Simplificaciones
Se nos bombardea con estereotipos falsos e interesados: el paro es culpa del mercado laboral; para mejorar la productividad hay que trabajar m¨¢s y ganar menos; para asegurar las pensiones hay que jubilarse m¨¢s tarde
Vivimos en una ¨¦poca de mensajes simplificados y de problemas complejos. Simplificar es una de las maneras de no decir la verdad, de analizar solo la parte que nos interesa de una cuesti¨®n, es decir, en el fondo, una opci¨®n ideol¨®gica. Es lo contrario de sintetizar, cuando se tienen en cuenta el mayor n¨²mero posible de elementos de la realidad. En el actual debate espa?ol -y europeo- se est¨¢ simplificando en exceso, siempre en la direcci¨®n de concretos intereses.
Primera simplificaci¨®n. El mayor paro espa?ol obedece a nuestro mercado laboral: despido caro, rigidez de la negociaci¨®n colectiva, excesiva temporalidad; etc¨¦tera. Luego, modifiquemos las leyes que rigen el mercado laboral, es decir, abaratemos el despido, permitamos que las empresas se descuelguen de los convenios, etc¨¦tera y en el futuro se crear¨¢ m¨¢s empleo... cuando crezca la econom¨ªa.
Con m¨¢s de cuatro millones de parados, no es prudente atrasar hasta 67 a?os la edad de jubilaci¨®n
El desempleo es un problema de modelo productivo. Abaratar el despido no lo soluciona
Me temo que nos vamos a llevar una desilusi¨®n porque la causa de nuestros males no est¨¢ en el mercado laboral, que es siempre consecuencia y no causa, sino en nuestro sistema productivo. La prueba es que con este mercado laboral hemos estado cerca del pleno empleo y aun hoy hay comunidades aut¨®nomas con el mismo desempleo que en Europa. El problema lo tenemos en un modelo econ¨®mico deficiente en aspectos relevantes que, con el desmadre del ladrillo, se ha desatinado a¨²n m¨¢s.
Lo que convendr¨ªa preguntarse es por qu¨¦, con las mismas leyes laborales, en Canarias y Andaluc¨ªa, hay cerca de un 30% de paro; en Extremadura, Murcia, Valencia, m¨¢s de un 20%, y, sin embargo, en el Pa¨ªs Vasco, Navarra, La Rioja, Cantabria, Arag¨®n y Asturias entre un 10% y un 14%, similar al desempleo europeo. Quiz¨¢ esta diferencia radique en que en ciertas zonas de Espa?a hay un tejido productivo m¨¢s s¨®lido y en otras, en cambio, m¨¢s vol¨¢til por el peso excesivo de la construcci¨®n o la hosteler¨ªa.
La p¨¦rdida de empleo se ha debido al impacto de la crisis y a que era insostenible construir cerca de 900.000 viviendas al a?o. El exceso de temporalidad obedece a que por la naturaleza de esos sectores la mayor parte de la mano de obra es temporal: cuando la obra termina finiquita el trabajo; en temporada baja, escasea el empleo en la hosteler¨ªa. Fen¨®meno que se acent¨²a, en nuestro caso, por el abuso de la subcontrataci¨®n.
Y esto no es un problema del mercado de trabajo, sino que tenemos que cambiar nuestro modelo productivo. Tema m¨¢s complejo que sacar una ley, m¨¢s lento y, sobre todo, que afecta a nuestro tipo de empresarios, con un 95% de pymes. Afecta a nuestro retraso en I+D+i, a una mentalidad proclive a la ganancia r¨¢pida y a que habr¨ªa exigido un gran acuerdo econ¨®mico-social.
Segunda simplificaci¨®n. El necesario aumento de la productividad espa?ola depende de que se trabaje m¨¢s. Incluso alg¨²n empresario, con sus empresas en ruina, ha a?adido: y que se gane menos.
?Realmente sabemos de cu¨¢ntos factores depende la productividad? Son m¨²ltiples y de gran complejidad. De entrada, los que influyen en el conjunto del sistema: nivel de formaci¨®n y tecnol¨®gico, infraestructuras, eficacia de la administraci¨®n, calidad del mercado, etc¨¦tera. Luego, los elementos propios del sector de la producci¨®n de que se trate -no son los mismos los que intervienen en la construcci¨®n que en la biotecnolog¨ªa, y, m¨¢s adelante, conviene fijarse en los que inciden en la empresa en cuesti¨®n- aspectos organizativos, productivos, de dise?o, calidad... Tambi¨¦n hay que tener en cuenta la secci¨®n o departamento de cada empresa y, por ¨²ltimo, las habilidades, formaci¨®n y est¨ªmulo -esto es muy importante- de cada trabajador en concreto.
Pues bien, en todo este recorrido, la parte de la productividad que depende del empleado es menor, aunque var¨ªa seg¨²n el sector productivo. La mayor parte depende de las condiciones que creen los poderes p¨²blicos y, sobre todo, las empresas. La prueba de que el problema no radica en que los espa?oles trabajamos poco est¨¢ en que en pa¨ªses donde se trabaja menos horas la productividad es superior. Que yo sepa, la responsabilidad de tener organizaciones altamente productivas es de los empresarios. ?Por qu¨¦ no se generalizan acuerdos sobre productividad con participaci¨®n sindical?
