Los mineros chilenos alcanzan la libertad
La operaci¨®n de salvamento en la mina San Jos¨¦ concluye con ¨¦xito tras un rescate m¨¢s r¨¢pido y ¨¢gil de lo previsto - Una ola de orgullo inunda el pa¨ªs andino
"?Y t¨² d¨®nde estabas cuando rescataron a los 33 mineros?". Los periodistas chilenos que cubr¨ªan ayer el rescate de los trabajadores dec¨ªan que durante muchos a?os la gente se har¨¢ esta pregunta en el pa¨ªs. La retransmisi¨®n recordaba la llegada del hombre a la Luna. Cuando la c¨¢psula dise?ada con la ayuda de la NASA baj¨® hasta los 622 metros de profundidad, los chilenos pudieron ver c¨®mo varios mineros descamisados saludaban a su rescatador. A trav¨¦s de Internet y de la televisi¨®n presenciaron c¨®mo el primero de ellos en subir, Florencio ?valos, se desped¨ªa de los compa?eros con los que hab¨ªa compartido 69 d¨ªas de angustias y emprend¨ªa el viaje m¨¢s largo: 15 minutos de suspense a lo largo de un oscuro t¨²nel.
"Solo pido que me traten como Mario Antonio Sep¨²lveda, el trabajador"
Salieron de la mina 33 hombres mucho m¨¢s religiosos de lo que eran antes
Su esposa lo esperaba al lado del presidente chileno, Sebasti¨¢n Pi?era, y su hijo Byron, de ocho a?os, no pod¨ªa contener las l¨¢grimas. En el campamento, alrededor de las hogueras, frente a una pantalla gigante o en lo alto de los cerros, cientos de personas estallaron en aplausos. Tambi¨¦n los periodistas. El campamento se hab¨ªa convertido en un lugar donde se subastaban las entrevistas con los mineros y se las llevaba el que m¨¢s dinero ten¨ªa.
Durante ese tiempo algunos familiares de los atrapados hab¨ªan hablado mal de otros, se hab¨ªan producido disputas por ver qui¨¦n abrazar¨ªa primero a su ser querido. Pero en medio de todo eso, de pronto, se hizo evidente la ¨²nica verdad: 33 hombres escaparon de la muerte.
El segundo en llegar fue Mario Sep¨²lveda, el hombre que hab¨ªa ejercido de periodista durante las grabaciones de v¨ªdeo que filmaban a 700 metros de profundidad. Siempre hab¨ªa provocado las sonrisas de los dem¨¢s y ayer no pod¨ªa ser de otra forma. Desde antes de que asomara la c¨¢psula a la superficie ya ven¨ªa gritando. Cuando apareci¨®, abraz¨® al presidente; al ministro de Miner¨ªa, Laurence Golborne, le llam¨® "jefazo", y levant¨® el ¨¢nimo de todos los t¨¦cnicos gritando el lema que m¨¢s se oy¨® esa noche en la mina: "?Ceache¨ª, ele¨¦, chi-chi-ch¨ª, le-le-l¨¦, los mineros de Chi-l¨¦!".
Mientras lo met¨ªan en la camilla para someterse al primer chequeo m¨¦dico, dijo a los encargados: "Oigan, el asado no se me ha olvidado". Apenas hab¨ªa pasado una hora y ya comparec¨ªa junto a su mujer y sus hijas ante las c¨¢maras en un discurso donde una vez m¨¢s dej¨® muestras sobradas de que se encuentra ante ellas como pez en el agua: "Estuve con Dios y estuve con el diablo. Me pelearon y gan¨® Dios, me agarr¨¦ de la mejor mano. Lo ¨²nico que les pido es que no me traten ni como artista ni periodista. Yo quiero que me sigan tratando como el Mario Antonio Sep¨²lveda Espinaze... trabajador, el minero. Yo quiero seguir trabajando porque creo que nac¨ª para morir amarradito al yugo, como digo yo. La vida a m¨ª me ha dado cosas muy lindas... me ha tratado muy mal, me ha tratado duro muy duro, pero ?les digo algo...? Creo que he aprendido cosas maravillosas y a tomar los buenos caminos de la vida".
