El cenagal de las hipotecas
Las autoridades estadounidenses sol¨ªan dar lecciones a otros pa¨ªses sobre sus errores econ¨®micos y les dec¨ªan que ten¨ªan que imitar el modelo de EE UU. En particular, la crisis financiera asi¨¢tica de finales de los a?os noventa dio pie a muchos consejos moralizadores cargados de suficiencia. As¨ª, en 2000, Lawrence Summers, por entonces secretario del Tesoro, declaraba que las claves para evitar una crisis econ¨®mica eran "unos bancos bien capitalizados y supervisados, un gobierno corporativo y unos c¨®digos de quiebra efectivos y unas medidas cre¨ªbles de aplicaci¨®n de los contratos". Se supon¨ªa que estas eran cosas que los asi¨¢ticos no ten¨ªan, pero nosotros s¨ª.
No era as¨ª.
Los esc¨¢ndalos contables de Enron y WorldCom destruyeron el mito del gobierno corporativo eficaz. Hoy en d¨ªa, la idea de que nuestros bancos estaban bien capitalizados y supervisados parece un mal chiste. Y ahora, el desastre de las hipotecas est¨¢ convirtiendo en sinsentidos las afirmaciones de que tenemos un sistema eficaz de aplicaci¨®n de los contratos; de hecho, la pregunta actual es si nuestra econom¨ªa est¨¢ gobernada por alg¨²n tipo de respeto a la ley.
Esto me hace pensar en los se?ores feudales, que eran libres para apropiarse de lo que quisieran
Esta es la historia hasta la fecha: una crisis inmobiliaria ¨¦pica y un paro elevado y continuado han desencadenado una epidemia de impagos; millones de propietarios de viviendas se demoran en los pagos de sus hipotecas. As¨ª que los administradores -las empresas que recogen los pagos en nombre de los propietarios de las hipotecas- han estado ejecutando muchas hipotecas y han embargado numerosas viviendas.
?Pero realmente tienen derecho a embargar esas casas? Las historias de terror se han multiplicado, como la del hombre de Florida al que arrebataron su casa aun cuando no ten¨ªa ninguna hipoteca. Y lo que es m¨¢s importante: ciertos agentes han ignorado la ley. Los tribunales han aprobado ejecuciones hipotecarias sin exigir que los administradores de las hipotecas presentasen la documentaci¨®n apropiada; en vez de eso, han confiado en las declaraciones juradas que afirmaban que los papeles estaban en orden. Y estas declaraciones juradas hab¨ªan sido emitidas en muchos casos por firmantes robot o por empleados de bajo nivel que no ten¨ªan ni idea de si sus afirmaciones eran ciertas.
Ahora se est¨¢ revelando una terrible verdad: en muchos casos, la documentaci¨®n no existe. En el frenes¨ª de la burbuja, muchos pr¨¦stamos de viviendas fueron asumidos por empresas poco fiables que trataban de generar tanto volumen de negocio como fuese posible. Estos pr¨¦stamos se vend¨ªan a fondos fiduciarios que, a su vez, las rebanaban y troceaban para convertirlas en valores hipotecarios. Los fondos fiduciarios ten¨ªan la responsabilidad legal de obtener y conservar los pagar¨¦s hipotecarios en los que se especificaban las obligaciones de los prestatarios. Pero ahora est¨¢ claro que esas sutilezas sol¨ªan descuidarse. Y esto significa que muchas de las ejecuciones hipotecarias que se est¨¢n produciendo ahora son, de hecho, ilegales.
Esto es muy, muy, negativo. Por un lado, es casi seguro que se est¨¢ defraudando a un n¨²mero considerable de prestatarios; les est¨¢n cobrando cuotas que realmente no adeudan y se est¨¢ afirmando que faltan a sus pagos cuando, seg¨²n los t¨¦rminos de sus acuerdos de pr¨¦stamo, no lo hacen.
Aparte de eso, si los fondos fiduciarios no pueden aportar pruebas de que realmente poseen las hipotecas contra las que han estado vendiendo garant¨ªas, los avalistas de estos fondos se enfrentar¨¢n a demandas legales por parte de los inversores que compraron dichas garant¨ªas (muchas de las cuales ahora solo valen una peque?a fracci¨®n de su valor nominal).
?Y qui¨¦nes son estos avalistas? Instituciones financieras importantes (las mismas instituciones supuestamente rescatadas por los programas gubernamentales el a?o pasado). As¨ª que el desastre de las hipotecas amenaza con generar otra crisis financiera.
?Qu¨¦ se puede hacer?
Tal como se preve¨ªa, la respuesta de la Administraci¨®n de Obama ha sido oponerse a cualquier acci¨®n que pueda molestar a los bancos, como una moratoria temporal de las ejecuciones hipotecarias mientras se resuelven algunos de los problemas. En lugar de eso, est¨¢ pidiendo muy amablemente a los bancos que se porten mejor y cambien de comportamiento. Bueno, eso ha funcionado estupendamente en el pasado, ?verdad?
Aun as¨ª, la respuesta de la derecha es todav¨ªa peor. Los republicanos del Congreso est¨¢n esperando su momento, pero los comentaristas conservadores como los de la p¨¢gina editorial de The Wall Street Journal han salido diciendo que la falta de documentaci¨®n adecuada es una trivialidad. De hecho, dicen que si un banco afirma que posee nuestra casa, debemos aceptar su palabra. A m¨ª esto me hace pensar en la ¨¦poca en que los se?ores feudales se sent¨ªan libres para apropiarse de lo que quisieran, conscientes de que los campesinos no ten¨ªan voz ni voto ante los tribunales. Pero sospecho que algunas personas consideran que aquellos eran buenos tiempos.
?Qu¨¦ deber¨ªa suceder? Los excesos de los a?os de la burbuja han creado una ci¨¦naga legal en la que los derechos de propiedad est¨¢n mal definidos porque nadie tiene la documentaci¨®n apropiada. Y cuando no existen unos derechos de propiedad claros es el Gobierno quien tiene el deber de crearlos.
Eso no ser¨¢ f¨¢cil, pero ya hay algunas buenas ideas por ah¨ª. Por ejemplo, el Centro para el Progreso Estadounidense ha propuesto que a los asesores hipotecarios y otras entidades p¨²blicas se les confiera poder para modificar directamente los pr¨¦stamos problem¨¢ticos y que su criterio sea respetado a menos que el administrador de la hipoteca apele. Esto ser¨ªa muy ¨²til para aclarar las cosas y nos ayudar¨ªa a salir del cenagal.
Una cosa est¨¢ clara: lo que estamos haciendo ahora no est¨¢ funcionando. Y fingir que todo va bien no va a servir para convencer a nadie.
Paul Krugman es profesor de Econom¨ªa en Princeton y premio Nobel de Econom¨ªa 2008. ? New York Times News Service. Traducci¨®n de News Clips.
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