Tercera simplificaci¨®n. El futuro sostenimiento de las pensiones depende de aumentar la edad de jubilaci¨®n y/o de ampliar los a?os de cotizaci¨®n. Es una obviedad que vivimos m¨¢s y que, en consecuencia, cada vez habr¨¢ m¨¢s pensionistas. Tambi¨¦n es cierto que el gasto en pensiones ha crecido. Pero esto es simplificar el problema. Hace unos d¨ªas escuch¨¦ a la ministra de Econom¨ªa comparar el gasto actual con el de hace unos a?os y la diferencia era importante. Lo que se omiti¨® es cu¨¢nto hab¨ªa crecido la riqueza del pa¨ªs en ese mismo periodo. Esta es la relaci¨®n relevante. Por ejemplo, en 1993 -a?o depresivo- el gasto en pensiones era del 10,3% del PIB; para el 2011 (a?o bajo del ciclo) est¨¢ previsto un gasto del 10,6% del PIB -un aumento del 0,3% en 18 a?os-. Sin embargo, en el a?o 2003 -a?o alto del ciclo- el gasto fue del 8,8% del PIB.
?Qu¨¦ nos indican estos datos? Pues que en la sostenibilidad del sistema influyen bastante m¨¢s que la edad de jubilaci¨®n asuntos como el crecimiento del PIB, la productividad, la tasa de actividad, el ciclo econ¨®mico, el nivel de salarios, la tasa de natalidad. ?Por qu¨¦ Francia o Suecia tienen una tasa de natalidad superior a la espa?ola? No ser¨¢ porque protegen mejor a las familias. Este Gobierno ha hecho mucho en este sentido pero no es suficiente.
Tambi¨¦n tenemos que preguntarnos por qu¨¦ el debate se sit¨²a en ampliar de 65 a 67 a?os la edad de jubilaci¨®n, cuando la edad media efectiva es de 63 a?os. ?Por qu¨¦ no se toman medidas para que esta media aumente? Tomando disposiciones eficaces que impidan las jubilaciones anticipadas parciales (cerca de 40.000 al a?o): m¨¦todo de aligerar plantillas a costa del gasto en pensiones. ?Se ha calculado el efecto sobre el empleo de los j¨®venes del aumento de la edad de jubilaci¨®n? Todos los a?os se jubilan unas 270.000 personas que, en principio, hay que reponer. ?Qu¨¦ pasar¨ªa si retrasamos su salida del mercado laboral? Tambi¨¦n es l¨ªcito cuestionarse por qu¨¦ hay alarma cuando gastamos alrededor de un 10% en pensiones, cuando Francia gasta un 13%.
Tambi¨¦n se habla de aumentar de 15 a 20 o m¨¢s a?os el periodo de cotizaci¨®n para el c¨¢lculo de la pensi¨®n. ?Supone esto una rebaja o un aumento de la futura pensi¨®n? Depende de la vida laboral de cada uno. En una vida laboral normal, en que uno va ganando antig¨¹edad, categor¨ªa profesional, y salario, es evidente que ampliar el periodo reduce la pensi¨®n. Pero puede suceder que sea al rev¨¦s, que los mejores a?os profesionales sean los m¨¢s alejados de la jubilaci¨®n y, en ese caso, un aumento del periodo puede beneficiar al que se jubila. Intuyo que en el c¨®mputo global, esa medida supondr¨ªa una rebaja de las pensiones, pero reconozco que este planteamiento es poco cient¨ªfico. En mi opini¨®n, no es prudente, en este momento, con m¨¢s de cuatro millones de parados, pasar de 65 a 67 a?os en la jubilaci¨®n.
Hay otras medidas que se pueden tomar, mientras la econom¨ªa se recupera: introducir flexibilidad, es decir, voluntariedad m¨¢s all¨¢ de los 65 a?os; eliminar al m¨¢ximo las anticipadas parciales y totales; modular el crecimiento de la cuant¨ªa media de la pensi¨®n, y dejar lo de los 66/67 a?os para m¨¢s adelante. Hay que tener mucho cuidado con el tema de las pensiones.
Comprendo que hay un gran inter¨¦s en deteriorar las pensiones p¨²blicas y fomentar las privadas. Estoy convencido de que no es esta la posici¨®n del Gobierno, aunque nunca entend¨ª por qu¨¦ se rebajaban las pensiones -menos las m¨ªnimas- en el 2011, cuando ello no afecta ni al d¨¦ficit ni a la deuda y, adem¨¢s, supone una cantidad menor en el desmadre de la crisis.
Nicol¨¢s Sartorius es vicepresidente ejecutivo de la Fundaci¨®n Alternativas y director de su Observatorio de Pol¨ªtica Exterior Espa?ola.
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