Ignacio Frade, el hombre que estuvo all¨ª

La imagen del doctor Ignacio Frade el d¨ªa que testific¨® en el Tribunal Supremo, alto, bien peinado y trajeado, con las fundas de sus gafas de sol en la mano, la voz firme, el relato seguro y coherente, contrastaba con la del anestesista Francisco Gonz¨¢lez Mart¨ªn-Mor¨¦, con el cuerpo vencido, las palabras lentas y brumosas, como si solo quisiera salir de aquella sala en la que repet¨ªa por en¨¦sima vez su versi¨®n de los hechos que dejaron en coma a Antonio Me?o.

El Supremo dio cr¨¦dito a la versi¨®n de Frade, anulando todos los juicios anteriores sobre el caso Me?o, precisamente aquellos en los que hab¨ªa prevalecido la versi¨®n que Mart¨ªn-Mor¨¦ defendi¨® con fatiga ante el Supremo.

El testigo Frade, la inc¨®gnita que ha despejado un caso entrampado durante dos d¨¦cadas, ha cumplido su objetivo, seg¨²n dec¨ªa ayer en conversaci¨®n telef¨®nica, "decir la verdad y que los jueces hagan lo que les corresponda". No quiere publicidad, perjura, ni sacar "un beneficio econ¨®mico de esto". ?l, afirma, es "un m¨¦dico m¨¢s con seis hijos que alimentar".

Seg¨²n Luis Bertelli, abogado de los Me?o, es eso y algo m¨¢s: "Es el testimonio que ha hecho cuadrar todas las piezas de un rompecabezas que nunca hab¨ªa encajado", resume Bertelli, aludiendo a las supuestas contradicciones surgidas en las declaraciones de los acusados durante a?os de pleitos.

?Por qu¨¦ aparece este hombre 21 a?os despu¨¦s?, se preguntan quienes siguen el caso, y le preguntaron directamente a Frade los abogados defensores en el Supremo. El m¨¦dico sostiene que le informaron de la primera sentencia penal, que dictaba que los Me?o fuesen indemnizados, pero que no supo nada de las posteriores absoluciones, tampoco de la condena final a la familia a pagar las costas judiciales. Hasta que, seg¨²n explic¨®, se top¨® con la caseta de esta familia, con su hijo en coma, descubri¨® lo que hab¨ªa ocurrido y decidi¨® hablar.

Para los padres de Me?o es un "¨¢ngel"; para el Supremo, un m¨¦dico que dice la verdad.