Malestar del Rey por que los abucheos a Zapatero empa?en la Fiesta Nacional
El griter¨ªo arreci¨® durante el solemne acto de homenaje a los ca¨ªdos
Ni siquiera el Rey, siempre cuidadoso al expresar p¨²blicamente sus opiniones, disimul¨® su malestar por los pitidos y abucheos que salpicaron ayer el desfile de la Fiesta Nacional. Sobre todo porque los gritos de "?Zapatero dimisi¨®n!" arreciaron en uno de los momentos m¨¢s emotivos y solemnes del d¨ªa: cuando don Juan Carlos, acompa?ado por familiares de los militares y guardias civiles fallecidos en acto de servicio en el ¨²ltimo a?o, depositaba una corona de laurel en homenaje a los ca¨ªdos. Solo la oraci¨®n le¨ªda por un capell¨¢n castrense logr¨® acallar el griter¨ªo.
"Es una fiesta que debemos cuidar y aupar", dijo el Rey, en conversaci¨®n con los periodistas en el Palacio Real, tras deplorar la falta de respeto mostrada por parte del p¨²blico. Tambi¨¦n don Felipe lament¨® que se haya convertido en costumbre "recurrente" aprovechar una fiesta institucional como la de ayer para protestar contra el Gobierno. Zapatero, el principal aludido, se limit¨® a comentar resignado: "Es lo de siempre. Forma parte del gui¨®n".
Rubalcaba critica que "la extrema derecha se apropie de la fiesta de todos"
Rajoy guarda silencio y Aguirre justifica a los alborotadores
La vicepresidenta primera Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, calific¨® de "ins¨®lito" lo sucedido. El ministro del Interior, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, abucheado ¨¦l mismo hace pocos d¨ªas en la celebraci¨®n de la patrona de la Guardia Civil, no se mordi¨® la lengua: tach¨® de "lamentable" y "muy duro" que "la extrema derecha se apropie" de la fiesta de todos los espa?oles, lo que resulta "dif¨ªcil de explicar" a los embajadores extranjeros, invitados al acto.
Pudo ser lamentable, pero no pill¨® por sorpresa a nadie. Los silbidos al presidente del Gobierno se han repetido en las ¨²ltimas cinco ediciones del desfile del 12 de octubre. El Ministerio de Defensa ha hecho lo posible para evitarlos o al menos dificultarlos: haciendo que Zapatero acceda a la tribuna por detr¨¢s, sin pasar ante el p¨²blico, o suprimiendo el anuncio de su llegada por megafon¨ªa.
Todo en vano. En cuanto se escuch¨® que el Rey hac¨ªa su entrada en la madrile?a plaza de Lima, donde ser¨ªa recibido, entre otras autoridades, por el presidente del Gobierno, empezaron los gritos de "?Fuera!, ?Fuera!" dirigidos a Zapatero.
Fuentes de Defensa aseguraron que los agitadores eran "grupos minoritarios", situados "estrat¨¦gicamente" en las zonas m¨¢s pr¨®ximas a las tribunas, y que la protesta se organiz¨® con antelaci¨®n a trav¨¦s de redes sociales, como Twitter y Facebook, y se coordin¨® mediante mensajes de m¨®vil.
Frente al malestar de la Familia Real y la indignaci¨®n de un buen n¨²mero de militares, el PP guard¨® silencio. Ni su presidente, Mariano Rajoy, ni su portavoz parlamentaria, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, presentes en el acto, criticaron en p¨²blico a los alborotadores. Y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, pareci¨® incluso justificar su conducta cuando subray¨® que Defensa hab¨ªa dispuesto menos tribunas para el p¨²blico y m¨¢s alejadas de las autoridades para evitar abucheos a Zapatero.
La esposa del presidente c¨¢ntabro, Miguel ?ngel Revilla, relat¨® que, cuando ella se quej¨® en voz alta por los abucheos, Aguirre le respondi¨®: "Pero si a t¨ª no te va a pasar nada. Es libertad de expresi¨®n".
Pero ni las protestas ni el hecho de que el desfile fuera m¨¢s reducido que en a?os anteriores, "como corresponde a la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs", seg¨²n subray¨® el Rey, lograron deslucirlo. Por el paseo de la Castellana marcharon 3.100 militares y 153 veh¨ªculos (entre ellos y por primera vez los nuevos blindados antiminas RG-31, ya desplegados en Afganist¨¢n en sustituci¨®n de los vetustos BMR), mientras que el cielo de la capital, descubierto tras un fin de semana lluvioso, lo sobrevolaron 50 aeronaves.
Adem¨¢s de la Familia Real y de las principlaes autoridades del Estado -los presidentes del Congreso y del Senado; del Tribunal Constitucional y del Supremo, entre otros- acudieron 14 de los 17 ministros -solo faltaron los titulares de Industria, Justicia y Vivienda-, mientras que la presencia de presidentes auton¨®micos fue m¨¢s nutrida de lo habitual: estuvieron 10, encabezados por el de la Generalitat catalana, Jos¨¦ Montilla, que no asist¨ªa desde 2007, y el de la Xunta de Galicia, Alberto N¨²?ez Feijoo. El lehendakari Patxi L¨®pez fue representado por una consejera.
La ministra de Defensa, Carme Chac¨®n, inaugur¨® la jornada con una videoconferencia con los m¨¢s de 3.000 militares espa?oles destacados en el exterior. El jefe del contingente en Afganist¨¢n le confirm¨® que ayer mismo se entreg¨® a las autoridades locales la antigua base de Qal-i-Naw donde el pasado 25 de agosto fueron asesinados dos guardias civiles y un traductor. Tambi¨¦n a ellos se les homenaje¨® ayer.
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