Dilma Rousseff promete continuar el trabajo de Lula
La candidata oficialista saca 11 puntos a Jos¨¦ Serra y obtiene la victoria aritm¨¦tica en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales - En su discurso se compromete con las libertades de prensa y religiosa y la igualdad entre hombres y mujeres
Dilma Rousseff, de 62 a?os, la persona elegida por Lula da Silva para sucederle, se ha proclamado hoy presidenta de Brasil, la primera en la historia del pa¨ªs. La candidata del Partido de los Trabajadores ha logrado el 56% de los votos en la segunda vuelta de las presidenciales, muy por delante de Jos¨¦ Serra, del Partido de la Social Democracia (PSDB), que se ha quedado con el 44%: una diferencia de 11 millones de votos, seg¨²n los datos oficiales difundidos por el Tribunal Electoral de Brasil con el 99,9% del escrutinio. Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT) ha prometido "honrar" el trabajo de Lula, su mentor y su predecesor en el cargo, el presidente m¨¢s popular de la historia de Brasil, el que ha conseguido colocarlo como octava potencia del mundo y sacar de la pobreza a millones de brasile?os. Dilma, como la conocen los brasile?os, mantiene la lucha contra la pobreza y la estabilidad econ¨®mica como sus prioridades, adem¨¢s de un compromiso con los derechos fundamentales y la igualdad entre hombres y mujeres.
Dilma, que ha seguido el escrutinio desde su casa de Brasilia, se ha reunido con Lula tras conocer su victoria. Despu¨¦s se ha dirigido a un hotel para hacer una declaraci¨®n ya como ganadora de las elecciones. En ¨¦l, la presidenta ha rendido homenaje a su mentor, prometiendo que trabajar¨¢ para extender su legado en "una nueva era de prosperidad". "La tarea de sucederle es dif¨ªcil y representa un desafio, pero sabr¨¦ honrar esta herencia y ampliar su trabajo", ha prometido.
La nueva presidenta se ha marcado dos objetivos fundamentales: la erradicaci¨®n de la pobreza -que ya persigui¨® Lula con ¨¦xito- y el mantenimiento de la estabilidad y crecimiento econ¨®micos. "No podemos descansar mientras haya brasile?os hambrientos, mientras hay familias que viven en la calle, mientras haya ni?os pobres abandonados a su destino", ha prometido. Tambi¨¦n se ha comprometido a garantizar las libertades de prensa y religiosa y a promover la "igualdad entre hombres y mujeres", principios, todos ellos, "esenciales de la democracia".
Con l¨¢grimas en los ojos, la economista ha afirmado que el resultado de las urnas le ha encomendado la "misi¨®n m¨¢s importante" y "dif¨ªcil" de su vida y ha se?alado, como el primero de sus compromisos, su intenci¨®n de "honrar a todas las mujeres, para que este hecho in¨¦dito de hoy se multiplique" en toda la sociedad. "Quiero que los padres y las madres miren hoy a sus hijas y les digan que una mujer puede ser presidenta de Brasil", ha expresado.
En su lista de promesas, la que se ha presentado como "la presidenta de todos, respetando las diferencias de opini¨®n", ha asegurado que garantizar¨¢ "el derecho a la opini¨®n y la expresi¨®n", el "empleo", la "distribuci¨®n de renta", la "vivienda digna", la "paz social", las "m¨¢s absolutas libertades de prensa, religiosa y de culto" y que velar¨¢ por el estricto respeto "a la Constituci¨®n".
Asimismo, se ha comprometido con la meta de "erradicar la pobreza" en el camino ya iniciado por Lula, "el mejor presidente que ha tenido Brasil", y ha hecho un llamamiento a los "empresarios, trabajadores, iglesias, a la prensa y a todas las personas de bien del pa¨ªs" a colaborar con un Gobierno que ser¨¢ "para todos, sin exclusi¨®n".
Por su parte, el derrotado candidato del Partido de la Social Democracia Brasile?a (PSDB), Jos¨¦ Serra, y al que Rousseff se ha comprometido a "tender la mano", ha pedido a la futura presidenta "que haga el bien" para Brasil. "Estoy muy agradecido a los 46 millones de brasile?os y brasile?as que votaron por m¨ª", ha asegurado Serra, quien durante su discurso tras conocer su derrota ha abogado por un "Brasil soberano, democr¨¢tico, que sea propiedad de su pueblo".
106 millones de brasile?os acuden a las urnas
Luiz In¨¢cio Lula da Silva, el presidente m¨¢s popular de la historia de Brasil, dej¨® siempre claro que la victoria de su candidata ser¨ªa una victoria propia. Y lo contrario: que su derrota significar¨ªa una bofetada del electorado en su propia cara. El candidato opositor, Jos¨¦ Serra, tambi¨¦n tuvo siempre presente que ni ¨¦l, ni su grupo (Partido de la Social Democracia Brasile?a, PSDB), luchaban s¨®lo contra la candidata del Partido de los Trabajadores (PT), sino contra el propio Lula. "Mi batalla es una batalla gigantesca", confes¨® Serra poco antes de acercarse a depositar su voto, en la ciudad de S?o Paulo.
Finalmente, ha sido una batalla que no ha podido ganar, pese a lograr forzar hace dos semanas una segunda vuelta en la que han participado m¨¢s de 106 millones de brasile?os de los 136 llamados a votar -una abstenci¨®n del 21,5%, la m¨¢s alta desde que Brasil recuper¨® la democracia en 1985-. Los votantes han dado a una mujer el puesto de 40? presidente del quinto pa¨ªs m¨¢s grande del mundo (toda la Uni¨®n Europea cabe en la mitad de su territorio).
