Dilma Rousseff advierte de que el progreso depende de los brasile?os
La presidenta electa luchar¨¢ contra el proteccionismo y las inversiones especulativas - Se compromete a mantener el gasto en partidas sociales
Dilma Rousseff, la primera mujer elegida presidenta de Brasil, va a tener muy pocas semanas de margen para demostrar que no es una simple sombra de Lula da Silva, sino que ser¨¢ ella quien a partir del 1 de enero dirija los destinos de su pa¨ªs. La oposici¨®n y los medios de comunicaci¨®n no le han dado ni un d¨ªa de respiro, celebrando la "victoria de Lula" y hablando m¨¢s del ex presidente que de ella. Rousseff se estren¨®, sin embargo, la noche de su victoria con un discurso serio: advirti¨® de que solo se puede confiar en el propio mercado interno para continuar el desarrollo del pa¨ªs y que su Gobierno luchar¨¢ por la estabilidad monetaria.
El tono del recibimiento de Dilma Rousseff lo dio ayer el diario O Estado de S?o Paulo, que titulaba "Victoria de Lula", ignorando casi a la propia candidata. Su oponente, Jos¨¦ Serra, que tard¨® bastante en salir a felicitarla, no se consider¨® tampoco derrotado por ella, sino por los elementos (encarnados en Lula). Serra, de 68 a?os, defendi¨® su papel dentro del Partido de la Social Democracia Brasile?a (PSDB): "Esto no es un adi¨®s, sino un hasta luego". El candidato aludi¨® al gobernador de S?o Paulo, Geraldo Alckmin, pero se cuid¨® mucho de citar a A¨¦cio Neves, de 50 a?os, senador por el importante estado de Minas Gerais y su m¨¢s directo competidor por el control del partido.
Al d¨ªa siguiente, los medios hablan casi m¨¢s de Lula que de su sucesora
En su discurso, la ex guerrillera quiso marcar las reglas de su pol¨ªtica
Rousseff asistir¨¢ con su antecesor a la pr¨®xima cumbre del G-20 en Se¨²l
La composici¨®n del Gabinete reflejar¨¢ el juego de fuerzas con el partido y con Lula
M¨¢s elegante fue Marina Silva, la candidata ecologista que consigui¨® forzar la segunda vuelta presidencial. Silva salud¨® a Rousseff, que ser¨¢, dijo, "la presidenta de todos los brasile?os" y le dese¨® suerte. Sus propios planes pasan por la consolidaci¨®n de una "tercera v¨ªa" verde, que llegue a 2014 con alguna posibilidad de protagonizar un aut¨¦ntico desaf¨ªo electoral.
Todos los esfuerzos del presidente Lula por esconderse la noche electoral y dejar que Rousseff adquiriera el protagonismo fueron en vano. Al d¨ªa siguiente, los medios de comunicaci¨®n brasile?os hablaban casi m¨¢s de ¨¦l que de la presidenta electa.
Tal vez por eso, el entorno de la presidenta electa se esforz¨® en dar la mayor importancia a su primer discurso y a la futura formaci¨®n de su primer Gobierno. La primera intervenci¨®n p¨²blica de Rousseff tras su victoria fue mesurada (solo se emocion¨® al hablar de Lula) y destinada a marcar su car¨¢cter y las reglas de su pol¨ªtica. El crecimiento econ¨®mico de Brasil, explic¨®, no puede contar con el empuje de las naciones desarrolladas, afectadas por la crisis, sino "con nuestras propias pol¨ªticas, nuestro propio mercado, nuestra propia pujanza y nuestras propias decisiones econ¨®micas". "No quiere decir que este pa¨ªs se cierre al mundo. Todo lo contrario: continuaremos apoyando la apertura de las relaciones comerciales y criticando el proteccionismo de los pa¨ªses ricos", (una de las grandes batallas de Brasil en la OMC).
Rousseff dej¨® tambi¨¦n clara su preocupaci¨®n por la sobrevaloraci¨®n especulativa de las monedas: "Es preciso establecer reglas cuidadosas, limitando el lavado de dinero y la especulaci¨®n desmedida, que aumenta la volatilidad de las monedas. Actuaremos firmemente en los foros internacionales con ese objetivo". Uno de los principales problemas de la econom¨ªa brasile?a es la entrada de inversiones extranjeras que buscan buenos rendimientos. Esos inversores especulativos huyen de las econom¨ªas tradicionales, estancadas, y se refugian en las emergentes, provocando la subida del real y tensiones inflacionistas.
