Dinero y pol¨ªtica
Las elecciones de mitad de mandato en EE UU, que se celebrar¨¢n pasado ma?ana, se han convocado bajo nuevas reglas de juego: el pasado enero, el Tribunal Supremo estadounidense decidi¨® permitir el gasto ilimitado de las empresas en las campa?as electorales, lo que es un ejemplo determinante del papel (incontrolado) del dinero en la pol¨ªtica actual. Si a ello se le une la ley que permite a instituciones sin ¨¢nimo de lucro ni objetivos pol¨ªticos expl¨ªcitos mantener en secreto el origen de sus donaciones, se desequilibra la competencia electoral en beneficio de quienes est¨¢n m¨¢s cercanos al mundo de los m¨¢s abundantes recursos econ¨®micos. Esto es, de los republicanos.
Hace poco, el presidente Obama, con dificultades en los comicios del martes, dijo que "el pueblo norteamericano merece saber qui¨¦n est¨¢ decidiendo estas elecciones. No sabemos si es la industria del petr¨®leo o incluso empresas extranjeras. No lo sabemos porque no lo dicen". Y su principal asesor pol¨ªtico, David Alexrod, acus¨® a la C¨¢mara de Comercio y otros grupos similares de "socavar los principios de la democracia americana".
La legalidad del gasto ilimitado empresarial en las elecciones de EEUU est¨¢ cambiando las reglas de juego
Alexrod dijo que la C¨¢mara de Comercio debe abrir sus libros y explicar de d¨®nde procede el dinero que invierte en pol¨ªtica. La C¨¢mara, y a trav¨¦s suyo las empresas extranjeras (con intereses en diversos sectores a los que pretende embridar Obama), se ha convertido en el principal foco de acusaci¨®n de los dem¨®cratas.
La C¨¢mara de Comercio, con su sede central en Washington, es una de las m¨¢s poderosas asociaciones empresariales del mundo y en la mayor¨ªa de casos ejerce como lobby de los intereses empresariales que representa, lo que la ha convertido, de modo objetivo, en uno de los principales aliados electorales de los republicanos por la abierta hostilidad de sus dirigentes a la pol¨ªtica econ¨®mica del equipo Obama. Se estima que en estas elecciones primarias ha invertido unos 75 millones de d¨®lares, cuya procedencia es legalmente opaca.
Por supuesto, no es esta la ¨²nica ingerencia del mundo del dinero en las elecciones. Algunas publicaciones han desvelado, por ejemplo, que los hermanos Koch, due?os del gigantesco imperio Koch Industries, son una de las fuentes principales de financiaci¨®n del ultraderechista Tea Party. En California, el Partido Republicano presenta como candidatas al cargo de gobernador y a un esca?o al Senado a dos empresarias: las ex consejeras delegadas de eBay y de Hewlett Packard, Meg Whitman y Carly Fiorina. La primera, inmensamente rica, ha invertido personalmente en su campa?a 140 millones de d¨®lares, la mayor cantidad que ning¨²n pol¨ªtico ha empleado nunca en unas legislativas, siguiendo el modelo del multimillonario alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg.
?Desnaturaliza el libre juego de la democracia esta exposici¨®n abusiva del mundo del dinero? Ya se sabe que lo que ocurre en EE UU llega con posterioridad al resto de los lugares.
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