Pol¨ªtica basura
El PP utiliza a Luna y al TSJ como una cortina de humo para tapar sus propios esc¨¢ndalos
?ngel Luna, portavoz del Grupo Socialista en las Cortes Valencianas, tuvo la ocurrencia de arrojar una piedra en el hemiciclo del Parlamento auton¨®mico para evidenciar que, pese a las insinuaciones del presidente provincial del PP en Alicante, Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll, ¨¦l s¨ª estaba libre del pecado de la corrupci¨®n. El gesto, ciertamente, fue teatral y algo sobreactuado; pero los populares se lo tomaron como un desaf¨ªo y, desde entonces, apenas pasa d¨ªa en que no intenten lapidar, pol¨ªticamente hablando, se entiende, al ex alcalde de Alicante, que ma?ana pasar¨¢ por el TSJ valenciano para declarar como consecuencia de la denuncia presentada en su contra por, entre otros, su hom¨®logo en la bancada popular, Rafael Blasco.
A Luna sus adversarios le acusan de haber cometido un cohecho porque, a?os despu¨¦s de dejar la alcald¨ªa de Alicante, el empresario Enrique Ortiz, implicado en los casos G¨¹rtel y Brugal, realiz¨® unas obras en la vivienda de su mujer. La declaraci¨®n de Luna no tendr¨ªa nada de particular si se atiende al espect¨¢culo en que los pol¨ªticos han convertido su oficio. Lo realmente grave es que nadie en el PP conf¨ªa en que la querella prospere. Ellos mismos son conscientes, y en eso coinciden varias fuentes, de que el cohecho, para ser delito, debe cometerse por un cargo p¨²blico en activo, lo que no es el caso del portavoz socialista, que ya hab¨ªa dejado la pol¨ªtica cuando ocurrieron los hechos de los que le acusan. En realidad, Blasco se ha inventado una nueva figura jur¨ªdica: la del cohecho retroactivo. Seg¨²n la l¨®gica argumentativa del portavoz del PP, Luna, en su ¨¦poca de alcalde de Alicante, le adjudic¨® contratas municipales a Ortiz porque su maquiav¨¦lica mente ya pensaba en reclamar contrapartidas m¨¢s adelante. El razonamiento es, al menos desde el punto de vista legal, m¨¢s que discutible.
El PP est¨¢ utilizando a Luna y al TSJ como una cortina de humo para tapar sus propios esc¨¢ndalos: G¨¹rtel, