Agust¨ªn de Fox¨¢ sin clich¨¦s
Un volumen recopila art¨ªculos, cartas y teatro del autor de la novela m¨¢s reverenciada por el bando franquista
Agust¨ªn de Fox¨¢ se cruz¨® en la calle con Luis Bu?uel. El cineasta le invit¨® a la proyecci¨®n de La edad de oro. Fox¨¢ declin¨® la propuesta, ya ten¨ªa planes. Iba al teatro de la Comedia a la puesta de largo de un nuevo partido al que acabar¨ªa regalando versos para un himno llamado Cara al Sol. El fil¨®logo Jordi Amat recuerda el encuentro en el libro Agust¨ªn de Fox¨¢. Nostalgia, intimidad y aristocracia, editado por la Fundaci¨®n Banco Santander, con la intenci¨®n de ofrecer, seg¨²n Javier Aguado, director de la colecci¨®n Obra Fundamental, "una nueva mirada de Fox¨¢ al margen de clich¨¦s".
El volumen recopila el material m¨¢s desconocido de Agust¨ªn de Fox¨¢ (Madrid, 1906-1959): la obra de teatro Cui-Ping-Sing, cartas escritas entre 1936 y 1951, un centenar de p¨¢ginas de su dietario de guerra y varios art¨ªculos publicados en Abc, incluidos los de su visita al frente de Leningrado en 1942, acompa?ado por el escritor Curzio Malaparte. "Fox¨¢ es conocido por una novela que no explica todo Fox¨¢. Y es m¨¢s conocido a veces por sus an¨¦cdotas que por su labor", se?ala Amat, que lo considera un autor "desubicado" y un hombre "desterrado" por el progreso. "Es muy dif¨ªcil pasar de una ¨¦poca a otra. Yo creo que he estado enfermo de los nervios por el pecado de haber ido de ni?o en coche de caballos y de diplom¨¢tico en avi¨®n supers¨®nico", confiesa el autor de Madrid, de corte a checa, esa novela que no explica el todo Fox¨¢ y que sin ella no se le entiende. Finaliz¨® su escritura en septiembre de 1937. Para entonces era un inspector de la Falange que se mov¨ªa en terreno nacional, al que hab¨ªa llegado tras espiar para el bando franquista desde la legaci¨®n diplom¨¢tica de Bucarest adonde le hab¨ªa destinado la Rep¨²blica al comienzo de la Guerra Civil. En el 39 era un escritor m¨¢s famoso que en el 36. Madrid, de corte a checa fue la novela que necesitaban los suyos. "Su ¨¦xito en la zona y en el exterior fue inmediato, apote¨®sico. Pero el propio Fox¨¢ debi¨® de sospechar que la obra no era todo lo buena que dijeron, ya que contraven¨ªa la primera norma de un novelista moderno: no se puede leer si no es con entusiasmo y no se puede escribir si no es con escepticismo. Fox¨¢ la escribi¨® con entusiasmo. Es l¨®gico que hoy se lea con escepticismo", sostiene Andr¨¦s Trapiello, en su ensayo Las armas y las letras.
"El d¨ªa 21 de julio estuve a punto de ser fusilado", escribe a su hermano
Fue la novela natural de un arist¨®crata mon¨¢rquico que se hab¨ªa muerto de miedo en el Madrid rojo. "El d¨ªa 21 de julio estuve a punto de ser fusilado. Eran las cuatro de la tarde cuando o¨ª gritos y blasfemias y empezaron a golpear la puerta con las culatas. Di orden al ama que abriera y entraron ocho facinerosos que me apuntaron", escribe a su hermano, en una carta incluida en el volumen presentado ayer.
Madrid, de corte a checa fue la obra cumbre de un autor que una tarde de 1933 se despidi¨® de sus coqueteos con literatos que exploraban formas nuevas (Garc¨ªa Lorca, Alberti...) y abraz¨® decididamente el credo que le acercaba a un mundo perdido. "Jos¨¦ Antonio mejor¨® mi esp¨ªritu. Lo madur¨® y me salv¨® del peligro de las tertulias derrotistas y sovietizantes", afirm¨®. Fox¨¢, recuerda Luis Alberto de Cuenca, que prolog¨® una antolog¨ªa de poemas en 2005 para Renacimiento, echaba de menos el aroma del antiguo r¨¦gimen: "Pensaba que la Revoluci¨®n Francesa lo hab¨ªa echado todo a perder, era un reaccionario en el sentido cl¨¢sico".
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