Mesa aparte
El viernes ejerc¨ª de encuestador, por tel¨¦fono y en persona. A siete amigas y amigos les pregunt¨¦ si recordaban el nombre de alg¨²n senador por su provincia, o el de alguno de los senadores designados por el Parlamento andaluz. En principio, todos admitieron no tener memoria de algo tan raro. S¨®lo uno de los entrevistados record¨® de pronto, al final de la conversaci¨®n telef¨®nica, a una senadora de M¨¢laga, conocida suya por motivos profesionales. Mis encuestados eran funcionarios del nivel m¨¢s alto, un empresario, dos empleados, un abogado, cultos la mayor¨ªa, incluso muy cultos, lectores de peri¨®dicos y no de un solo peri¨®dico. Dos dijeron haber le¨ªdo ese d¨ªa, para olvidarlo, el nombre de un senador saliente, en las noticias sobre el candidato a la alcald¨ªa de Sevilla que el PSOE piensa hacer senador.
Los partidos pol¨ªticos han hecho todo lo posible por convertir la pol¨ªtica en un pa¨ªs remoto, extraterrestre, y creo que han tenido ¨¦xito. Son como c¨¢psulas en ¨®rbita, no en torno a la tierra, sino dando vueltas alrededor de su mundo ensimismado, mani¨¢ticamente alrededor de s¨ª mismos. En ese ¨¢mbito de egocentrismo planetario y cr¨®nico brilla m¨¢s la an¨¦cdota del candidato a alcalde de Sevilla al que el PSOE, o la c¨²spide del PSOE, ha decidido nombrar senador a trav¨¦s del Parlamento andaluz. Brilla m¨¢s, pero no se sale de lo normal. El Parlamento designa a sus senadores y, seg¨²n la ley, si un senador deja el esca?o en plena legislatura, el candidato a sustituirlo es propuesto por el mismo grupo parlamentario que propuso al cesante. Eso es lo que va a hacer el PSOE.
La maniobra se prev¨¦ as¨ª: el Gobierno destituye a su delegado en Andaluc¨ªa (se?or L¨®pez Garz¨®n) para que el hasta entonces senador que ocupar¨¢ su cargo (se?or Garc¨ªa Garrido) deje de ser senador y el candidato sevillano del PSOE (se?or Espadas) se convierta en senador. Para la propaganda electoral del se?or Espadas, parece necesario vestirlo de senador, pasearlo como senador, exhibirlo como senador en los actos oficiales. El Senado mengua hasta ser simplemente un asunto coyuntural de partido y, como tal, se pliega a las necesidades electorales y publicitarias del PSOE. Como dec¨ªa Lourdes Lucio el viernes en estas p¨¢ginas: el candidato sevillano "necesita un pedestal", o eso creen los suyos. Se lo van a poner.
Se aleja de los votantes la democracia, asunto interno de los partidos o, menos a¨²n, de la c¨²spide de los partidos. Lo que decidir¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas el Parlamento andaluz ya lo ha decidido la c¨²spide del PSOE, la c¨²spide de la c¨²spide, la cima absoluta, porque la Comisi¨®n Ejecutiva que, seg¨²n las normas del propio PSOE, debe decidir a qui¨¦n proponer como sustituto del senador cesante ni siquiera se ha reunido todav¨ªa. Ahora se reunir¨¢ para tomar una decisi¨®n que ya ha sido tomada. As¨ª funcionan los partidos aqu¨ª. "Todos los partidos lo hacen", le dec¨ªa alguien del PSOE a Lourdes Lucio categ¨®ricamente, defendiendo la normalidad de la Operaci¨®n Espadas. Luego se quejan los pol¨ªticos profesionales si oyen decir que todos los partidos son iguales.
Y adem¨¢s mienten, o fingen no saber siquiera el motivo de sus actos (si no mienten, si de verdad lo desconocen, la cosa es mucho m¨¢s preocupante). La vicepresidenta Fern¨¢ndez de la Vega, para justificar el cese del delegado del Gobierno en Andaluc¨ªa, dice que no hay ning¨²n motivo especial, que s¨®lo es por el gusto de "afrontar una nueva etapa". Pero hay un motivo, reconocido por miembros del aparato socialista andaluz: la propaganda del candidato Espadas, que hoy es mucho m¨¢s conocido que ayer. Les da lo mismo contradecirse o disparatar: son como el due?o de la mesa que, por ser el due?o, pone los pies en el mantel y se limpia con la mano o la manga. El banquete es suyo. Como dec¨ªa el viernes Javier P¨¦rez Royo, hablando de otra cosa: "La vida pol¨ªtica se va degradando en Espa?a de manera perceptible".
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