"Hay una afici¨®n al flamenco en el Pa¨ªs Vasco que no he visto en muchos sitios"
Diego El Cigala a¨²n arrastra la resaca que le dej¨® la sobredosis tanguera, como ¨¦l mismo dice, tras grabar su ¨²ltimo disco Cigala&Tangos, puesto a la venta en junio con EL PA?S y que ha despachado ya 120.000 ejemplares. Fueron muchas horas de milongas y noches en blanco en el Gardelito de Buenos Aires para ensamblar su voz flamenca con el tango. Con las heridas todav¨ªa abiertas, el cantaor act¨²a hoy en el Kursaal de San Sebasti¨¢n. "El vasco es uno de los p¨²blicos que mejor entiende el flamenco, minoritario, pero fiel", reconoce.
Pregunta. Dice que ha sido un hallazgo el tango.
Respuesta. S¨ª, porque lo desconoc¨ªa y es una m¨²sica con la que me siento a gusto sin dejar de hacer flamenco. Fue en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires donde surgi¨® la idea. Est¨¢bamos presentado Dos l¨¢grimas y en los bises pens¨¦: "Voy a cantar un tango a ver qu¨¦ pasa", y la que se li¨®. El teatro, boca abajo. Me di cuenta de que hab¨ªa que hacer un disco entero en el Teatro Gran Rex y en directo.
"La gente quiere cosas nuevas o cl¨¢sicas, pero llevadas a otro nivel"
"Nada en el mundo me ha llamado m¨¢s la atenci¨®n que la m¨²sica"
P. Fue valiente grabarlo en directo ante los porte?os.
R. Tuvimos mucha valent¨ªa, porque te arriesgas a entrar en la gloria o en el fracaso, pero entramos en la gloria. Hab¨ªa 3.500 almas cantando los tangos conmigo. Era un reto porque, con los porte?os, o entras por el aro como artista o te abuchean. El tango es sagrado para ellos. Me sent¨ª muy bien acompa?ado por un elenco de artistas como el bandeonista N¨¦stor Marconi, Andr¨¦s Calamaro y el guitarrista Juanjo Dom¨ªnguez, que son una maravilla.
P. ?C¨®mo escogi¨® los temas?
R. Con muchas horas, d¨ªa y noche escuchando tangos en mi casa con mi compa?era. Hasta cog¨ª una sobredosis de tango y todo [r¨ªe]. Buscaba temas y cada tema lo escuchaba en tres o cuatro voces diferentes: en la de Julio Sosa, Gardel, Goyeneche,... Y me quedaba con los tangos que m¨¢s da?o me hac¨ªan. Si no, para qu¨¦ vas a grabar. Tienen que ser canciones que te lleguen con sus heridas.
P. Dicen los especialistas que existe un hilo conductor entre el flamenco y el tango.
R. Son igual de canallas los dos, m¨²sicas pendencieras que tienen angustia, ritmo y son pasionales. Cuando mejor puedes escuchar una sole¨¢ es por la noche metido en una cuevita, y el tango es lo mismo. Te vas a Gardelito y te sientas, pides una copita y te pones a escuchar tangos hasta las diez de la ma?ana. Me he re¨ªdo mucho en Gardelito. All¨ª me encontr¨¦ una vez con [Joaqu¨ªn] Sabina y salimos de d¨ªa. Lo que pasa es que el tango siempre se ha llevado por el mundo como baile, s¨ªmbolo del pa¨ªs. Despu¨¦s de que murieran Goyenche, Gardel, no hubo nadie que llevara fuera el tango con voz.
P. Lagrimas negras y Dos l¨¢grimas calaron en el p¨²blico. ?Qu¨¦ va a pasar con este disco de tangos?
R. El list¨®n est¨¢ muy alto. Con L¨¢grimas negras y Dos l¨¢grimas tuvimos mucho ¨¦xito. Cigala&Tangos sale ahora en Latinoam¨¦rica en noviembre y hay una gran expectaci¨®n en M¨¦xico, Argentina y Chile. En Espa?a ha tenido mucho ¨¦xito. Hemos vendido 120.00 discos. Llegar a esta cifra ahora mismo es imposible, pero es un producto que est¨¢ muy asequible de precio, a 10 euros. Como est¨¢n las cosas, hay otras prioridades que no son la m¨²sica. Los muchachitos que tienen 20 euros no se pueden permitir comprarse discos. Me parece aberrante que a d¨ªa de hoy quien vaya a comprar L¨¢grimas negras, despu¨¦s de 2002, cueste 25 euros. Es una locura. El primer d¨ªa de venta que sali¨® con EL PA?S hab¨ªa 75.000 discos vendidos.
