El celador del geri¨¢trico de Olot confiesa que mat¨® a dos ancianas

El celador del geri¨¢trico La Caritat, en Olot (Girona), Joan Vila Dilm¨¦, ha confesado que acab¨® con la vida de dos ancianas del centro en el que trabajaba . Las v¨ªctimas son Paquita Giron¨¨s, de 85 a?os, que muri¨® la madrugada del lunes; y Sabina Masllorens, de 87, que falleci¨® el 12 de octubre. El detenido asegur¨® a los Mossos d'Esquadra que cometi¨® los cr¨ªmenes porque las dos mujeres le daban pena por su estado y su avanzada edad, seg¨²n fuentes cercanas a la investigaci¨®n. Ambas mujeres ten¨ªan graves problemas de salud. La polic¨ªa auton¨®mica descarta el m¨®vil econ¨®mico e investiga si Vila Dilm¨¦ est¨¢ detr¨¢s de otras muertes.

Las primeras indagaciones apuntan a que el hombre las intoxic¨® con un l¨ªquido corrosivo, como el salfum¨¢n, que habr¨ªa quemado a las v¨ªctimas por dentro. Vila, de 45 a?os, se val¨ªa de una jeringuilla para introducir el producto sin dejar se?ales externas, ni en labios ni en la boca, de los efectos del producto venenoso. Pero en el caso de Giron¨¨s algo no sali¨® como esperaba y la mujer acudi¨® al hospital de Olot, donde falleci¨® posteriormente. Los m¨¦dicos enseguida sospecharon que no se trataba de un suicidio; mucho menos de una muerte natural. La mujer presentaba un cuadro de n¨¢useas y quemaduras en las v¨ªas respiratorias, es¨®fago y boca.

El director del centro: "Est¨¢bamos contentos con el trabajo de Joan"

Sabina Masllorens muri¨® seis d¨ªas antes que Paquita. Pero en este caso la anciana falleci¨® en la misma residencia geri¨¢trica. El centro pens¨® que se trataba de una muerte natural. La polic¨ªa trabaja con la hip¨®tesis de que podr¨ªa haberla envenenado de la misma manera que a la segunda v¨ªctima, seg¨²n fuentes cercanas al caso.

Ahora el juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 1 de Olot, que se ha hecho cargo del caso, deber¨¢ ordenar la exhumaci¨®n del cad¨¢ver. La mujer, originaria del municipio de Sant Joan les Fonts (Girona), est¨¢ ya enterrada. Vila Dilm¨¦ confes¨® a los agentes que ¨¦l era el autor del crimen.

La polic¨ªa investiga tambi¨¦n un tercer caso, que ocurri¨® a finales de septiembre, aunque no le han imputado el asesinato al detenido. Est¨¢ previsto que Vila Dilm¨¦ pase hoy a disposici¨®n judicial, donde deber¨¢ declarar ante el juez.

Su abogado de oficio, Raul Garc¨ªa, asegur¨® a este peri¨®dico que Vila "est¨¢ m¨¢s dolido por los hechos que por su situaci¨®n". Garc¨ªa declin¨® comentar la declaraci¨®n de su cliente ante la polic¨ªa y asegur¨® que lo relevante ser¨¢ lo que diga ante el juez.

Ayer Olot era una ciudad tomada por los medios de comunicaci¨®n. La hermana de Paquita se encontr¨® con el despliegue a las puertas del geri¨¢trico La Caritat, donde vive tambi¨¦n. La mujer se neg¨® a aceptar que su hermana hubiese fallecido a manos del celador. "Se ha muerto de una enfermedad, yo no creo que la matase. No creo que haya gente tan mala", dijo Lourdes Giron¨¨s. La mujer asegur¨® que no conoc¨ªa de nada al detenido por el crimen, e insisti¨® en que su hermana estaba muy enferma y le costaba respirar.

Paquita padec¨ªa de movilidad muy reducida y se val¨ªa de una silla de ruedas. Ante la prensa, el director del centro, Joan Sala, expres¨® su estupefacci¨®n. "Est¨¢bamos contentos con Joan", dijo. Sala asegur¨® que los internos han sido informados y conocen la noticia: "Est¨¢n perplejos, no se lo creen. Incluso algunos piensan que habr¨¢ sido accidentalmente, pero lamento mucho decirles que creo que no...".

Hac¨ªa cinco a?os que Vila Dilm¨¦ trabajaba en La Caritat. Estaba en el turno de fines de semana, donde hac¨ªa las labores de celador. Su puesto en el organigrama de la compa?¨ªa es de t¨¦cnico auxiliar de enfermer¨ªa. Sala asegur¨® ayer que no han tenido un repunte de muertes en los ¨²ltimos tiempos. El centro tiene capacidad para 76 personas (15 de ellas acuden como si se tratara de un centro de d¨ªa).

Joan Vila vive con sus padres en un peque?o municipio cercano a Olot, CastellFollit de la Roca. Es soltero y no tiene hermanos. Ayer sus padres, Ram¨®n y Encarnaci¨®n, estaban consternados. "Lo estamos pasando muy mal", alcanzaron a decir, desde su casa, y declinaron amablemente hablar con este peri¨®dico.

En el pueblo, donde no se habla de otra cosa, se repet¨ªan las alabanzas al detenido: amable, simp¨¢tico, siempre saludaba y se paraba a charlar con todo el mundo... "Se le tienen que haber cruzado los cables", concluy¨® ayer la propietaria de una carnicer¨ªa. "O no estar muy bien", apostill¨® una conocida de la familia. El hombre por ahora no ha dado indicios evidentes ante los agentes de sufrir alg¨²n trastorno mental.