Francisco P¨¦rez Gonz¨¢lez, espa?ol de pro
Era uno de los que Goethe dec¨ªa: "Aquel que se esfuerza sin cesar hasta el cansancio, con ¨¦l podemos contar". Con ¨¦l se cont¨® para toda empresa noble que le cuadraba. Descanse en paz quien tanto trabaj¨® hasta el final de su vida, y todos llamaban Pancho; se?al de su especial car¨¢cter. Tuvo en com¨²n con los grandes de la Transici¨®n, siendo uno de ellos, las notas de talento, generosidad, altura de miras, esfuerzo ilusionado, a prueba de dificultades, voluntad inquebrantable de superaci¨®n.
Fue socio de Jes¨²s de Polanco, con quien realiz¨® empresas de alto vuelo como la Editorial Santillana, implantada en Espa?a y en la casi totalidad de los pa¨ªses americanos; como PRISA, editora de EL PA?S, peri¨®dico que por su excelencia se instal¨® entre los grandes del mundo y entre ellos sigue ejercitando el genio period¨ªstico; am¨¦n de la SER y otros medios de comunicaci¨®n, que con tanto ¨¦xito contribuyeron a que fructificara en la sociedad espa?ola el esp¨ªritu del tiempo nuevo y su vertebraci¨®n con Europa.
Este c¨¢ntabro nacido en Buenos Aires, e indiano a su manera, de la raza de los Valdecilla y Comillas, es uno de los espa?oles que m¨¢s han hecho para estrechar relaciones con los pa¨ªses hermanos de Hispanoam¨¦rica. Dotado de poderosa energ¨ªa, calzaba sus botas de siete leguas y recorr¨ªa Am¨¦rica de cabo a rabo, de continuo, haciendo su trabajo como embajador de los libros y de la amistad, de lo que obtuvo resultados ¨®ptimos. Ten¨ªa el don de hacer amigos y de conservarlos mediante el servicio afectuoso y constante. Amaba a su familia, dedicando a todos -mujer, hijos, nietos y pr¨®ximos- cuidadosa y diaria atenci¨®n. Admirando tal virtud, yo le dec¨ªa: "Pancho, ?por qu¨¦ no me proh¨ªjas?".
Tuvo un gran poder social y lo ejerci¨® con prudencia y discreci¨®n. Pancho fue discreto en todas sus manifestaciones y, en particular, en sociedad. Evit¨®, siempre que pudo, el foco de las candilejas y los primeros planos. Recibi¨® altos reconocimientos y grandes cruces, y rechaz¨® otros honores que se le ofrecieron. Soy testigo. Como c¨¢ntabro de pro, sabi¨¦ndolo y sabore¨¢ndolo, participaba en los acontecimientos de su querida Cantabria, donde tendr¨¢ larga memoria su figura pr¨®cer, acogedora como la sombra de los poderosos robles del bosque pr¨®ximo a su casona de Barcenillas, all¨ª donde se celebraban "los cocidos de Pancho" en el verano, primero, en las espaciosas habitaciones de la casa, desde el portal a las troneras, luego, bajo amplia carpa, en el prado contiguo; all¨ª donde queda instalada, en mansi¨®n hidalga, su Fundaci¨®n para Estudios Hispanoamericanos.
Me place imaginar a Pancho, reencontrado con Polanco en la otra orilla, sus bizarras haza?as recordando: "Que tenemos que hablar de muchas cosas, compa?ero del alma, compa?ero"; y concluir estas l¨ªneas a modo de brindis festivo por tan ¨ªnclita pareja al rosicler de la ma?ana.
Pedro Crespo de Lara fue secretario general de la Asociaci¨®n de Editores de Diarios Espa?oles (AEDE).
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