Que viene el lobo
Hay una teor¨ªa que el PSOE viene explicando en Andaluc¨ªa desde hace 30 a?os. Tesis: el lobo es la derecha. Ant¨ªtesis: los corderitos son los andaluces, a los que el Partido Popular les va a despojar de todos sus derechos sociales. S¨ªntesis: voten a los socialistas, los valedores y garantes del Estado del bienestar. Los buenos y los malos; unos quitan y otros dan.
Vuelven los socialistas andaluces a las andadas, a la dial¨¦ctica elemental, casi animal, de apelar al miedo como elemento fundamental de la estrategia electoral. Vuelven los asustaviejas. A falta de un discurso de principios -en el campo de las ideas lo de "la sostenibilidad en igualdad" es de aurora boreal-, a falta de venta de una gesti¨®n o de plantear propuestas v¨¢lidas para salir de la crisis, el argumento vuelve a lo sentimental, a lo pr¨ªstino. Por eso desde las ¨²ltimas semanas ha vuelto a prodigar en los discursos del PSOE aquello tan manido, y tan viejo, de que si la derecha malvada gobierna la eliminaci¨®n de las pensiones, la supresi¨®n de los subsidios de desempleo o la regresi¨®n auton¨®mica est¨¢n aseguradas. Me produce cierta desolaci¨®n que los planteamientos de mis adversarios discurran por estos derroteros tan maniqueos y falsos, como si la pol¨ªtica fuera una pr¨¦dica simplista dirigida a una manada de descerebrados. Aunque tambi¨¦n debo reconocer que a la par me produce un enorme alivio. Si esto es lo que tiene que ofrecer el PSOE a los andaluces, la victoria electoral de mi partido est¨¢ asegurada. Particularmente, por la facilidad para rebatirlos.
En primer lugar, porque no hace falta tener una memoria de elefante para recordar c¨®mo en 1996 todos aquellos malos augurios previos al primer Gobierno popular de la democracia fueron derrotados por la gesti¨®n econ¨®mica y social exitosa posterior: creaci¨®n de empleo, acuerdos con los sindicatos, leyes que aseguraron el poder adquisitivo de los pensionistas, planes para la igualdad de la mujer y un largo listado de logros que conforman un indudable balance positivo, latente hoy en la memoria de much¨ªsimos andaluces.
En segundo lugar, porque la p¨¦sima gesti¨®n del Gobierno andaluz nos ha devuelto a los indicadores socioecon¨®micos de la preautonom¨ªa. Quien est¨¢ poniendo verdaderamente en riesgo el Estado de bienestar es el Gobierno que nos ha situado en m¨¢s de un mill¨®n de parados y gestiona solo para mantener su estructura de poder. Por no hablar del "Gobierno amigo" de Zapatero: ha congelado las pensiones, ha rebajado el sueldo de los funcionarios, ha subido los impuestos y nos ha colocado en unas cifras de deuda p¨²blica que rozan la locura. Para recortes sociales brutales, los citados.
Y el colmo de la desfachatez. Nos acusan ahora de querer privatizar los servicios p¨²blicos, como si fuera un crimen de lesa humanidad, al que, en cualquier caso, descaradamente ya se ha apuntado el PSOE. El Gobierno andaluz tiene en manos del sector privado pr¨¢cticamente la totalidad de los servicios sociales: los centros de d¨ªa, la ayuda a domicilio, las residencias de mayores, los centros de mujeres maltratadas. Por ejemplo, solo en educaci¨®n infantil y primaria, las unidades concertadas alcanzar¨¢n en 2011 la cifra de 6.357. Claro que ellos no privatizan, ellos "externalizan los servicios".
En tercer lugar, ese tipo de cr¨ªtica proyecta una carencia absoluta de ideas. Es que el socialismo en Andaluc¨ªa ya no da para m¨¢s. La California espa?ola, la Andaluc¨ªa imparable, la nueva Finlandia del sur, la segunda modernizaci¨®n... Ahora, la Andaluc¨ªa sostenible; esl¨®ganes vac¨ªos convertidos en decepciones hist¨®ricas. F¨ªjense en el resultado de sus ¨²ltimos proyectos estrella: la pol¨ªtica de I+D+i ha retrocedido y el par¨®n en las energ¨ªas renovables es hoy una desgraciada evidencia.
Si el ofrecimiento de estas nuevas casandras se basa en retomar el discurso del miedo y con la brocha gorda estigmatizar al PP es que no pueden ofrecer ya nada a la sociedad andaluza, salvo un pu?ado de antiguas leyendas negras.
Del liderazgo pol¨ªtico mejor no hablar. Por m¨¢s que pretendan hacer de Javier Arenas un ¨¢ngel exterminador, quien huele a rancio es Gri?¨¢n y a naftalina, su partido. Y no digamos, por antidem¨®crata, su secretaria de Organizaci¨®n, que ha afirmado que "bajo ning¨²n concepto" el Partido Popular ganar¨¢ en Andaluc¨ªa, como si fu¨¦ramos una maldici¨®n, como si el PSOE fuera el due?o de la historia.
No. No viene el lobo. Viene el cambio y con ¨¦l llegar¨¢ la confianza. Y que los socialistas acaben con el cuento que no convence a nadie. A renovarse y a regenerarse. ?Que ya va siendo hora!
Rafael Salas es senador del Partido Popular.
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