Los chi¨ªes revalidan su peso pol¨ªtico en el reino de Bahrein
Las legislativas revelan la gran brecha sectaria con los sun¨ªes
La oposici¨®n islamista chi¨ª de Bahrein ha revalidado su peso pol¨ªtico al hacerse con los 18 esca?os para los que presentaba candidatos en las elecciones legislativas del pasado s¨¢bado, seg¨²n los datos hechos p¨²blicos ayer. Sin embargo, el pobre resultado de los liberales, su aliado natural frente a los leales a la dinast¨ªa sun¨ª que controla el pa¨ªs, les impedir¨¢ alcanzar la mayor¨ªa en el Parlamento, una C¨¢mara de 40 diputados y poderes limitados. Con una participaci¨®n del 67%, los comicios han puesto de relieve la creciente brecha sectaria que se est¨¢ abriendo en ese peque?o reino clave para la estabilidad del golfo P¨¦rsico.
El triunfo de los islamistas chi¨ªes era previsible. Los 18 candidatos de Al Wefaq, uno m¨¢s que en las legislativas de 2006, se presentaban en distritos chi¨ªes. Sus rivales pol¨ªticos eran en general independientes con poco peso, ya que los grupos m¨¢s radicales como los islamistas Amal, Al Wafa, el Movimiento por la Libertad y Haq (una coalici¨®n de islamistas, nacionalistas y ex comunistas) boicotearon las elecciones.
Aunque el experimento democr¨¢tico no tiene parang¨®n en el resto de las monarqu¨ªas petroleras de la zona, tanto la oposici¨®n tolerada como la que no est¨¢ autorizada denuncian que carece de verdadero contenido. Se quejan de que el rey Hamad no ha contado con los bahrein¨ªes para redactar la Constituci¨®n y les ha dado un Parlamento sin verdadero poder (una C¨¢mara alta de designaci¨®n real limita su capacidad de control del Ejecutivo, en manos de un t¨ªo del rey desde 1971).
La desilusi¨®n con las reformas prometidas a bombo y platillo por el monarca en 1999 encuentra especial eco entre los chi¨ªes, que suponen al menos dos tercios de los 750.000 habitantes del archipi¨¦lago. De ah¨ª que exijan un sistema electoral que les d¨¦ una representaci¨®n proporcional. A la denuncia de que las autoridades han dise?ado los distritos electorales para reducir su peso, se sum¨® el s¨¢bado la de irregularidades en el censo que impidieron el voto a cientos de chi¨ªes. Tambi¨¦n los liberales, agrupados en el Waad (oficialmente una "asociaci¨®n pol¨ªtica" porque los partidos est¨¢n prohibidos), aspiran a controlar el gasto p¨²blico y acabar con el traspaso de propiedades p¨²blicas a manos de la familia real, tal como explic¨® a este diario Munira Fakhro, una de sus tres candidatos y la ¨²nica mujer que concurr¨ªa con el respaldo de un grupo pol¨ªtico.
Tanto ella como Ebrahim Sharifi, la otra figura hist¨®rica de los liberales, tendr¨¢n que concurrir a una segunda vuelta el pr¨®ximo s¨¢bado al no haber alcanzado el 50% de los votos. Un tercer candidato liberal qued¨® eliminado, lo que avanza un empate entre la oposici¨®n y los lealistas, con 20 esca?os para cada bando. Estos ¨²ltimos van a repartirse entre islamistas sun¨ªes e independientes.
El malestar de los chi¨ªes ha ido en aumento desde agosto debido a la detenci¨®n de 23 figuras pol¨ªticas y religiosas, a las que las autoridades acusan de intentar derrocar a la monarqu¨ªa de los Al Khalifa y cuyo juicio est¨¢ previsto para el pr¨®ximo jueves. Todos ellos se hab¨ªan reunido con miembros de la C¨¢mara de los Lores brit¨¢nica para explicarles la marginaci¨®n de que se sienten objeto. Desde entonces, las protestas se han sucedido en las localidades chi¨ªes, m¨¢s descuidadas que las poblaciones sun¨ªes vecinas. Al menos 330 activistas han sido detenidos.
Muchos bahrein¨ªes aseguran que no existe un problema religioso entre ellos, que se trata de un problema social y pol¨ªtico. No obstante, los sun¨ªes ven a sus compatriotas chi¨ªes como una quinta columna de Ir¨¢n, pa¨ªs cuyos lazos hist¨®ricos con el archipi¨¦lago resultan innegables. Innegable es tambi¨¦n la influencia de Arabia Saud¨ª, de donde son originarios los Al Khalifa.
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