Inmunes a la crisis
Espa?a quiere exportar su modelo de 'software' industrializado a Europa. Ya hay m¨¢s de cien factor¨ªas especializadas y en dos a?os se han abierto m¨¢s de veinte
Espa?a se estar¨¢ desindustrializando, pero las llamadas factor¨ªas de software, especializadas en el desarrollo de aplicaciones y mantenimiento de sistemas para terceros, est¨¢n proliferando como hongos. No es que Espa?a sea India, pero no podr¨ªa haber crecido m¨¢s r¨¢pido. Seg¨²n el ¨²ltimo informe de AETIC, en 2008 hab¨ªa 77 f¨¢bricas de software en Espa?a. Ahora pueden ser m¨¢s de cien. "El sector ha estado creciendo a tasas superiores al 20% en los ¨²ltimos cinco a?os", asegura Javier Garza, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos. Y algunas empresas, incluso m¨¢s r¨¢pido. Tecnocom, con nueve factor¨ªas en ciudades como Girona, Tarragona o Almer¨ªa, han elevado su facturaci¨®n en esta ¨¢rea a un ritmo superior al 30% anual. "Hace cinco a?os ¨¦ramos 700 trabajadores", asegura Jos¨¦ Antonio Ortega, director de esta divisi¨®n de la empresa. "Ahora somos 1.600".
Los salarios suponen el 75% de los costes en el desarrollo de 'software'
El sector, que factur¨® 376 millones en 2008, prev¨¦ triplicar en breve sus ventas
La crisis apenas les ha afectado. Al rev¨¦s; la necesidad de ahorrar ha llevado a las grandes empresas a ceder sus tareas inform¨¢ticas m¨¢s industrializables a estas plantas, propiedad de gigantes como Accenture o IBM, pero tambi¨¦n de empresas menores como Matchmind o IT Deusto. "Hemos crecido un 40% en los ¨²ltimos dos a?os", dice Santiago Escribano, director de esta ¨¢rea en Indra, empresa que cuenta con nueve factor¨ªas (A Coru?a, Badajoz, Gij¨®n...) y que emplea a unas 3.000 personas en Espa?a. ?Milagro? No. Lo que ocurre, explican en Accenture , "es que a las empresas les sale mucho m¨¢s barato que su software m¨¢s b¨¢sico y masivo lo desarrollen y mantengan estas f¨¢bricas que hacerlo en casa".
Para responder a esa necesidad, las grandes empresas proveedoras de servicios de software, que hace a?os los suministraban en las oficinas del cliente o en sus instalaciones de Madrid y Barcelona, empezaron a montar plantas de este tipo a principios de la d¨¦cada. Se trataba de concentrar la carga de trabajo derivada de varios clientes en una planta, en la que trabajan entre 100 y 400 personas, logrando as¨ª econom¨ªas de escala y menores costes. "Usamos en esas plantas herramientas repetitivas, y maduras, que se pueden reutilizar en otros procesos y programas", dicen en Accenture, que cuenta con siete factor¨ªas en Espa?a, con 1.200 empleados.
Dada la escasez de inform¨¢ticos en Madrid y Barcelona y sus altos sueldos, las empresas proveedoras han optado por implantarse en ciudades de tama?o medio. "Al haber all¨ª menor oferta de empleo", explica Ortega, "los sueldos suelen ser un 25% m¨¢s bajos". Y eso es decisivo. El desarrollo de software es una actividad de trabajo intensivo. "Los costes salariales son el 75% del total", dice el ejecutivo de Tecnocom. En Accenture, 80.000 de los 200.000 empleados del grupo trabajan en factor¨ªas de software. Pero los sueldos no han sido la ¨²nica raz¨®n: al instalarse en esas ciudades, las empresas van al encuentro de profesionales que no abundan en Madrid o Barcelona. Lo que explica que se establezcan cerca de las facultades de inform¨¢tica.
Adem¨¢s, la necesidad de industrializar unos procesos que en otros tipos de software (por ejemplo, en el BPO) son singulares ha llevado a las empresas a especializar algunos centros para ampliar su productividad. La factor¨ªa de Indra en Gij¨®n se dedica a tr¨¢fico a¨¦reo, y las de Ciudad Real y Valencia, a sanidad. Lo mismo pasa en Tecnocom. "La de Almer¨ªa la hemos especializado en Java, y la de Galicia, en SAP", apunta Ortega.
