La encrucijada bosnia
El pasado 3 de octubre se celebraron elecciones en Bosnia para elegir la presidencia colegiada del Estado, la C¨¢mara baja de su Parlamento federal, el Parlamento de la Federaci¨®n de Bosnia y Herzegovina (la entidad croato-musulmana de Bosnia), el presidente y los dos vicepresidentes de la Rep¨²blica Sprska (la entidad serbia del pa¨ªs), el Parlamento de la Rep¨²blica Srpska y las asambleas de los 10 cantones que forman la Federaci¨®n de Bosnia y Herzegovina. En total, 518 cargos elegibles en una cita electoral decisiva para un pa¨ªs que se halla sumido en un verdadero cortocircuito pol¨ªtico, econ¨®mico y social. El 4 de octubre ning¨²n peri¨®dico espa?ol de peso se hizo eco de esas elecciones. El d¨ªa 5 EL PA?S dedic¨® al caso un breve que se limitaba a la presidencia colegiada del Estado (3 de los 518 cargos en juego), confund¨ªa al nuevo presidente de la Rep¨²blica Sprska, Milorad Dodik, con el miembro serbio de la presidencia colegiada, Nebojsa Radmanovic, y por si eso no fuera poco, conten¨ªa un error ortogr¨¢fico (Bakir Izetbegovic, el nuevo miembro bosnio de la presidencia colegiada, se hab¨ªa convertido en "Bakis"). Los dem¨¢s peri¨®dicos dedicaron mayor espacio a la cuesti¨®n, pero no fueron mucho m¨¢s all¨¢ de resumir las noticias de agencia, centradas en la presidencia colegiada y el triunfo de Bakir Izetbegovic, hijo del m¨ªtico Alija Izetbegovic. Y despu¨¦s del d¨ªa 5, nada. Algunos peri¨®dicos se permitieron incluso ignorar el llamado de Hillary Clinton, que en una fugaz visita a Sarajevo inst¨® a los nuevos l¨ªderes a impulsar las reformas necesarias para sacar al pa¨ªs del marasmo y encarrilarlo de una vez hacia Europa.
Celebradas las elecciones, las ¨¦lites pol¨ªticas tienen que negociar en serio
Sin embargo, Bosnia es muy importante para Espa?a. Espa?a acaba de cerrar con brillantez 18 a?os de presencia militar en Bosnia, que ha contribuido sin duda a fortalecer la paz de que hoy gozan los ciudadanos bosnios. Pero sacar al Ej¨¦rcito de Bosnia no debe significar desentenderse de Bosnia, cuyo futuro es clave para la estabilidad en los Balcanes, es decir, para la estabilidad europea. Y lo cierto es que la partida que se juega en Bosnia es harto complicada. Diferentes analistas llevan tiempo denunciando que los acuerdos de Dayton, cuyo 15? aniversario vamos a celebrar este mes de noviembre, sirvieron para llevar la paz a Bosnia, pero no pueden servir para construir un Estado liberal-democr¨¢tico al uso, en situaci¨®n de ingresar en la Uni¨®n Europea y la OTAN.
Ya en 1999, solo cuatro a?os despu¨¦s de Dayton, el polit¨®logo brit¨¢nico David Chandler public¨® un estudio provocativamente titulado Bosnia. Faking Democracy After Dayton (algo as¨ª como Simulando una democracia despu¨¦s de Dayton). Polit¨®logos bosnios, como Mirko Pejanovic, tambi¨¦n han se?alado que la etnificaci¨®n de las relaciones pol¨ªticas introducida por los acuerdos Dayton es la causa del bloqueo del pa¨ªs.
En Bosnia compiten al menos dos proyectos pol¨ªticos de signo opuesto que explican en buena medida ese bloqueo. Por un lado, el proyecto que encarna el anterior miembro bosnio de la presidencia colegiada, Haris Silajdzic, postula una recentralizaci¨®n del Estado, y en un extremo la disoluci¨®n de sus dos entidades y en particular de la Rep¨²blica Srpska. Por el otro, el proyecto que encarna Milorad Dodik y su partido SNSD, que postula mayor soberan¨ªa para las entidades y en un extremo la secesi¨®n de la Rep¨²blica Srpska. (Entre ambos, los nacionalistas croatas exigen la creaci¨®n de una entidad croata desgajada de la actual federaci¨®n croato-musulmana).
En esta tesitura los electores han enviado alguna se?al esperanzadora. Los electores bosnios han desautorizado con rotundidad la inflexibilidad exhibida por Silajdzic durante su mandato. Si en 2006 Silajdzic obtuvo un resonante triunfo con dos tercios de los votos, esta vez ha quedado en tercera posici¨®n con un exiguo 25%, por detr¨¢s tanto de Izetbegovic como del empresario Fahrudin Radoncic. Por lo dem¨¢s, el partido m¨¢s votado en la entidad croato-musulmana ha sido el Partido Socialdem¨®crata, el ¨²nico de los grandes partidos bosnios que puede presumir de multi¨¦tnico. En el lado serbio, Nebojsa Radmanovic, del SNSD, revalid¨® su mandato como miembro de la presidencia colegiada, pero con menor apoyo que en 2006, y a pesar de que Milorad Dodik result¨® elegido con claridad nuevo presidente de la Rep¨²blica Srpska su partido ha sufrido un retroceso de casi 10 puntos en el Parlamento que lo aleja de la mayor¨ªa absoluta. (La cruz de la moneda es que el segundo clasificado, el antiguo partido de Radovan Karadzic, no es precisamente menos nacionalista).
De estos resultados electorales podr¨ªamos decir que emerge un cierto mandato: toca negociar en serio. Las posiciones extremas no tienen salida: ni la disoluci¨®n de la Rep¨²blica Srpska ni su secesi¨®n son opciones viables. Los dirigentes bosnios saben que el ingreso en la Uni¨®n Europea y la OTAN solo ser¨¢ posible para una Bosnia unida y respetuosa con su diversidad hist¨®rica.
El tiempo de las contiendas nacionalistas ha pasado y ha llegado la hora de levantar un Estado eficiente que garantice el bienestar de sus ciudadanos. Un Estado con el que los ciudadanos, incluso desde sentimientos nacionales distintos, puedan identificarse. ?Estar¨¢n las ¨¦lites pol¨ªticas bosnias a la altura de esta exigencia hist¨®rica?
Albert Branchadell es profesor de la Facultad de Traducci¨®n e Interpretaci¨®n de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
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