Coreograf¨ªa de una disidencia
Bruce Beresford clausura la Seminci con una pel¨ªcula sobre el bailar¨ªn chino Lin Cunxin, exiliado por amor
No hay duda de que al iran¨ª Abbas Kiarostami le ha insuflado vida nueva a su carrera su primer rodaje fuera de su pa¨ªs. Su Copia certificada, que ya triunf¨® en Cannes, recibi¨® ayer la Espiga de Oro de la 55? Seminci de Valladolid, ex aequo con la hispanoargentina Sin retorno, de Miguel Cohan, la sorpresa del certamen. Cohan, ex asistente de Marcelo Py?eiro, ha logrado tambi¨¦n el premio al mejor nuevo director y el de la cr¨ªtica (FIPRESCI) con su filme, un drama devenido en thriller con notas sociales.
La mosquitera, segunda pel¨ªcula de Agust¨ª Vila, que ven¨ªa de ganar en el certamen de Karlovy Vary, ha recibido la Espiga de Plata y el premio a la mejor actriz (Emma Su¨¢rez). El Especial del Jurado fue para la bosnia En el camino, de Jasmila Zbanic, y el mejor actor ha sido el dan¨¦s Jesper Christensen, por En la familia. El festival se clausur¨® anoche con la proyecci¨®n de la decepcionante El ¨²ltimo bailar¨ªn de Mao, de Bruce Beresford. El director australiano (Sidney, 1940), que conoci¨® mejores tiempos con Paseando a miss Daisy, Un buen hombre en ?frica o Doble traici¨®n, presenta ahora un filme basado "escrupulosamente", apunta el cineasta, en hechos reales: la vida del bailar¨ªn Lin Cunxin. "No hemos a?adido nada a su autobiograf¨ªa, un libro que a m¨ª me atrap¨® como para entrar en el proyecto, todo lo que vemos en pantalla ocurri¨®. Si acaso, hemos simplificado para que cupiera en un filme".
Cunxin sali¨® de su peque?a aldea china para convertirse, dentro de las directrices de la Revoluci¨®n Cultural, en un excepcional bailar¨ªn. En 1979, gracias a un intercambio cultural, viaj¨® a Houston para actuar con el ballet de la ciudad y all¨ª se enamor¨® de una bailarina. Por amor pidi¨® asilo pol¨ªtico, y su caso se convirti¨® en un incidente diplom¨¢tico. "Las cosas han cambiado mucho. Hemos podido rodar all¨ª sin grandes problemas, solo nos pidieron ver el gui¨®n antes".
Aquella China oscura deb¨ªa parecerse a la Espa?a que Beresford conoci¨® durante dos meses en 1962. "Es cierto, Espa?a no tiene nada que ver. Y puede que haya paralelismos. En China a¨²n no hay democracia, pero he podido hablar tranquilamente con la gente. Incluso algunos criticaban al partido". En realidad, le preocup¨® m¨¢s encontrar a un bailar¨ªn excepcional que encarnara a Cunxin. "Por suerte apareci¨® Chin Cao en el Royal Birmingham Ballet. ?Y adem¨¢s act¨²a!".
Como madre, Joan Chen, una cl¨¢sica del cine chinoestadounidense. "Ella, que vive en San Francisco, conoc¨ªa perfectamente la historia de Li Cunxin. Me sirvi¨® para entender la importancia de su caso". ?Ha habido m¨¢s defecciones como la de este bailar¨ªn? "No te creas, no muchas, y desde luego, no tan sonadas".
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