El pez en el agua
Fernando Savater y Javier Cercas desmontaron ya aqu¨ª algunos de los muchos t¨®picos que hay sobre Mario Vargas Llosa. Pero los t¨®picos no cesar¨¢n, y tampoco dejar¨¢n de preguntar al escritor que gan¨® el Nobel sobre las salpicaduras pol¨ªticas de la actualidad, por si el hombre responde lo que ya se sabe que va a contestar. Saben que la literatura es su pasi¨®n; pues pregunt¨¦mosle de pol¨ªtica, a ver si nos sorprende.
Los t¨®picos m¨¢s consistentes, porque pueden generar otros t¨®picos ins¨®litos, son los que lanz¨® (aqu¨ª tambi¨¦n, y en otros medios espa?oles) el cineasta norteamericano Oliver Stone, que estaba en Madrid presentando su ¨²ltimo filme, Wall Street, cuando la Academia sueca entronizaba al autor peruano. Dijo Stone, entre otras cosas, que el ¨²ltimo Nobel es reaccionario y cat¨®lico, y que por eso lo hab¨ªan galardonado. ?Reaccionario, cat¨®lico? No lo es, pero no importa; eso sale en letras de molde y cae como una piedra ante los ojos de los que est¨¢n esperando leer algo as¨ª. Cat¨®lico, ?no te lo dec¨ªa yo! ?Y adem¨¢s reaccionario!
Es curiosa la coincidencia, pues esos d¨ªas el Nobel Mario Vargas Llosa hab¨ªa ido en Nueva York a ver esa ¨²ltima pel¨ªcula de Oliver Stone. No le hab¨ªa disgustado; al autor de La Fiesta del Chivo le gusta mucho el cine. El otro d¨ªa le preguntaron en la conferencia de prensa con la que present¨® su ¨²ltima novela en Madrid a qu¨¦ dedica el tiempo libre. A la m¨²sica, al cine, a los amigos. Eso dijo. En cuanto a la m¨²sica, se sabe ya que lo m¨¢s moderno que cultiva es Mahler; y en cuanto al cine, es legendario que le gusta todo, y que es capaz de desplazarse lo que haga falta para ver una pel¨ªcula de acci¨®n con la que resuelve los nudos en los que lo haya metido la verdad de las mentiras. Y, claro, si estrenan una pel¨ªcula de Oliver Stone va a verla, c¨®mo no. Donde no se ve mucho a Vargas Llosa es en misa, as¨ª que no s¨¦ qu¨¦ recortes consulta el cineasta.
Cuando a Vargas Llosa le contaron en Nueva York lo que Oliver Stone dec¨ªa de ¨¦l, ri¨® de buena gana. Quienes le han le¨ªdo (sus art¨ªculos, sus libros, sus opiniones en las incontables entrevistas que ha dado a lo largo de los a?os) saben sus juicios acerca de la pol¨ªtica, la religi¨®n, la literatura, y ahora ya saben, adem¨¢s, qu¨¦ hace en el tiempo libre. Todo es escritura para ¨¦l, y as¨ª es desde que era un ni?o. Todo lo dem¨¢s, hasta el premio, es una a?adidura inesperada.
Hay un libro suyo, El pez en el agua, en el que Mario Vargas ofrece dos retratos, el del adolescente que se impuso la literatura como la mayor ambici¨®n de su vida y, en los cap¨ªtulos pares, el hombre que puli¨® la vocaci¨®n pol¨ªtica hasta que esta le dej¨® exhausto. Si Oliver Stone y los que buscan en Mario Vargas Llosa la confirmaci¨®n de sus t¨®picos leyeran los cap¨ªtulos impares de El pez en el agua a lo mejor le dejar¨ªan tranquilo, escribiendo o diciendo, con una honestidad muchas veces suicida, lo que le da la gana, incapaz de mentir y de mentirse a s¨ª mismo. Pero, claro, hay gente que prefiere no leer para no caerse de sus lugares comunes.
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