Los p¨¢jaros de otro mundo
Como una bandada de p¨¢jaros migratorios incontrolables del m¨¢s precioso plumaje, los cuatro miembros de la banda de la leyenda del saxof¨®n Wayne Shorter volaron anoche sobre el escenario del Teatro Fern¨¢n G¨®mez en el memorable concierto inaugural del Festival de Jazz de Madrid. Dibujaban c¨ªrculos y espirales, ca¨ªan despreocupadamente en picado y se acercaban hasta casi tocarse las alas para despu¨¦s separarse en nerviosa desbandada.
Por todo repertorio se presentaron con un tema de 80 minutos (y un bis de otros 20) aparentemente inspirados por el caos, pero fuertemente sujetos en las partituras de Shorter, acaso el mejor compositor del jazz contempor¨¢neo. En realidad, fueron muchas canciones y muy pocas notas (en el mejor de los casos tres o cuatro), empleadas como trampolines para la improvisaci¨®n y enlazadas con descaro y relajaci¨®n por una banda que lleva diez a?os funcionando y suena rabiosamente actual. Y eso, pese a que su l¨ªder, budista convencido, que acaba de cumplir 77 a?os y ya firmaba brillantes cap¨ªtulos como parte del glorioso segundo quinteto de Miles Davis (1965-1968), ese milagro que algunos llamaban algo r¨¢canamente una banda de jazz y que cambiar¨ªa la historia de esa m¨²sica.
La leyenda del saxof¨®n se mostr¨® brillant¨ªsimo y relajado
La sorpresa de la noche fue la baterista Terri Lyne Carrington
Shorter altern¨® saxof¨®n tenor y un soprano que m¨¢s bien pareci¨® un arma blanca. Acatarrado, en precario equilibro, en permanente persecuci¨®n de s¨ª mismo y siempre peleado con las cuerdas del piano de Danilo P¨¦rez, se mostr¨® brillant¨ªsimo, relajado, como un general que conf¨ªa plenamente en sus huestes. Quiz¨¢ fuera porque P¨¦rez, pianista paname?o extraordinario, pareci¨® empujar a la banda con la misma sutileza con la que Herbie Hancock alentaba a Miles en los buenos tiempos. Como solo los grandes son capaces de hacer, su mano izquierda (cerebral, hipn¨®tica) raramente supo lo que hac¨ªa la derecha (torrencial, exuberante).
En incansable coqueteo con Stravinski, Andrew Hill, Chick Corea y con su propio arte, P¨¦rez lanzaba miradas oblicuas con mensajes ocultos a John Patitucci, quien, en el otro extremo de una alfombra oriental que a ratos parec¨ªa a punto de emprender el vuelo, toc¨® virtuosamente el contrabajo con la solidez del hormig¨®n y la predisposici¨®n para el juego de un ni?o travieso e hiperactivo.
Aunque la sorpresa de la noche, por la pura novedad, result¨® Terri Lyne Carrington. La baterista sustitu¨ªa al otro miembro permanente del cuarteto, Brian Blade. Elegante percusionista, Blade forma parte de la banda desde aquel d¨ªa de principios de siglo en que Shorter escogi¨® a tres de los mejores j¨®venes leones de la escena para un viaje que ha quedado registrado soberbiamente en los ¨¢lbumes en directo Footprints Live! (2002) y Beyond the sound barrier (2005) y en el disco en estudio Alegr¨ªa (2003).
La banda quiz¨¢ suene con Carrington m¨¢s agresiva y escueta. Y aunque a¨²n se la ve¨ªa perdida en muchos de los chistes privados del resto de los miembros, ya entiende perfectamente la misi¨®n para la que se le ha convocado. Lo demostr¨® al atajar de un par de golpes secos de caja el t¨ªmido intento de la audiencia de prorrumpir en aplausos a la hora del inicio, lo cual, claramente, hubiera interrumpido tambi¨¦n el torrente de conciencia musical. Shorter le reconoci¨® el esfuerzo al final, cuando por todo parlamento pronunci¨® con respeto su nombre en un susurro rasposo como una lija.
El p¨²blico, que abarrot¨® el teatro, se dej¨® zarandear a gusto por la exigente propuesta del cuarteto. El aroma de las ocasiones ¨²nicas se sent¨ªa con fuerza ya solo al repasar las caras de los asistentes en el vest¨ªbulo: al recital asistieron m¨²sicos como Jorge Pardo, Pepe Rivero o Joe Lovano, estrella post bop llegada de Nueva York para ofrecer esta noche el segundo de los conciertos del ciclo madrile?o.
Es dif¨ªcil saber con qu¨¦ presencia de ¨¢nimo afronta Lovano el reto de igualar hoy sobre el mismo escenario un concierto tan absolutamente brillante como el de anoche. Lo cierto es que el resto del p¨²blico aplaudi¨® a gusto cuando al fin pudo y abandon¨® la sala como en trance, pasmado y un tanto escaso de palabras.
Pr¨®ximos conciertos
- Esta noche: Joe Lovano Europa Quartet. Teatro Fern¨¢n G¨®mez. 30 euros.
- Ma?ana: Kroke. Teatro Fern¨¢n G¨®mez. 18 euros.
- Viernes: Dianne Reeves. Fern¨¢n G¨®mez. 35 euros. Martial Solal - Agust¨ª Fern¨¢ndez y Jo Krause. San Juan Evangelista. 18 euros.
- S¨¢bado: Peter Br?tzmann. San Juan Evangelista. 15 euros.
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