Tulipanes e historias crudas
El festival de Sevilla destaca la eclosi¨®n del cine holand¨¦s a trav¨¦s de 13 filmes

Molinos, tulipanes y canales. Visto as¨ª, Holanda parece un lugar id¨ªlico para vivir y sin mucha gracia cinematogr¨¢fica. Pero detr¨¢s de todo paisaje de ensue?o hay historias crudas, personajes turbios... y esos son elementos que el cine holand¨¦s maneja con suma habilidad. Sevilla Festival de Cine Europeo tiene este a?o como naci¨®n invitada a los Pa¨ªses Bajos, a los que dedica el ciclo Wild tulips (Tulipanes salvajes), una curiosa manera de combinar clich¨¦ y mordiente. Los 13 filmes repasan lo mejor de los ¨²ltimos trabajos de ese pa¨ªs, una industria que en Sevilla ha logrado dos Giraldillos de Plata en las dos ¨²ltimas ediciones.
Tres de estos filmes, Joy, The happy housewife y La aviadora de Kazbek, compiten en la secci¨®n Oficial, y ayer, la jornada prevista por el festival para ensalzar esta cinematograf¨ªa, se present¨® uno de ellos. La aviadora de Kazbek, de la directora Ineke Smits, es una revisi¨®n de un hecho poco conocido incluso entre los holandeses: durante la II Guerra Mundial, en el ej¨¦rcito alem¨¢n hab¨ªa un batall¨®n de soldados georgianos, ex combatientes sovi¨¦ticos obligados a luchar por el otro bando, que se rebelaron contra sus mandos en la isla holandesa de Texel, en donde hab¨ªan confraternizado con sus habitantes.
'La aviadora de Kazbek' recuerda un episodio de la II Guerra Mundial
Smits envuelve esta historia con detalles de realismo m¨¢gico, algo de amor al hogar lejano (las monta?as de Georgia) y, por supuesto, una relaci¨®n sentimental prohibida: la protagonista, una adolescente, despierta a la vida provocando celos entre unos y otros. De entre los diversos elementos curiosos de La aviadora de Kazbek, Smits juega con una pel¨ªcula musical georgiana que ven los militares en sus momentos de melancol¨ªa: "Me he basado en un hecho irrefutable, que a Stalin le encantaban los musicales, y por eso se produjeron muchos en esas d¨¦cadas". Las distintas texturas visuales que intervienen en el filme son producto del pasado de Smits -"procedo de las artes visuales y esa es mi forma de trabajar"-, un elemento muy cuidado en los ¨²ltimos filmes holandeses, que se han esforzado porque la forma no vaya en detrimento del fondo.
Otro elemento diferenciador del cine holand¨¦s es la paridad sexual en sus equipos. Los dos Giraldillos obtenidos por los Pa¨ªses Bajos proced¨ªan de pel¨ªculas dirigidas por mujeres, y ayer Ineke Smits se sent¨® en una mesa con su protagonista, la actriz Madelief Blanken, y su productora, Els Vandervorst, que dio alguna pista sobre la eclosi¨®n de su pa¨ªs: "En los ¨²ltimos a?os, el cine de arte y ensayo estaba muy alejado del comercial. Con ayudas, el comercial se ha acercado y casi solapado al art¨ªstico. Aqu¨ª en el certamen se pueden ver los dos tipos. En cualquier caso, todo cineasta siempre quiere conectar con su p¨²blico, y para eso sirven los festivales".
En paralelo a Wild tulips, el certamen revisa toda la carrera del gran documentalista holand¨¦s Joris Ivens, presentado por su viuda, Marceline Loridan. Ivens falleci¨® en 1989 a los 90 a?os en Par¨ªs, tras mostrar con sus c¨¢maras todas las injusticias humanas en m¨¢s de 40 filmes. Por ejemplo, con The spanish earth, Ivens vino a Espa?a en 1937 a filmar la defensa de Madrid. El documental estuvo prohibido en Espa?a hasta la muerte de Franco. "Yo estuve en 1976 en el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n. All¨ª se volvi¨® a proyectar y vi que el p¨²blico no estaba preparado para ella. Espero que hoy hayan cambiado los espectadores espa?oles. Han pasado muchos a?os", record¨® Loridan.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
