?Remontada?
A¨²n faltan m¨¢s de dos meses para que la remodelaci¨®n gubernamental cumpla los 100 d¨ªas de cortes¨ªa que las convenciones reclaman hasta que pueda hacerse balance de su ejecutoria pol¨ªtica. No obstante, si bien es demasiado pronto para juzgar, s¨ª que se puede tratar de hacer mientras tanto, como voy a intentar aqu¨ª, una somera evaluaci¨®n (sin voluntad de auditor¨ªa) de la incipiente remontada que comenz¨® a protagonizar el flamante gabinete del visir o valido Rubalcaba, que en un principio pareci¨® estar recuperando la confianza de los electores. Pero ?de verdad puede hablarse de un aut¨¦ntico despegue?
Los sondeos as¨ª parecen confirmarlo, pero eso podr¨ªa deberse tan solo al impacto period¨ªstico que tuvo la noticia de la remodelaci¨®n. Ahora bien, esa primera euforia pasar¨¢ pronto, cuando la novedad deje de ser noticia y se convierta en rutina, pues entonces se amortiguar¨¢n los efectos demosc¨®picos hasta neutralizarse. Y el ¨²nico consuelo ser¨¢ que, al menos, la remodelaci¨®n habr¨¢ servido para detener el desplome del Gobierno haci¨¦ndole tocar fondo, como los submarinos que se hunden en ca¨ªda libre hasta que se topan con el lecho del oc¨¦ano. ?Hay margen para el remonte? ?Qu¨¦ posibilidades hay de volver a reflotar la hundida nave del Gobierno? La verdad es que no se sabe muy bien si ese tocar fondo es una base lo suficientemente firme para iniciar desde ah¨ª un despegue sostenido hasta 2012. En esto puede ocurrir como con la crisis econ¨®mica, cuya ca¨ªda libre se detuvo hace tiempo, cuando tocamos fondo, pero desde entonces todav¨ªa seguimos all¨ª estancados, sin que haya indicio alguno de despegue o pr¨®xima reactivaci¨®n. ?Pasar¨¢ lo mismo con la crisis pol¨ªtica del Gobierno de Zapatero, estancado en el fondo del mar sin que ni siquiera el valido Rubalcaba pueda hacerle remontar en las encuestas?
Zapatero mand¨® a Moratinos a Argel para calmar a los amigos del Polisario
?Por qu¨¦ Gonz¨¢lez suelta su bomba medi¨¢tica en el peor momento?
La verdad es que los primeros movimientos iniciales no son demasiado esperanzadores. Todav¨ªa no ha pasado un mes desde la remodelaci¨®n y ya ha vuelto a producirse una grav¨ªsima reca¨ªda en la crisis de la deuda soberana, con tensiones en los mercados financieros peores que en la debacle de mayo pasado, cuando Zapatero se vio obligado por "las circunstancias" (es decir, por los mercados acreedores) a imprimir un giro copernicano a su pol¨ªtica de derechos sociales, pasando de defenderlos a muerte a recortarlos dr¨¢sticamente (rebaja de sueldos, congelaci¨®n de pensiones, abaratamiento del despido, etc¨¦tera).
?Y qu¨¦ puede hacer ahora el nuevo Gobierno, cuando nuestro diferencial con el bund alem¨¢n es todav¨ªa mayor que en el mes de junio pasado? Pues no demasiado. La vicepresidenta Salgado se queda impert¨¦rrita sin perder la compostura; el partido en el poder anuncia una difusa "agenda social" centrada en las ineficaces pol¨ªticas activas de empleo; Zapatero promete en el G-20 otra "econom¨ªa verde" todav¨ªa m¨¢s vaporosa e inveros¨ªmil y el nuevo ministro de Trabajo aplaza hasta el a?o que viene la reforma de las pensiones, sin que pueda descartarse que ceda ante la obstinaci¨®n de los sindicatos, que se niegan a negociar con ¨¦l si el Gobierno no rectifica en materia de reforma laboral. ?Y as¨ª esperan recuperar la confianza de los mercados globales?
Pero eso no es todo. Al mismo tiempo que se reabr¨ªa la crisis de la deuda soberana, el monarca marroqu¨ª decid¨ªa arrasar a sangre y fuego el campamento saharaui de El Aai¨²n, sorprendiendo con el paso cambiado al Gobierno espa?ol. No solo eso, pues adem¨¢s, Mohamed VI decret¨® un f¨¦rreo apag¨®n informativo sobre el S¨¢hara, vedando el acceso a la prensa espa?ola y expulsando al equipo de la SER y al corresponsal de Abc. ?Y qu¨¦ hizo la nueva ministra de Exteriores? Proseguir su circuito por Am¨¦rica Latina mientras dejaba que Zapatero mandase a su antecesor como enviado especial a Argel para calmar a los patrocinadores del Polisario. ?As¨ª se espera recuperar la confianza de la sociedad espa?ola, mayoritariamente favorable a la leg¨ªtima causa saharaui, tan gravemente desatendida por nuestro Gobierno?
Y por si ¨¦ramos pocos, pari¨® la abuela. Pues en ¨¦sas est¨¢bamos cuando el ex presidente Gonz¨¢lez hizo sus explosivas declaraciones a Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, en las que por fin asum¨ªa responsabilidades por la guerra sucia contra ETA confesando que declin¨® cometer un crimen de Estado cuando estaba en su mano decidir su ejecuci¨®n. Hasta ahora, Gonz¨¢lez se hab¨ªa negado durante mucho tiempo a reconocer su responsabilidad, pues cuando fue requerido para ello por la justicia se limit¨® a decir lo mismo que ahora dice Bush respecto a la invasi¨®n de Irak: yo no fui, los responsables fueron otros. Pero entonces, ?por qu¨¦ decide ahora soltar su bomba medi¨¢tica en el peor momento para el Gobierno de Zapatero? ?Es que no lo quiere reflotar sino hundirlo todav¨ªa m¨¢s?
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