Rousseff anunci¨® que no aceptar¨¢n ajustes que afecten a "los programas sociales, los servicios esenciales o las inversiones necesarias" y prometi¨® continuar la lucha para erradicar la miseria, pero sin marcar un plazo concreto para lograr ese objetivo, que afecta todav¨ªa a 21 millones de brasile?os. La presidenta electa se comprometi¨® a controlar el gasto p¨²blico, respetar la seguridad jur¨ªdica y la libertad de expresi¨®n y a mejorar la sanidad y la educaci¨®n.
Rousseff viajar¨¢ pr¨®ximamente con Lula a Mozambique para inaugurar una f¨¢brica de retrovirales, levantada con ayuda de Brasil, y luego acudir¨¢, tambi¨¦n con Lula, a la cumbre del G-20 en Se¨²l, donde se realizar¨¢ su presentaci¨®n internacional. A su vuelta, a mediados de noviembre, todo el pa¨ªs estar¨¢ pendiente de los nombres que anuncie para su nuevo Gobierno. Esa ser¨¢ su primera prueba de fuego. ?Cu¨¢ntos nombramientos ser¨¢n directamente suyos, cuantos se atribuir¨¢n a Lula y cuantos al Partido de los Trabajadores (PT)?
Durante la noche electoral, Rousseff estuvo escoltada por un hombre al que todos los analistas atribuyen un papel importante en su futuro Gobierno. Antonio Palocci, de 50 a?os, m¨¦dico y antiguo trotskista, reconvertido en economista, ha sido su jefe de campa?a y cuenta con la confianza de la nueva presidenta. A su favor tiene que fue el art¨ªfice de la pol¨ªtica de estabilidad de Lula, que tanta confianza dio a los mercados. En su contra, que debi¨® salir del Gabinete por un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n.
Las dos principales interrogantes son si la nueva presidenta conseguir¨¢ retener al titular del Banco Central, Henrique Meirelles, de 65 a?os, otro de los grandes responsables de la buena imagen de Brasil, por su pol¨ªtica de freno a la inflaci¨®n. Meirelles lleva tiempo pidiendo el relevo y hacerse cargo de alg¨²n ministerio "ejecutivo". Esta es su gran oportunidad, pero quiz¨¢s admita quedarse un a?o, a cambio de la promesa de pasar despu¨¦s a dirigir todas las infraestructuras del pa¨ªs (una inversi¨®n formidable de cara a los Mundiales de 2014 y los Juegos Ol¨ªmpicos de R¨ªo, en 2016). El segundo miembro del Gabinete de Lula cuya permanencia podr¨ªa haber pedido el actual presidente es el ministro de Hacienda, Guido Mantega, de 61 a?os. Mantega fue la persona que provoc¨® hace pocas semanas un formidable debate internacional al hablar de una guerra de divisas internacional.
Otro hombre cercano a Rousseff por el que la mayor¨ªa de los analistas apuesta para alg¨²n cargo en el ¨¢rea econ¨®mica es Luciano Couthino, que fue profesor de la presidenta y actualmente es titular del importante Banco Nacional de Desarrollo Econ¨®mico y Social (BNDES), uno de los grandes instrumentos de la pol¨ªtica de crecimiento acelerado impulsada por Rousseff desde la Casa Civil. Couthino es adem¨¢s un decidido conservador en cuanto a pol¨ªtica fiscal se refiere.
Algunas presidentas de Am¨¦rica Latina
- Cristina Fern¨¢ndez. Gan¨® las presidenciales de 2007 en Argentina y sucedi¨® a su esposo, N¨¦stor Kirchner. Su predecesora fue Isabel Per¨®n, presidenta entre 1974 y 1976.
- Laura Chinchilla. Preside Costa Rica desde mayo de 2010, tras ganar las elecciones en febrero. Fue vicepresidenta durante el Gobierno de ?scar Arias.
- Violeta Chamorro. Gan¨® la presidencia de Nicaragua en 1990 cuando derrot¨® al actual presidente, Daniel Ortega, como candidata de la Uni¨®n Nacional Opositora.
- Michelle Bachelet. Tras asumir las carteras de Defensa y Salud, lleg¨® en 2006 a la presidencia de Chile. Dej¨® el poder en marzo de 2010 con una popularidad del 80%.
- Mireya Moscoso. Fue presidenta de Panam¨¢ entre 1999 y 2004. Lleg¨® al poder tras la muerte de su esposo, el tres veces presidente Arnulfo Arias.
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