Deudas que son condenas
M¨¢s de 40.000 personas en Catalu?a han perdido su vivienda en los ¨²ltimos tres a?os por no poder pagar una hipoteca que siguen debiendo al banco
Sin vivienda y con una deuda de 180.000 euros a cuestas. Es la condena que pesa sobre Jaime Abelardo por no haber podido pagar las mensualidades de la hipoteca de su piso ni las del pr¨¦stamo personal que el banco le concedi¨® posteriormente "para amueblar la casa y traerse a los hijos de Ecuador". "Yo estaba loco por tener un piso y aqu¨ª en Espa?a me lo pusieron m¨¢s que f¨¢cil porque el banco me ofrec¨ªa cr¨¦ditos sin pedirme ning¨²n aval", explica Jaime, ecuatoriano de 44 a?os y residente en Espa?a desde hace 10. Su mujer, que colaboraba en el pago de los pr¨¦stamos, abandon¨® el hogar familiar a mediados del a?o pasado y dej¨® a Jaime con cuatro hijos y un nieto que mantener, y una carga hipotecaria que no pudo asumir. Su piso, en el barrio de Ciutat Meridiana de Barcelona, fue subastado el pasado 25 de mayo. Caixa Catalunya se lo adjudic¨® por el 50% del valor de la hipoteca y le reclama a Jaime la otra mitad, m¨¢s los costes judiciales y de peritaje. Jaime sabe que cualquier d¨ªa van a echarle del piso y que, si tiene la suerte de mantener su empleo, su salario se lo tragar¨¢, mes a mes, su abultada deuda. "Le han condenado de por vida a la exclusi¨®n social y financiera", lamenta Ada Colau, del observatorio sobre derechos sociales Desc, entidad que asesora a v¨ªctimas del desahucio, entre ellas a Jaime.
Las familias y empresas catalanas deben a los bancos 344.000 millones
"Quer¨ªa un piso y me lo pusieron f¨¢cil: no me pidieron aval", dice un desahuciado
Como ¨¦l, m¨¢s 40.000 personas en Catalu?a han perdido su casa en los ¨²ltimos tres a?os por no pagar la hipoteca. Las ejecuciones hipotecarias podr¨ªan dispararse hasta las 100.000 a finales de a?o si se mantiene la tendencia al alza de los ¨²ltimos meses, seg¨²n la Asociaci¨®n de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros de Catalu?a (Adicae).
La entidad sostiene que la p¨¦rdida de la casa por impago -uno de cada cinco casos en Espa?a se da en Catalu?a- es una de las consecuencias del "preocupante" sobrendeudamiento, principalmente hipotecario, que en los ¨²ltimos a?os ha atrapado a miles de familias.
Seg¨²n datos facilitados ayer por el Banco de Espa?a, las familias y empresas catalanas deben a los bancos y cajas de ahorro m¨¢s de 344.000 millones de euros, un 71% m¨¢s de lo que tienen ahorrado (en dep¨®sitos o planes de pensiones, entre otros productos). Catalu?a se sit¨²a as¨ª como la segunda comunidad con mayores cifras de endeudamiento de particulares.
Los a?os de bonanza econ¨®mica propiciaron que numerosas familias "acumularan deuda con la complacencia de los bancos", explica el economista Jos¨¦ Garc¨ªa-Montalvo, profesor de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona. Pero la llegada de la crisis y el desempleo abocaron a muchos de estos hogares a la bancarrota. Garc¨ªa-Montalvo sostiene que la culpa de esta situaci¨®n se reparte entre las entidades bancarias, "deseosas de colocar hipotecas a cualquiera", y los usuarios que tomaron decisiones financieras demasiado arriesgadas, que aprovecharon que los bancos les tend¨ªan la mano con importantes cr¨¦ditos para vivir por encima de sus posibilidades o que vieron la oportunidad de ganar un dinero comprando viviendas que iban a subir r¨¢pidamente de precio.
Gianfranco Pani, portavoz de la Adicae, denuncia el desamparo de los ciudadanos asfixiados por las deudas. "El Gobierno ha incumplido su promesa de aprobar una ley para prevenir y combatir el sobrendeudamiento de los hogares, y las entidades financieras no han dado ning¨²n paso en favor de soluciones ante este grave problema", reprocha Pani, que destaca que detr¨¢s de cada desahucio hay un enorme sufrimiento. Lo sabe muy bien Merc¨¨ Relats, asistente social de C¨¢ritas en Granollers, que atiende a diario casos desgarradores.
A la sede de esta entidad acuden muchos inmigrantes, colectivo especialmente castigado por el sobrendeudamiento hipotecario. "Antes de la crisis, muchos inmigrantes optaron por la compra de un piso, ya que para suscribir una hipoteca solo les ped¨ªan las dos ¨²ltimas n¨®minas, mientras que para un alquiler les pod¨ªan exigir un aval de hasta 6.000 euros", explica Relats. Hoy, muchos de aquellos nuevos propietarios han perdido el empleo y, con ¨¦l, la vivienda. De ella solo les queda como c¨ªnico recuerdo una deuda irretornable.
A C¨¢ritas acuden menos endeudados aut¨®ctonos que inmigrantes porque en muchos casos aquellos encuentran en alg¨²n familiar un colch¨®n que amortigua el golpe. "?Cu¨¢ntos padres est¨¢n pagando las hipotecas de sus hijos que han quedado en el paro!", exclama la t¨¦cnica de C¨¢ritas. ?ngeles Mej¨ªas y su marido se encuentran en esta situaci¨®n. Sus dos hijos mayores trabajaban hace tres a?os en la construcci¨®n y sus ingresos daban para la hipoteca de un piso nuevo y para vivir holgadamente. Pero la crisis dej¨® sin empleo a los dos j¨®venes y el banco se qued¨® con sus viviendas y les dej¨® con una deuda que hoy asumen sus padres a duras penas. "En casa solo entra la pensi¨®n de invalidez de mi esposo y los 400 euros que cobro yo despu¨¦s de agotar el subsidio de desempleo. Es insuficiente para pagar nuestra hipoteca y las deudas de los hijos", lamenta ?ngeles.
El alud de ejecuciones de los ¨²ltimos a?os ha llevado a varias entidades, como la Adicae y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, a reclamar la daci¨®n en pago, lo que significa que, en caso de impago, la entrega de la vivienda a la banca es suficiente para liquidar la deuda contra¨ªda. "As¨ª no se condena a estas personas a la exclusi¨®n de por vida, sino que se les da una oportunidad para comenzar de nuevo de cero", se?ala Pani.
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