?Un AVE sin 'marxa'?
Solo faltan d¨ªas para que el AVE Valencia-Madrid sea una realidad. Entonces se acabar¨¢n esos grandilocuentes estudios previos que anuncian la llegada del man¨¢ y sabremos la verdad. Seg¨²n las previsiones del Ministerio de Fomento, m¨¢s de 3,5 millones de pasajeros usar¨¢n anualmente el AVE entre Valencia y Madrid, unos 800.000 m¨¢s que los actuales usuarios del servicio Alaris.
Muchos de ellos vendr¨¢n atra¨ªdos por nuestra temperatura, por la oferta gastron¨®mica y de ocio de la ciudad. Algunos volver¨¢n quiz¨¢s porque conocieron o les han hablado de aquella m¨ªtica noche valenciana, la lluna de Val¨¨ncia.
Sin embargo, se llevar¨¢n una gran decepci¨®n. En Valencia ya no hay marxa. Entre todos la mataron y ella sola se muri¨®. Los ¨²ltimos funerales los estamos celebrando estos d¨ªas, ante el intento de restricci¨®n de los horarios nocturnos de las terrazas en Ciutat Vella.
No hay que tener un m¨¢ster en turismo para saber que la mayor¨ªa de los pasajeros del AVE que vendr¨¢n a pasar un fin de semana, o cortas estancias, buscar¨¢n un hotel c¨¦ntrico y de precio moderado. Desde ah¨ª empezar¨¢n a pasear por nuestras calles para encontrar una terraza agradable, un buen sitio donde comer arroz, uno de los bares y restaurantes singulares de la oferta de la Ciutat Vella o un local tranquilo para preparar una velada inolvidable. Y ah¨ª precisamente es donde vamos a fallar.
Si hace a?os Valencia pod¨ªa competir con Madrid por su variada oferta de hosteler¨ªa de playa y centro urbano, ahora y por culpa nuestra, no habr¨¢ color.
Mientras los barrios madrile?os m¨¢s castizos viven uno de sus mejores momentos de esplendor, nosotros insistimos en convertir uno de nuestros mejores valores, el Centro Hist¨®rico en un desierto en la media noche.
Si la mejor publicidad es el boca-oreja, pronto sabr¨¢n en Madrid que en Valencia se les obliga a levantarse de las terrazas a una hora propia de Estocolmo. De nada valdr¨¢n sus quejas, y m¨¢s pronto de lo que pensamos habremos pinchado todos los globos. El recorte de horarios repercutir¨¢ no solo en la hosteler¨ªa; en los centros hist¨®ricos esta crea sinergias positivas que dinamizan una oferta integral del comercio y servicios.
As¨ª, que lo ¨²nico que nos quedar¨¢ a los comerciantes de la Ciutat Vella es explicar que nuestros mandatarios municipales, Gobierno y oposici¨®n (PP y PSOE) consideran a los visitantes una molestia urbana y son los responsables de la frustraci¨®n de esos miles de pasajeros del AVE que esperan encontrarse una ciudad mediterr¨¢nea, en el amplio sentido.
Muy malparado saldr¨¢ el Gobierno municipal en su comparaci¨®n con su hom¨®logo madrile?o.
La contaminaci¨®n ac¨²stica, se?oras y se?ores del Gobierno y oposici¨®n no son, salvando puntos y horas muy limitados, consecuencia de la actividad hostelera y mucho menos de las terrazas, como bien lo registran sus propias mediciones ac¨²sticas.
El distrito de Ciutat Vella est¨¢ por debajo de la media de nivel de ruido de los 19 distritos y son las Grandes V¨ªas, C¨¢novas y Russafa los m¨¢s elevados por su concentraci¨®n de trafico rodado (fuente: estudio municipal sobre el tr¨¢fico rodado en Valencia). ?Invita a una reflexi¨®n, o no?
El problema es que esa concepci¨®n hip¨®crita y beata de Valencia m¨¢s bien parece un s¨ªndrome de Estocolmo de una absoluta minor¨ªa que con su miop¨ªa solo focaliza las terrazas, o no saben leer los estudios municipales o les mueven otros intereses.
Se?oras y se?ores del Gobierno y oposici¨®n, no est¨¢ de m¨¢s que consideren las soluciones de otras ciudades en su centro hist¨®rico, Sevilla, Vitoria, Madrid, como m¨¢s pr¨®ximas, Roma, Par¨ªs, etc. como m¨¢s lejanas.
Solo falta que los enemics del Carme hayan redactado los textos promocionales de Valencia para la revista del AVE.
Joan A. Rodilla pertenece a Uni¨® Gremial (Associaci¨® d'Activitats Diverses)
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