la zona desde una colina adyacente. Al entrar se percibe quietud, los edificios son bajos y se integran en el ambiente. Nadie dir¨ªa que esas enormes antenas est¨¦n recibiendo datos continuamente de los sat¨¦lites. En los despachos luminosos y enmoquetados, en las salas llenas de monitores, cables y luces de colores, m¨¢s de 300 cient¨ªficos, ingenieros y dem¨¢s personal, todos de primer nivel y de 15 nacionalidades diferentes. Aqu¨ª se habla sobre todo ingl¨¦s, aunque tambi¨¦n franc¨¦s, alem¨¢n... "Cada vez se habla m¨¢s espa?ol", se?ala G¨®mez, "la gente tiene inter¨¦s y lo va aprendiendo". En las zonas exteriores se ven maquetas de algunos de los sat¨¦lites cient¨ªficos cuyos datos se distribuyen desde aqu¨ª.
El sat¨¦lite Rosetta, por ejemplo, se posar¨¢ en 2014 sobre el n¨²cleo de un cometa para estudiar sus propiedades. El XMM-Newton observa en los rayos X, entre otras cosas los agujeros negros activos, explosiones de supernova, y otros fen¨®menos energ¨¦ticos y violentos. Planck busca la radiaci¨®n primigenia del Universo, justo despu¨¦s del Big Bang. "Justo despu¨¦s quiere decir unos 380.000 a?os despu¨¦s del Big Bang. Pero claro, comparado con los 13.700 millones de a?os que han pasado desde entonces, eso no es nada", explica G¨®mez, y uno se marea tratando de imaginar estas cifras, nunca mejor dicho, astron¨®micas. "Es como viajar atr¨¢s en el tiempo. Gracias a estas observaciones comprenderemos mejor c¨®mo se formaron las primeras galaxias, las primeras estrellas y podremos establecer teor¨ªas sobre la formaci¨®n de otras nuevas".
S¨ª, pero uno podr¨ªa preguntarse: ?para qu¨¦ queremos saber eso? "Primero por satisfacer la curiosidad innata del hombre por conocer. Pero adem¨¢s, ciertos experimentos cient¨ªficos, como nuestros sat¨¦lites, requieren tantos avances tecnol¨®gicos que, por el camino, siempre se descubre algo ¨²til para la sociedad". Ejemplos: el material kevlar, ligero y resistente, o el sistema de posicionamiento global, GPS, son consecuencia del trabajo en el espacio. "Hasta hay un tejido patentado para camisas que no hace falta planchar. Se planchan con el calor del cuerpo. ?Y ese material tiene su origen en unos interruptores mec¨¢nicos dise?ados para la Estaci¨®n Espacial Internacional!", comenta divertido G¨®mez.
No esperen, eso s¨ª, encontrar aqu¨ª el estereotipo rom¨¢ntico de astr¨®nomo pegado a un telescopio. "Hay gente que viene aqu¨ª y pregunta por los telescopios. Hay que explicarle que nuestros telescopios est¨¢n fuera, a bordo de sat¨¦lites, y que recibimos su informaci¨®n en pantallas de ordenador".
Tan cerca de Madrid y en silencio, as¨ª interroga ESAC al universo. Ya lo dice Vicente G¨®mez, el jefe de todo esto: "Aqu¨ª lo que importa es recopilar datos, entender, saber. Resulta muy enriquecedor trabajar en este lugar donde el objetivo que se persigue es el conocimiento".
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