"Soy feliz, completa"

Si uno no hubiera conocido antes a Jan Morris, la escritora de viajes que tambi¨¦n se someti¨® a cirug¨ªa de reasignaci¨®n de sexo para completar su cambio f¨ªsico a mujer, Vanessa van Durme (Gante, 1948) impresionar¨ªa. La actriz, autora teatral y guionista belga, que ha representado en el festival Temporada Alta de Girona Gardenia, es, como la galesa, una mujer grande y fuerte que combina car¨¢cter con delicadeza y ternura. Se encuentra en la terraza y pasamos dentro porque est¨¢ constipada. La gente arquea las cejas a nuestro paso. Viste un jersey mostaza con escote y atrapa con una sonrisa mi discreta mirada. Al ver que llevo Conudrum, el libro de Morris sobre su embrollo sexual, dedicado, Van Durme expresa su admiraci¨®n por la "pionera". Es vegetariana.

La actriz transexual dedica su obra a sus padres: "Cre¨ªan haber hecho algo mal..."

Entra en materia recordando los duros tiempos en que los transexuales eran freaks y su existencia "un tab¨²". Las cosas han cambiado, recalca. "Yo tuve que ir a Casablanca en 1975 para la operaci¨®n, en condiciones muy duras. Ahora Gante, mi ciudad, es conocida por los cambios de sexo; el m¨¦dico que los hace vive a dos puertas de casa y todo lo paga el Estado. No hay problema. Antes todos ca¨ªan en la prostituci¨®n, yo tambi¨¦n, durante 15 a?os: ten¨ªas que vivir, ganar dinero para operarte, y cuando la gente ve¨ªa tu aspecto -yo era joven y guapa, querido- y lo cotejaba con tu tarjeta de identidad, no te daban trabajo. Sal¨ª bien de esa aventura, pero muchas otras no lo consiguieron. Fue porque entr¨¦ en el teatro muy joven y aunque lo dej¨¦, tuve un mundo al que regresar". La actriz y escritora come con apetito su ensalada. "As¨ª que ?a va, soy feliz, completa".

Se ha hecho famosa con un mon¨®logo, Mira mam¨¢, yo bailo, en el que explica su vida. "Es un homenaje a mis padres. Eran gente sencilla, trabajadora. Cre¨ªan que hab¨ªan hecho algo mal, pero no: es la naturaleza. Pienso mucho en qu¨¦ fue para ellos en los a?os sesenta tener un hijo como yo, un ni?o especial". Lo explica con una delicadeza conmovedora. "Me he sentido una chica siempre. No era infeliz de peque?a porque cre¨ªa que era una ni?a, con mis mu?ecas. A los 9 o 10 a?os me dijeron que no pod¨ªa vestirme con la ropa de mi hermana; empez¨® lo malo. Yo era muy t¨ªmido, estaba mal en mi piel. Amaba a los hombres, pero no como los homosexuales. A los 27 a?os fui a Casablanca. Nunca me he arrepentido. Estuve casada luego 16 a?os y me divorci¨¦, como todo el mundo". Le pregunto si conserva rasgos masculinos de comportamiento. "?El subconsciente?, no, no, es todo tan natural... Me miran, pero porque soy grande y porque mi amigo, mi amante, es senegal¨¦s, negro y m¨¢s joven".

A la hora del postre, Van Durme acaba r¨¢pido con su tatin y -nos hemos hecho amigos o amigas o lo que sea- me alecciona sobre las relaciones de pareja. "Las mujeres nunca decimos del todo la verdad, no lo olvides. Para que las cosas funcionen tenemos que haceros creer que sois m¨¢s inteligentes, ese es el secreto, querido, acariciar la testosterona". Vanessa opina que es mucho m¨¢s dif¨ªcil ser mujer que hombre: "Trabajo, casa, ni?os si los hay, y luego cama, teniendo que estar sexy, y la publicidad, todo el d¨ªa confrontada a ese imposible".

Tras el caf¨¦, se marcha r¨¢pido, deseosa de fumar. Nos damos dos besos, y le recuerdo que no me ha dicho su nombre original. Esboza una sonrisa p¨ªcara y deja caer, como Cenicienta su zapatito: "Una mujer tiene siempre que guardar un ¨²ltimo secreto".