Bernanke, otra vez al rescate
La Reserva Federal prepara nuevas medidas para revitalizar la an¨¦mica econom¨ªa de EE UU y evitar la deflaci¨®n
La nueva hormona que sintetiza la Reserva Federal en su laboratorio para revitalizar la an¨¦mica econom¨ªa estadounidense se llama QE2. La primera dosis del tratamiento podr¨ªa llegar este mismo mi¨¦rcoles, un d¨ªa despu¨¦s de las elecciones legislativas para renovar las dos c¨¢maras del Congreso. Pero el uso de este esteroide monetario, advierten los expertos, puede tener efectos da?inos para la econom¨ªa si no se suministra con cuidado.
El QE2 es el t¨¦rmino abreviado que se utiliza en Wall Street para referirse a la segunda ronda de quantitative easing, o expansi¨®n monetaria cuantitativa, nada que ver con el flamante crucero de lujo Queen Elizabeth 2. Aunque han sido mejores de lo esperado, los ¨²ltimos datos macroecon¨®micos no han rebajado las expectativas de que el banco central estadounidense anuncie la reactivaci¨®n de la m¨¢quina de hacer dinero para comprar deuda p¨²blica e inyectar liquidez en el mercado.
La primera dosis del tratamiento podr¨ªa llegar el pr¨®ximo mi¨¦rcoles
Hay divisi¨®n en el seno de la Reserva Federal sobre el camino a seguir
Como los esteroides, el QE2 se asocia con una vida vigorosa. William Dudley, presidente de la Reserva Federal de Nueva York, brazo ejecutor del banco central, dio una nueva pista en un discurso en la Universidad de Cornell. Admiti¨® que la Fed no cuenta con una varita m¨¢gica para reparar la econom¨ªa, pero s¨ª puede facilitar un apoyo "esencial" hasta que las condiciones mejoren.
Wall Street conjetura desde hace semanas sobre qu¨¦ intensidad tendr¨¢n las pr¨®ximas medidas del banco central y cu¨¢nto tiempo estar¨¢ funcionando la m¨¢quina de imprimir dinero. Hay opiniones para todos los gustos, aunque la mayor¨ªa coincide en que la dosis se aplicar¨¢ de forma gradual. Los m¨¢s optimistas con la situaci¨®n econ¨®mica no creen que la compra de deuda supere, en una primera fase, los 100.000 millones de d¨®lares. Otros elevan la cantidad al medio bill¨®n.
La clave, seg¨²n Goldman Sachs, "no est¨¢ en el tama?o del primer paso, sino en lo lejos que la Fed tenga que llegar para cumplir su doble misi¨®n de mantener bajas las perspectivas de inflaci¨®n y ayudar a crear el m¨¢ximo empleo posible". Sus analistas creen que ser¨ªan necesarios en total cuatro billones de d¨®lares para que la econom¨ªa de Estados Unidos recupere el aliento sin problemas.
Pero desde el banco de inversi¨®n de Wall Street vaticinan que el equipo que preside Ben Bernanke no va a ir tan lejos en su esfuerzo por apuntalar la recuperaci¨®n y evitar un escenario deflacionista, por el hecho de que en el seno del banco central hay varios miembros contrarios a reactivar este mecanismo, que ya se ha utilizado durante la crisis para inyectar 1,75 billones de d¨®lares en la econom¨ªa. Goldman Sachs apuesta por un total de unos dos billones. UBS no le da m¨¢s de un bill¨®n.
Bernanke abri¨® la puerta al QE2 el pasado 27 de agosto. Desde entonces, la Fed se queja p¨²blicamente de que la inflaci¨®n se acerca a niveles demasiado bajos. El mercado entiende, y tambi¨¦n acepta, que si la Reserva Federal opta por retomar la compra de bonos es para evitar b¨¢sicamente un escenario deflacionista al estilo japon¨¦s, como se?alan los analistas de
Wells Fargo.
El crecimiento econ¨®mico, entre tanto, es demasiado bajo para tener un efecto positivo en el mercado laboral y contribuir a la reducci¨®n del desempleo. En el tercer trimestre, Estados Unidos creci¨® a una tasa anualizada del 2%, claramente por debajo de su potencial y muy lejos del 5% que se considera necesario para crear empleo de forma sostenida.
Goldman Sachs calcula que al menos ser¨ªa necesaria la compra de activos por valor de dos billones de d¨®lares. Con una tasa de inflaci¨®n subyacente del 0,8%, la m¨¢s baja desde 1961, y un paro que se mantiene por encima del 9,5% desde hace m¨¢s de un a?o, no estar¨ªa justificado para sus analistas una acci¨®n m¨¢s modesta. Thomas Hoenig, presidente de la Fed de Kansas City, cree, sin embargo, que seguir ese camino es "una apuesta peligrosa".
