Londres indemniza a los presos de Guant¨¢namo
El Gobierno paga para que no salgan a la luz documentos sobre torturas
Reino Unido ha accedido a pagar indemnizaciones millonarias a un grupo de sospechosos de terrorismo que denunciaron la complicidad de los servicios de seguridad brit¨¢nicos en las torturas a las que fueron sometidos antes de su traslado a la prisi¨®n de Guant¨¢namo. El gesto del Gobierno de David Cameron, confirmado ayer en la C¨¢mara de los Comunes por su ministro de Justicia, Kenneth Clarke, pretende evitar un juicio que podr¨ªa sacar a la luz p¨²blica informaci¨®n sensible sobre los servicios de inteligencia.
Esta decisi¨®n afecta a una docena de ciudadanos o residentes brit¨¢nicos, antiguos prisioneros en la base estadounidense de Cuba u otras c¨¢rceles secretas, que recibir¨¢n una cuant¨ªa no desvelada, en virtud de un acuerdo de confidencialidad suscrito. Algunos medios brit¨¢nicos desvelaron ayer, no obstante, que uno de ellos percibir¨¢ al menos 1,2 millones de euros.
Uno de los ex detenidos recibir¨¢ 1,2 millones, seg¨²n la prensa brit¨¢nica
El gesto del Gobierno es el resultado de una larga y costosa disputa legal, que arranc¨® cuando seis de los afectados (Bisher al Rawi, Jamil el Banna, Richard Belmar, Omar Deghayes, Binyam Mohamed y Martin Mubanga) presentaron una demanda ante el Tribunal Supremo contra cinco departamentos gubernamentales, incluidos los servicios de espionaje MI5 (seguridad interna) y MI6 (exterior). Los querellantes no acusaron directamente de tortura a los funcionarios, sino de conocer los abusos a los que fueron sometidos y no hacer nada por evitarlo, infringiendo con ello las leyes internacionales.
El caso al que se ha brindado mayor difusi¨®n medi¨¢tica es el de Binyan Mohamed, un et¨ªope de 24 a?os con permiso de residencia en Reino Unido, que fue detenido en Pakist¨¢n en 2002. En los dos a?os que mediaron hasta su traslado a Guant¨¢namo, pas¨® por interrogatorios en los que fue torturado y por una c¨¢rcel de la CIA en Marruecos. Mohamed alega que esos abusos tuvieron como testigos a agentes brit¨¢nicos, presentes en ambos centros secretos. El a?o pasado, el sospechoso fue puesto en libertad tras revisarse su juicio en Guant¨¢namo. Cuando regres¨® a Reino Unido, denunci¨® al Gobierno brit¨¢nico por su supuesta complicidad en las vejaciones.
El pasado mayo, la Corte de Apelaciones sentenci¨® que el Gobierno no pod¨ªa escudarse en el necesario secretismo de los datos de espionaje y que su defensa ante la denuncia de Mohamed y los otros cinco querellantes deb¨ªa producirse en el marco de audiencias p¨²blicas. El entonces ministro de Exteriores laborista, David Miliband, hab¨ªa esgrimido sin ¨¦xito la amenaza de Washington de romper todos los acuerdos bilaterales en materia antiterrorista.
Tras el relevo de poder en Downing Street, el nuevo primer ministro conservador, David Cameron, expres¨® el pasado julio su intenci¨®n de negociar con los denunciantes para conjurar la perspectiva de un proceso con luz y taqu¨ªgrafos, aunque tambi¨¦n abri¨® la puerta a una investigaci¨®n oficial sobre la actuaci¨®n de los servicios de espionaje y seguridad.
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