David Monteagudo baja a la mina

David Monteagudo (Viveiro, Lugo, 1962) sabe c¨®mo provocar angustia a sus lectores. Lo consigui¨® con Fin, su primera novela publicada, y lo ha vuelto a hacer con Marcos Montes (Acantilado / Quaderns Crema en catal¨¢n), que acaba de aparecer. "La primera es m¨¢s radical, esta es m¨¢s complaciente", dice convencido. No estoy segura. Fin relata la desventura de unos amigos que se re¨²nen 25 a?os despu¨¦s y que por causas inciertas van desapareciendo uno tras otro. Marcos Montes trata de trabajadores de una mina de oro en la que se produce un derrumbe. Esta no es una novela coral como la anterior, tiene un protagonista, Marcos, pero s¨ª hay varias coincidencias. Dos, como m¨ªnimo, explica el autor: "Lo que me interesa es poner a un grupo de personas en una situaci¨®n l¨ªmite. Lo segundo es que esas personas sean normales, absolutamente normales".

Como Marcos Montes, minero cuarent¨®n, casado y que espera un hijo, al que la vida met¨®dica que llevaba le da el tumbo cuando se derrumba la galer¨ªa de la mina. En la angustiosa oscuridad, Marcos reflexiona sobre su vida y se da cuenta de que no todo era como ¨¦l pensaba. Aquel compa?ero al que en voz baja llamaba fascista, aquella novia de juventud que se suicid¨®... en esos instantes finales busca perdonarse a s¨ª mismo y tambi¨¦n cumplir sus sue?os. "Marcos intuye que le va a pasar algo, y cuando ocurre de verdad no lo acepta", explica el escritor. "Intenta una salida, madura. Siente la necesidad de resolver cosas, cree que se equivoc¨® muchas veces. Quiere ver la verdad y quiere salir a la superficie".

Como el personaje, Monteagudo tambi¨¦n se confiesa met¨®dico. "En este sentido, Marcos Montes es mi ¨¢lter ego. Ese deseo de apartarse de los dem¨¢s, de abstraerse en sus pensamientos, lo comprendo. En la f¨¢brica de cartonaje trabajaba con una m¨¢quina. Para combatir la rutina, yo tambi¨¦n me abstra¨ªa en mis historias y as¨ª las horas pasaban m¨¢s deprisa".

Fin le ha cambiado la vida. Antes escrib¨ªa y le¨ªa durante su poco tiempo libre. Ocho libros ten¨ªa en su caj¨®n. Ahora ha dejado la f¨¢brica. "Es un cambio de ciclo. Tengo 48 a?os y quiero trabajar en lo que me gusta. Conf¨ªo en que la literatura, los libros y los art¨ªculos, me permitan llegar a los 67", afirma. "Sigo viviendo en Vilafranca, en un piso de 40 metros cuadrados, y si antes era muy amo de mi casa y un cocinillas, ahora a¨²n lo soy m¨¢s. Parad¨®jicamente, escribo menos que antes. He ganado calidad de vida, pero, y para m¨ª es muy importante, he vuelto a correr. De joven fui campe¨®n j¨²nior de marat¨®n de Catalu?a. En 20 a?os no he dado un palo al agua, pero ahora he vuelto. Ya corro 10 kil¨®metros diarios en menos de 50 minutos".

Marcos Montes la escribi¨® en 2007, antes que Fin, y la registr¨® en 2008. "Se me ocurri¨® la historia porque coincidieron diversas cosas. O¨ª por la radio que un grupo de mineros hab¨ªa quedado atrapado a 2.000 metros de profundidad en una mina, creo que en China. Me impresion¨®. Y, por esos d¨ªas, en la f¨¢brica me met¨ª, algo que est¨¢ prohibid¨ªsimo, en una tolva [dispositivo destinado al dep¨®sito de materiales]. Empez¨® a moverse y sal¨ª pitando. La posibilidad de un accidente laboral siempre estaba presente. Escrib¨ª Marcos Montes para exorcizar el miedo".

Aparte de la historia tremenda de Marcos, la descripci¨®n de los mineros buscando una salida en la oscuridad, con t¨²neles y galer¨ªas derrumbados, pero sabiendo que tienen posibilidades de salir, provoca en el lector esa angustia monteagudiana. Sorprende en algunos momentos el lenguaje, quiz¨¢ demasiado perfecto. El escritor se indigna. "Ya he dicho que Marcos es mi ¨¢lter ego. En la f¨¢brica, el lenguaje en que formulaba mis pensamientos, mis sue?os, las novelas que quer¨ªa escribir, es este".

Niega cualquier oportunismo al publicar ahora la novela, justo cuando acaba de pasar lo de la mina San Jos¨¦ (Chile), donde 33 mineros atrapados a 700 metros pudieron ser rescatados. "Ya he dicho que la escrib¨ª en 2007, y Jaume Vallcorba, mi editor, program¨® en abril publicarla despu¨¦s del verano", explica. Para el escritor, el rescate de los 33 mineros es un triunfo dentro de la sinraz¨®n laboral que tanto castiga al trabajador.