P. Sones, boleros, tangos,... ?Qu¨¦ ser¨¢ lo siguiente?
R. Ser¨¢ un disco de flamenco, ya toca. Con la guitarra de Tomate. Pero tambi¨¦n me apetece seguir probando cosas que no se han hecho, por ejemplo, coger una ranchera y llevarla en el tiempo del guaguanc¨®. Eso es lo que me gusta a m¨ª, preservar la melod¨ªa de una ranchera o de una salsa y experimentar hasta que te quedes sin respiraci¨®n. La gente quiere cosas nuevas, o si no, cosas cl¨¢sicas, pero llevadas a otro nivel.
P. ?Qu¨¦ recuerda de aquellas fiestas cuando era ni?o y se sentaba en las rodillas de Camar¨®n y Paco de Luc¨ªa?
R. Todav¨ªa hasta me acuerdo. Mi padre era muy flamenco y siempre llevaba a casa un d¨ªa a Camar¨®n, otro a Paco de Luc¨ªa... Era otra ¨¦poca en la que tocaba trasnochar m¨¢s. Cuando llegaban a casa por la ma?ana, yo abr¨ªa el ojo y ve¨ªa que era Camar¨®n. Era como encontrar a tu h¨¦roe. En ese patio yo escuchaba cantar a mi madre, que lo hac¨ªa como los ¨¢ngeles, y yo salgo a ella como buena hermana de Rafael Farina. Ya desde el vientre de mi madre ten¨ªa clar¨ªsimo que me iba a dedicar a cantar. Nada en el mundo me ha llamado m¨¢s la atenci¨®n que la m¨²sica. Es lo ¨²nico que me llena.
P. ?Cu¨¢ndo fue su ¨²ltima fiesta flamenca?
R. La ¨²ltima apote¨®sica fue con Calamaro en Madrid. Terminamos Jerry Gonz¨¢lez, Calamaro y yo por la ma?ana despu¨¦s de o¨ªr cantar a Enrique Morente y Remedios Amaya en una fiesta en el bar Candela, abajo en la cueva. Antes de que se llenase de gente, que fue una locura, ese ratico fue de antolog¨ªa. Terminamos desayunando en Barajas bromeando con coger un avi¨®n a Mongolia.
P. Hoy act¨²a en el Kursaal. ?La va a liar?
R. San Sebasti¨¢n es una de las ciudades donde mejor entienden, se?ores perd¨®nenme, el flamenco. En el Pa¨ªs Vasco hay una afici¨®n que no he visto en muchos sitios. Las veces que he tocado se han colmado de gloria. El concierto en la Plaza de la Trinidad, Dios m¨ªo de mi coraz¨®n, con Jerry Gonz¨¢lez, estaba reci¨¦n sacado L¨¢grimas negras con Bebo Vald¨¦s, fue lo m¨¢s grande y el p¨²blico todav¨ªa lo tiene en la retina. El vasco es un p¨²blico minoritario, pero leal y yo prefiero eso. En el Kursaal voy a hacer un repaso por mi carrera, actuar¨¦ con mi grupo y con un violinista, que dar¨¢ un toque suave al tango.
P. ?El duende sale con usted de gira?
R. Viene conmigo d¨ªa y noche, de madrugada. Y cuando no aparece te sientes como una mierda. Eso es el duende; a veces lo buscas y no lo encuentras. A m¨ª me ha pasado estar un poco desganado y salir al escenario y tener un subid¨®n con duende.
A Diego Ram¨®n Jim¨¦nez Salazar
(Madrid, 1968) le pusieron el apodo de El Cigala porque se "mov¨ªa m¨¢s que los peces", recuerda. Escuch¨® por primera vez un tango a su t¨ªo, el cantaor Rafael Farina, quien volv¨ªa de Am¨¦rica Latina tras una gira con Concha Piquer. El Cigala ten¨ªa entonces siete a?os. Despu¨¦s de muchas sole¨¢s desgarradas, boleros y sones con Bebo Vald¨¦s en su gran ¨¦xito L¨¢grimas negras, el gitano de Lavapi¨¦s se deja llevar ahora en su ¨²ltimo disco por los tangos que grab¨® en Buenos Aires.
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