Se dice que el modelo funciona y los costes son imbatibles. "Vienen a ser", apunta Escribano, "la mitad de lo habitual en Inglaterra". Pero, al margen del precio, las factor¨ªas espa?olas han logrado buenos niveles de eficiencia. "En algunas especialidades como transporte a¨¦reo, defensa, banca o utilities", asegura Jos¨¦ de Rafael, director general de la AEC, "estamos en condiciones de ofrecer una oferta m¨¢s sofisticada que otros pa¨ªses de Europa". Ortega, de Tecnocom, afirma que "nuestras factor¨ªas est¨¢n muy reconocidas a nivel internacional. Estamos entre los pa¨ªses de Europa con m¨¢s factor¨ªas certificadas con el est¨¢ndar CMMI".
Por eso desde hace a?os las dos principales asociaciones del sector, AETIC y AEC, est¨¢n tratando de convertir a Espa?a en un centro de near shore (proceso de subcontratar o externalizar una actividad con salarios m¨¢s bajos que en el propio pa¨ªs en otro pr¨®ximo por geograf¨ªa o por horarios) y exportar los servicios de estas factor¨ªas a Europa. Pero, aun cuando algunos proveedores, Accenture o IBM, son multinacionales con clientes en todo el mundo, hasta la fecha la internacionalizaci¨®n no ha tenido ¨¦xito. En 2008, solo el 5,5% de las ventas de las factor¨ªas proven¨ªa del extranjero. Garzas considera que "el sue?o de convertirse en la India de Europa no se ha cumplido", lo que podr¨ªa deberse, dicen en Accenture, a que "est¨¢n entrando en el negocio pa¨ªses de Europa del Este como Polonia o Rep¨²blica Checa, con costes m¨¢s bajos". Escribano cree que los problemas pueden deberse quiz¨¢ a la falta de inform¨¢ticos capaces de manejarse en ingl¨¦s.
En AEC explican que el problema es que el proyecto a¨²n necesita madurar. Adem¨¢s, dice Ortega, de Tecnocom, hasta hace poco no hab¨ªa incentivo para salir fuera. "El boom en Espa?a fue de tal magnitud", dice, "que ni pod¨ªamos atender a nuestros clientes en Espa?a". Ahora que la necesidad aprieta, en AEC y AETIC creen que el proyecto internacional de Espa?a Near Shore s¨ª va a funcionar. "Se est¨¢n negociando contratos", asegura De Rafael. "En 2011 empezaremos a ver resultados". Antonio Cimorra, de AETIC, tampoco alberga dudas sobre ello. Y se basa, entre otros argumentos, en que "Gartner nos ha incluido entre los 20 primeros pa¨ªses del mundo en esta actividad".
En total, lo cierto es que se esperan crecimientos de v¨¦rtigo a breve plazo. Se cree que el sector, que factur¨® 376 millones de euros en 2008, alcance los 1.200 millones en pocos a?os. "Prevemos crecimientos anuales de la plantilla del 10% en los pr¨®ximos a?os", afirma Escribano. Si es que pueden. Porque hay quien alerta de una posible falta de inform¨¢ticos, un problema que se est¨¢ agravando. Los bajos sueldos y los horarios excesivos han bajado el atractivo de una profesi¨®n que en los noventa era de ¨¦lite. "Los j¨®venes no quieren estudiar inform¨¢tica", afirma Garzas. "Estamos asistiendo a un brutal descenso de los alumnos en nuestras facultades". Este profesor se queja de que el modelo de negocio de las factor¨ªas ha tirado tanto los sueldos que resultan poco atractivos. "En provincias", asegura, "est¨¢n ofreciendo 20.000 euros a un profesional con a?os de experiencia".
El problema es que el negocio, debido a su car¨¢cter industrial, se basa en costes salariales bajos. Una subida pone en riesgo el modelo. Para solventar esas carencias, algunas empresas est¨¢n empleando t¨¦cnicos de grado medio y de Formaci¨®n Profesional. Y algunos expertos empiezan a hablar de la necesidad de importar inform¨¢ticos. Entre tanto, otras firmas hace a?os que empezaron a abrir factor¨ªas en el exterior para estar cerca de sus clientes locales y trabajar desde all¨ª para los espa?oles. Es el caso de Indra, por ejemplo, con factor¨ªas en Filipinas, Argentina, Colombia, Brasil... "Resulta muy ventajoso", explica Escribano, "por costes y abundancia de profesionales".
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