Nueva etapa
Lula, que la eligi¨® como candidata presidencial en contra de la opini¨®n de muchos de sus compa?eros del PT, ha sido un elemento decisivo en la victoria, pero como mantiene el ex ministro y soci¨®logo Roberto Mangabeira Unger, "ahora empieza un momento distinto, con una persona diferente y con un trabajo que tendr¨¢ sus propias exigencias". "Ahora comienza una nueva etapa en nuestra democracia", dijo la propia Rousseff a la salida del colegio electoral.
Lula ha estado ocho a?os en la presidencia (la Constituci¨®n brasile?a proh¨ªbe un tercer mandato) y se retira con un incre¨ªble 83% de popularidad. Pocos confiaban en que Serra, ex gobernador de S?o Paulo, pudiera dar la vuelta a los sondeos: la victoria del candidato del PSDB, bromeaba hace dos d¨ªas, en una cadena de televisi¨®n, un conocido analista, solo parec¨ªa posible en dos circunstancias muy especiales: "que las empresas de sondeos se hayan vuelto locas... o que se produzca un milagro".
No parece, sin embargo, que los aspectos religiosos, tan presentes en la campa?a para la segunda vuelta, hayan sido finalmente un elemento tan decisivo a la hora de depositar el voto. "Lo importante, por encima de todo", ha confesado a EL PA?S un pastor protestante a la salida de un colegio en Brasilia, "es c¨®mo ha mejorado la vida de la gente en estos ocho a?os". Para la mayor¨ªa de los expertos brasile?os, es la llamada clase c, la nueva clase media baja, que ha nacido y crecido bajo la presidencia de Lula, la que ten¨ªa la llave de las elecciones. Y para esos millones de ciudadanos que conf¨ªan, llenos de optimismo, en seguir mejorando su nivel de vida, la continuidad ha podido ser el elemento decisivo a la hora de depositar el voto.
Dilma Rousseff, hija de un abogado comunista b¨²lgaro y de una maestra brasile?a, antigua militante de un grupo armado durante la dictadura militar brasile?a, se ha presentado a estas elecciones (las primeras a las que concurr¨ªa en toda su vida) con una intachable hoja de gestora econ¨®mica, seria y eficiente, y ha prometido, sobre todo, esa continuidad con respecto a la etapa de Lula. Rousseff necesitar¨¢, sin embargo, asentar su fuerza y poder en la presidencia, con un gobierno propio y su propia forma de trabajar, que es, sin duda, mucho m¨¢s adusta que la de su predecesor. Pese a todo, se da por seguro que ahora mantendr¨¢, por lo menos durante un a?o, al actual ministro de Econom¨ªa, Guido Mantegna. La gran duda es su relaci¨®n con los barones del PT, a los que Lula mantuvo siempre a raya, con el poder que le daba su fabulosa popularidad, y que ahora pueden reclamar mayor protagonismo. Uno de esos barones, Jos¨¦ Dirceu, ha aclarado, sin embargo, que no aspira a ning¨²n cargo ministerial. "Ni puedo, ni debo, ni quiero", ha proclamado.
El futuro de Lula, que se ha empleado en esta campa?a con todas sus energ¨ªas y ha demostrado que mantiene intactas su fuerza y su capacidad de convicci¨®n, es una de las grandes inc¨®gnitas de esta nueva etapa. ?Optar¨¢ a un tercer mandato en 2014 o considera que su tiempo "brasile?o" est¨¢ definitivamente cerrado? "Lula solo volver¨ªa en un caso", explica un destacado militante del PT. "Si Dilma llega a la presidencia y su mandato fuera un fracaso. Entonces, todos le pedir¨ªamos que regresara. Si Dilma tiene ¨¦xito, lo m¨¢s natural ser¨ªa que ella misma optara a la reelecci¨®n".
Lo que parece claro es que ni Serra ni Rousseff tienen la extraordinaria proyecci¨®n internacional que ha logrado el actual presidente brasile?o. Lula es un "activo" de Brasil en todo el mundo y parece l¨®gico que, bien sea al frente de una fundaci¨®n, bien sea en cualquier otro puesto, la actividad internacional forme parte de la agenda inmediata de esta formidable figura pol¨ªtica latinoamericana.
El futuro de Lula
El futuro de Lula, que se ha empleado en esta campa?a con todas sus energ¨ªas y ha demostrado que mantiene intactas su fuerza y su capacidad de convicci¨®n, es una de las grandes inc¨®gnitas de esta nueva etapa. ?Optar¨¢ a un tercer mandato en 2014 o considera que su tiempo "brasile?o" est¨¢ definitivamente cerrado? "Lula solo volver¨ªa en un caso", explica un destacado militante del PT. "Si Dilma llega a la presidencia y su mandato fuera un fracaso. Entonces, todos le pedir¨ªamos que regresara. Si Dilma tiene ¨¦xito, lo m¨¢s natural ser¨ªa que ella misma optara a la reelecci¨®n".
Lo que parece claro es que ni Serra ni Rousseff tienen la extraordinaria proyecci¨®n internacional que ha logrado el actual presidente brasile?o. Lula es un "activo" de Brasil en todo el mundo y parece l¨®gico que, bien sea al frente de una fundaci¨®n, bien sea en cualquier otro puesto, la actividad internacional forme parte de la agenda inmediata de esta formidable figura pol¨ªtica latinoamericana.
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