Durante los dos meses que dur¨® la cat¨¢strofe se habl¨® mucho de la promiscuidad de los mineros en su vida privada. Se supo que varios de ellos ten¨ªan varias mujeres. Incluso la esposa del presidente chileno, Cecilia Morel, indic¨® en una visita al campamento de la mina San Jos¨¦ que el estilo de vida de los mineros viene dado por el hecho de que muchos trabajan est¨¢n muy lejos de sus casas.
Mario Sep¨²lveda tambi¨¦n hizo referencia a esa cuesti¨®n en su intervenci¨®n: "Para aquellas personas que tienen la posibilidad de estar en la casa, llamar a sus esposos, llamar a sus esposas... h¨¢ganlo. Aquellas personas que tienen la posibilidad de hablar con su esposo antes de hacer cosas indebidas. O el esposo que tenga la posibilidad de hacer cosas indebidas, antes de enga?ar a su esposa, yo creo que antes de hacer eso tienen que hablarlo. No terminar las cosas as¨ª como as¨ª, nada m¨¢s. Yo creo que el amor es lo m¨¢s hermoso que puede existir en la vida. Enterr¨¦ 40 a?os de mi vida y voy a vivir muchos a?os m¨¢s para hacer un nuevo renacer".
Los psic¨®logos hab¨ªan insistido mucho en que los 33 mineros que quedaron atrapados el 5 de agosto no ser¨ªan los mismos que iban a ser rescatados. Y en efecto, salieron 33 hombres mucho m¨¢s religiosos de lo que eran antes. Llegaron con una camiseta encargada por el hermano de Jos¨¦ Henr¨ªquez, su gu¨ªa espiritual, donde se le¨ªa: "Gracias, se?or".
El propio presidente, Sebasti¨¢n Pi?era, en la boca del pozo, tampoco dejaba de mencionar a Dios. All¨ª, a las tres de la madrugada (hora peninsular espa?ola), transcurridas apenas 22 horas del primer salvamento, se celebr¨® la salida del ¨²ltimo minero, Luis Urz¨²a, jefe de turno y l¨ªder del grupo durante el encierro. Tras despojarse del arn¨¦s con el que hab¨ªa subido en la c¨¢psula F¨¦nix, Urz¨²a se fundi¨® en un abrazo con Pi?era, al que manifest¨®: "Ojal¨¢ que esto no vuelva a suceder". El capataz agradeci¨® todos los esfuerzos realizados en el rescate y dijo sentirse "orgulloso de ser chileno". El mandatario le felicit¨® por abandonar el ¨²ltimo la mina, "como un buen jefe", y juntos entonaron el himno nacional.
El presidente hab¨ªa informado de que el ascenso de la jaula durar¨ªa unos 15 minutos, aunque en la pr¨¢ctica se redujo a 10 en las ¨²ltimas subidas. El Gobierno siempre prefiri¨® pecar de prudente en sus predicciones. Cuando se contact¨® con los mineros en agosto dijo que la operaci¨®n durar¨ªa entre tres y cuatro meses; despu¨¦s redujo el plazo hasta principios de noviembre, y al final empez¨® el 13 de octubre. Tambi¨¦n se dijo que los mineros deber¨ªan permanecer 48 horas en el hospital, pero ayer se inform¨® de que algunos podr¨ªan salir antes.
Los mineros y los familiares saben que despu¨¦s de la euforia del primer abrazo el reencuentro no ser¨¢ un camino de rosas. Pero ya est¨¢n mentalizados. La madre de Daniel Herrera, el m¨¢s mimado de todos los mineros, dec¨ªa: "Ahora yo tengo mucho que aprender con ¨¦l, porque va a ser como volver a criarlo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.