Sorpresa
Gracias a las c¨¢maras de CNN+, que grabaron al descuido, como quien roba un billetero, la conversaci¨®n informal de algunos de los l¨ªderes del PP sobre el relevo de ministros, nos hemos llevado una sorpresa. Ahora sabemos lo que hacen los pol¨ªticos en la intimidad, y esto s¨ª que no nos lo esper¨¢bamos. Hablan bien de los rivales. Se nos han venido abajo todas las certezas. Esto es como descubrir que Superman toma antidepresivos o pillar al Papa reconociendo entre sus obispos que ¨¦l tampoco cree en Dios. Por un momento, al ver las im¨¢genes, daba la sensaci¨®n de que hab¨ªamos llegado al mundo perfecto tras atravesar un camino pedregoso. La bancada de la oposici¨®n felicitando al presidente por alg¨²n detalle, los partidos minoritarios ofreciendo su apoyo por el futuro del pa¨ªs, los grupos nacionalistas sacrificando los intereses de la regi¨®n al bien com¨²n y el Gobierno asumiendo de todos ellos las propuestas m¨¢s v¨¢lidas. Un panorama que de puro hermoso provoca escalofr¨ªos.
Sab¨ªamos por los micros abiertos que los gobernantes no saben de econom¨ªa, que despu¨¦s de un elaborado discurso reconocen el tost¨®n que han dado y que entre compa?eros de partido no es raro identificarse como el hijo de puta y el cabr¨®n. Los micr¨®fonos abiertos nos daban idea de un mundo muy real, ¨¢spero, lleno de los comportamientos humanos previsibles: celos, envidias, carencias. Lo de esta ocasi¨®n es hist¨®rico. En los rodajes es habitual que los actores, con el micr¨®fono de corbata, olviden que el sonidista puede o¨ªr su conversaci¨®n y hablen mal del director o no reparen en que lo lleva encendido cuando van al ba?o y alivian flatulencias antes de volver a interpretar un ser ideal. Pero o¨ªr a los pol¨ªticos hablando bien de los otros es tan alucinante que la retah¨ªla de desmentidos, de reinterpretaciones y el regreso al lenguaje descalificador habitual, es casi algo que nos reconforta y devuelve a la realidad a su letrina cotidiana. Pero ahora ya siempre, detr¨¢s de cada enconada trifulca, sabemos que estos tipos se aprecian, se reconocen el m¨¦rito y que hasta se dar¨ªan un abrazo si el papel que les pagan por interpretar no fuera tan ingrato.
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