La paradoja de Zuckerberg
Seg¨²n Aaron Sorkin, el guionista de esta ambiciosa pel¨ªcula de David Fincher, "si Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, tuviese una joroba, se parecer¨ªa bastante a Ricardo III". Encarnado en el f¨ªsico desgarbado y la gestualidad ensimismada del actor Jess Eisenberg, Zuckerberg asume en La red social la condici¨®n de relevo casi poshumano de Charles Foster Kane: el magnate como agujero negro, como enigma existencial. La pel¨ªcula de Fincher se levanta, as¨ª, sobre una paradoja fascinante: un individuo incapacitado para la interacci¨®n social se convierte en el multimillonario m¨¢s joven del mundo al crear el m¨¢s sofisticado instrumento para... precisamente, la interacci¨®n social. O su simulacro.
LA RED SOCIAL
Direcci¨®n: David Fincher.
Int¨¦rpretes: Jesse Eisenberg, Andrew Garfield, Justin Timberlake, Brenda Song, Armie Hammer, Max Minghella.
G¨¦nero: drama. Estados Unidos, 2010.
Duraci¨®n: 121 minutos.
Su precisa puesta en escena acu?a un nuevo clasicismo para la era digital
Desde Algunos hombres buenos (1992), gui¨®n basado en su propia obra de teatro, Sorkin se ha afirmado como una aut¨¦ntica anomal¨ªa en unos tiempos en que el cinismo funciona como eficaz argumento de venta: un utopista capaz de imaginar gobiernos idealizados -la serie de televisi¨®n El ala oeste de la Casablanca- o de reivindicar la ¨¦pica del trabajo de grupo en pos de una ¨¦tica (que es, tambi¨¦n, una est¨¦tica) -como en otra serie, Studio 60 on the Sunset Strip-. En principio, alguien como Zuckerberg no pod¨ªa parecer m¨¢s alejado de su campo de intereses: un tipo capaz de sacrificar a su ¨²nico aliado -Eduardo Saverin, interpretado por el nuevo Peter Parker, Andrew Garfield- para alcanzar un triunfo fundamentado en el resentimiento (de clase, entre otras variantes), la venganza y la hostilidad frente al Otro (en may¨²sculas). Es probable que Sorkin haya detectado al utopista tras la m¨¢scara del monstruo -la hip¨¦rbole del geek: algo as¨ª como el cruce entre Hal 9000 y Mr. Chance-, pues, como la pel¨ªcula deja claro incluso para el espectador que solo sepa del tema "a nivel usuario", Facebook supone, entre otras cosas, una respuesta airada al exclusivismo de las elitistas fraternidades universitarias.
Fascinante estudio de personaje y preciso retrato de una ¨¦poca -el estricto presente-, La red social se abre como una novela de campus y culmina en una secuencia final perturbadora, que quiz¨¢ lanza un gui?o inconsciente al Samuel Beckett de Film (1965). Fincher parece ponerse el servicio del gui¨®n de Sorkin, pero su precisa puesta en escena acu?a un nuevo clasicismo para la era del cine digital.
Babelia
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