El 'milagro' de la Sagrada Familia
El dinero del turismo, las nuevas tecnolog¨ªas y el empe?o de la Iglesia han acelerado la construcci¨®n del templo que dise?¨® el aspirante a beato Gaud¨ª
En las dos m¨¦nsulas del portal del Rosario de la Sagrada Familia el diablo tienta a dos j¨®venes con los pecados mayores de aquella ¨¦poca convulsa: el anarquismo (representado con una bomba Orsini) y la prostituci¨®n (una bolsa de dinero). Refleja bastante bien cu¨¢l era el contexto en el que un grupo de cat¨®licos deciden en 1882 erigir en Barcelona un templo expiatorio de los muchos pecados de aquella ciudad que a fuerza de violenta contestaci¨®n obrera, libertaria y anticlerical se hab¨ªa ganado el sobrenombre de Rosa de Fuego. El templo, al igual que ocurri¨® con la iglesia igualmente expiatoria del Sacr¨¦ Coeur de Par¨ªs (que pretend¨ªa limpiar los pecados de la Comuna) deb¨ªa construirse con los donativos de los fieles, a ser posible, conseguidos con el sacrificio necesario para limpiar su alma.
El presupuesto de la obra roza ahora casi los 20 millones de euros al a?o
La tenacidad de los defensores pudo m¨¢s que la cr¨ªtica de los detractores
En los ¨²ltimos 20 a?os ha habido millones de turistas fieles dispuestos a pagar 12 euros (lo que cuesta la entrada, que consta como donativo) y sacrificar su tiempo en las interminables colas que hay que aguantar para acceder al templo. Ha habido tambi¨¦n otros donativos -como el de toda una finca en la Gran V¨ªa cuya venta permiti¨® en 2000 construir los cimientos de la fachada principal y as¨ª adelantarse al t¨²nel del AVE que le pasa por debajo-, pero han sido los turistas y las ventas en tienda las que han permitido que en los ¨²ltimos tiempos se invierta una media de mill¨®n y medio de euros mensuales en la construcci¨®n de la obra, que est¨¢ acabada ya en su parte principal.
Este chorro de dinero (desde 2002 la cifra siempre ha superado los 13 millones de euros anuales hasta rozar ahora los 20) ha sido el principal causante del aceler¨®n de las obras que ha vivido el templo en esta d¨¦cada. Tambi¨¦n ha ayudado, y mucho, la introducci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas, tanto en el dise?o como en la misma construcci¨®n. Desde que el actual arquitecto, Jordi Bonet, y su equipo aprendieron c¨®mo utilizar los avanzados programas inform¨¢ticos para dise?ar las superficies geom¨¦tricas regladas en las que se bas¨® Gaud¨ª para dise?ar el templo, se ha podido avanzar a marchas forzadas. Desde un ordenador de Nueva Zelanda, por ejemplo, el catedr¨¢tico Mark Burry enviaba la ecuaci¨®n a un ordenador en Galicia en donde una m¨¢quina interpretaba la instrucci¨®n para ir cortando cent¨ªmetro a cent¨ªmetro la columna que despu¨¦s se enviaba a Barcelona. Cosas as¨ª suced¨ªan cada d¨ªa en la obra y, aunque el resultado tiene un punto robotizado, la espectacularidad de la nave principal que el domingo consagrar¨¢ el Papa impresiona incluso a los hace poco ac¨¦rrimos cr¨ªticos de la continuaci¨®n de las obras.
Sigue habiendo, eso s¨ª, una amplia oposici¨®n en el mundo arquitect¨®nico catal¨¢n hacia la obra, pero los argumentos son muy parecidos a los de un c¨¦lebre manifiesto de 1956 que defend¨ªa que, dado el car¨¢cter intuitivo y genial de Gaud¨ª, era temerario intentar continuar su trabajo a partir de los restos de maquetas y las escuetas explicaciones que recogieron sus disc¨ªpulos. Se critica que se hayan seguido de manera ciega estas indicaciones cuando, por ejemplo, Gaud¨ª opt¨® por la construcci¨®n reglada porque quer¨ªa eliminar los contrafuertes del estilo g¨®tico, algo que ahora resulta innecesario ya que de todas formas las columnas son de hormig¨®n armado.
"No hay vuelta atr¨¢s", comenta Daniel Giralt-Miracle, que fue el comisario del A?o Gaud¨ª en 2002. "Ha podido m¨¢s la tenacidad de los defensores que las duras y racionales cr¨ªticas de los detractores". Sus defensores alegan que la Sagrada Familia no es solo la obra de un arquitecto genial, sino el templo repleto de simbolismo dise?ado por un visionario que buscaba aumentar la fe de la humanidad a trav¨¦s del arte. Y en eso, algo de raz¨®n tienen. Poca cosa m¨¢s que arte y religi¨®n se encontrar¨¢ en la historia de Antoni Gaud¨ª (1852- 1926), un hombre que m¨¢s que biograf¨ªa ha tenido hagiograf¨ªas. Le va bien ahora cuando est¨¢ en marcha el proceso de beatificaci¨®n que podr¨ªa concluir en 2016, diez a?os antes del centenario de su muerte y de la probable finalizaci¨®n total del templo. Jos¨¦ Manuel Almuzara, de la asociaci¨®n que promueve su beatificaci¨®n, cree que habr¨¢ avances "cuando el Papa vea la maravilla del templo", un potente artefacto de propaganda cat¨®lica que puede poblar esta nueva bas¨ªlica no solo de turistas sino, tambi¨¦n, de peregrinos.
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