El S¨¢hara, a oscuras
El bloqueo a la prensa alienta la sospecha sobre la actuaci¨®n de Rabat en la protesta saharaui
La nueva protesta saharaui ha venido a recordar la existencia de un problema que, m¨¢s all¨¢ de sus estrictas dimensiones pol¨ªticas y diplom¨¢ticas, afecta de manera dram¨¢tica a miles de personas. La situaci¨®n de los campamentos no es solo insostenible por las carencias que padecen sus habitantes, sino por el hecho de que poco o nada hayan mejorado en d¨¦cadas y de que tampoco se entrevea una esperanza de que lo hagan en el futuro inmediato. Los datos de partida siguen siendo los que quedaron establecidos en el momento de la precipitada descolonizaci¨®n por parte de Espa?a. Marruecos invoca la legitimidad hist¨®rica, apuntalada por una situaci¨®n de hecho establecida militarmente, mientras que el Frente Polisario alega a favor de sus tesis la legalidad internacional, que reconoce el derecho de los saharauis a la independencia.
La incapacidad para resolver esta ecuaci¨®n no afecta solo a las partes en conflicto, sino tambi¨¦n a Naciones Unidas. De ah¨ª que sea dif¨ªcil adivinar a estas alturas cu¨¢l de estos actores estar¨ªa en condiciones de realizar un movimiento capaz de acabar con el bloqueo. Marruecos no est¨¢ en condiciones de aceptar ninguna salida que implique renunciar a la soberan¨ªa sobre el S¨¢hara, tanto por razones internas como por las implicaciones sobre su posici¨®n regional en el Magreb. Exactamente lo contrario de lo que espera el Polisario. Y Naciones Unidas, por su parte, no ha logrado avances sustanciales en el hallazgo de una tercera v¨ªa entre una y otra posici¨®n.
Las protestas de los saharauis indican que algo se mueve bajo el f¨¦rreo marco en el que est¨¢ estancado el conflicto, poniendo en entredicho el liderazgo del Polisario sin renunciar por ello a sus reivindicaciones de independencia. La represi¨®n marroqu¨ª, que se ha cobrado una v¨ªctima mortal, no puede ser ignorada y pasada por alto, a riesgo de complicar a¨²n m¨¢s la situaci¨®n en nombre de un pragmatismo de cortos vuelos. Los hechos ocurridos en el S¨¢hara exigen una investigaci¨®n con garant¨ªas y, en su caso, una depuraci¨®n de responsabilidades. No parece ser el camino adoptado por Rabat, que ha preferido ocultar a la prensa internacional lo que est¨¢ sucediendo, negando la entrada a los periodistas. Con esta decisi¨®n no fortalece su posici¨®n en el S¨¢hara, sino que est¨¢ convalidando impl¨ªcitamente las sospechas que se ciernen sobre su actuaci¨®n.
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