Desde el punto de vista de est¨ªmulo a la econom¨ªa, los analistas discrepan al opinar sobre la efectividad real del QE2. Wells Fargo y Jefferies Group creen que ser¨¢ muy limitado. Goldman se?ala que cada bill¨®n que se movilice equivaldr¨¢ a un recorte de tipos del 0,75%, lo que podr¨ªa impulsar la econom¨ªa un 1,2% del PIB en dos a?os.
El presidente de la Fed de Nueva York cree, sin embargo, que ese impulso podr¨ªa lograrse con la mitad y que su acci¨®n ayudar¨¢ a apuntalar la demanda de bienes y servicios, al alimentar un aumento de los precios y mantener el tipo de inter¨¦s a largo plazo estable. "Lo importante es asegurarse que el coste de las hipotecas no suba", se?ala PNC Financial. Pero desde Bank of America advierten en todo caso de que el programa no servir¨¢ para relajar las condiciones de cr¨¦dito a las empresas y a las familias.
La gran pregunta es por qu¨¦ la cantidad de est¨ªmulos movilizada desde la ca¨ªda de Lehman Brothers, en 2008, no termina de dar un impulso definitivo a la econom¨ªa de Estados Unidos. La pr¨®xima maniobra de la Reserva Federal suscita, por tanto, muchas dudas, y no est¨¢ exenta de riesgos. Los expertos de HSBC se?alan, de hecho, que la expansi¨®n monetaria cuantitativa "es un mecanismo formidable en las crisis, pero de una efectividad incierta en los ciclos de lenta recuperaci¨®n".
De ello es consciente el propio Bernanke, que en su ¨²ltimo discurso habl¨® de que va a medir los pros y los contras de la medida. Y tambi¨¦n lo saben en el mercado, donde esta semana se vendieron, por primera vez en la historia, bonos a cinco a?os protegidos contra la inflaci¨®n a un tipo negativo del 0,55%. Es decir, los inversores ven que con esta expansi¨®n de la masa monetaria es imposible evitar una alta dosis inflacionista en el futuro.
Es lo que preocupa al presidente de la Fed de Kansas, partidario de que se ponga fecha al fin de los est¨ªmulos. Eso contribuir¨ªa a frenar la ca¨ªda del d¨®lar, otro da?o colateral del QE2. Thomas Hoenig tambi¨¦n teme que se creen burbujas especulativas. No es el ¨²nico con poco apetito. Con ¨¦l coinciden Narayana Kocherlakota (Minneapolis), Richard Fisher (Dallas) y Charles Plosser (Filadelfia), otro signo de una Fed dividida.
Si el banco central de Estados Unidos opta finalmente esta semana por reactivar la m¨¢quina de hacer dinero, las grandes entidades que lidian con la Fed y el Tesoro en el mercado de deuda, como UBS, creen que los tipos de inter¨¦s seguir¨¢n estancados en el 0%-0,25% hasta mediados de 2011, como m¨ªnimo. La mayor¨ªa no ve el alza hasta un a?o m¨¢s tarde, incluso. Pero antes habr¨¢ que ver si la maniobra de la Fed es de la intensidad que espera Wall Street.
Bonos a la baja
A pesar de las se?ales confusas que emite la econom¨ªa de EE UU, los inversores leen los posos del caf¨¦ y empiezan a ajustar sus estrategias, anticipando una etapa inflacionista. La deuda p¨²blica fue un buen refugio durante la crisis. Pero, como se?alan desde Pimco, la pr¨®xima maniobra de la Reserva Federal marcar¨¢ oficialmente el fin de la fiesta.
"Un nuevo cheque de varios billones de d¨®lares no es un buen amigo" para los que tienen bonos, indica el poderoso fondo californiano en una nota dirigida a sus clientes. La compra de activos en masa podr¨ªa acelerar la tendencia que se observa desde el verano de inversores buscando alternativas a los bonos a largo plazo para mejorar sus retornos en el nuevo ciclo.
Por si no fuera suficiente con la reflexi¨®n de Pimco, no tiene desperdicio la carta del estratega Jeremy Grantham, titulada The night of the living Fed, muy apropiada para el fin de semana de Halloween. En ella compara a Ben Bernanke y su equipo con los muertos vivientes de una pel¨ªcula de terror. Argumenta Grantham que el precio de los bonos est¨¢ muy inflado. -
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