Mastropiero 'for president'
Un p¨²blico entregado se lo pas¨® en grande con Les Luthiers en el inicio de su nueva visita a Barcelona
El mundo ser¨ªa mucho peor sin Mastropiero, no lo duden. Con su legendario maestro -capaz de entregar al Vaticano un tango en vez del encargado Te Deum- a hombros y su humor desternillante, Les Luthiers nos hacen la vida m¨¢s soportable. En esta nueva visita, hasta el mi¨¦rcoles pr¨®ximo, en el Barcelona Teatre Musical (BTM), ofrecen su espect¨¢culo de 2005 Los Premios Mastropiero, con una parodia de los Oscar como elemento vertebrador de diferentes n¨²meros que nos llevan por los extravagantes caminos de la filosof¨ªa luteriana (!).
Es dif¨ªcil valorar objetivamente a Les Luthiers: o comulgas con su humor y entonces te haces luteriano (!!) de por vida o te dejan fr¨ªo (all¨¢ t¨²). Como a la mayor¨ªa nos encantan tanto que nos los llevar¨ªamos a casa (yo hasta los tengo en el iPod: lo de la vaca, "d¨ªgame usted el animal...") y si te dejan fr¨ªo no los vas a ver, cada funci¨®n del grupo es una feliz, felic¨ªsima ceremonia de reencuentro de incondicionales con unos viejos y entra?ables amigos en la que lo que domina es la complicidad y las ganas de pas¨¢rselo estupendamente. Pues eso.
Premian un 'remake' de 'Psicosis' tan epid¨¦rmico que se titula 'Psoriasis'
El estreno barcelon¨¦s el jueves se sald¨®, como era de esperar, con grandes risas, much¨ªsimos aplausos y la sensaci¨®n de que te hubieras quedado all¨ª el resto de tu existencia escuchando el encadenamiento de ocurrencias y el malabarismo -incluso la orfebrer¨ªa- ling¨¹¨ªstico de los susodichos. De hecho, para qu¨¦ salir del teatro: solo puedes ir a peor. Mastropiero for president, como dijo alguien.
Los Premios Mastropiero tiene una bonita dimensi¨®n escenogr¨¢fica, centrada en una pantalla que permite efectivos efectos de luces. Y otra novedad: el alambique encantador, un complejo instrumento. Pero lo importante, claro, es lo de siempre. Los di¨¢logos hipn¨®ticos que se van alargando absurdamente hasta el delirio y desencaden¨¢ndote una risa franca y cat¨¢rtica (es recordar el galimat¨ªas con Terps¨ªcore y casi ya no poder seguir escribiendo). El magistral dominio de la escena y de la expresi¨®n corporal, de un asombroso virtuosismo. Y la m¨²sica: uno se olvida a veces de lo grandes int¨¦rpretes que son Les Luthiers, de tan f¨¢cil que parece todo lo que hacen: boleros, cantatas, madrigales caribe?os, merengue, ?ay!
El pretexto de la gala de premios, premios ama?ados, turbios, patosos, estramb¨®ticos, definitivamente mastropier¨ªsimos, sirve para ir desgranando bromas, de un humor muy blanco, con alg¨²n toque p¨ªcaro (Ya no te amo Ra¨²l) o inocentemente irreverente (san D¨¢divo), y que vayan apareciendo personajes estrafalarios.
Galard¨®n al mejor programa de humor: a Oso Chiste. Premio a la originalidad televisiva: desierto. Mejor cobertura de conflicto b¨¦lico: un tipo que se escondi¨® toda la guerra. Un director de cine que hace un remake de Psicosis tan epid¨¦rmico que se titula Psoriasis. Mejor programa religioso: Gran hermana, reality que sigue a cuatro monjas que han de ganar dinero para obras piadosas en una zona de burdeles. Una versi¨®n de Otelo "muy respetuosa" pero que incluye un n¨²mero musical en el que se canta: "Mam¨¢, mam¨¢, que traigan mi pijama,/ Desd¨¦mona, ?qu¨¦ pasa?,/ Que hay un negro en mi cama". Mucha broma a costa del bardo: "Conozco todo Shakespeare en ingl¨¦s, pero no lo he le¨ªdo porque no s¨¦ ingl¨¦s". "O'Telo", claro, era irland¨¦s.
?Un bosque de pinos?: pinacoteca. ?Un ¨¢rbol turco?: ab(e)dul. La musa escarabajo: escaramusa... Mastropiero, Mastropiero.
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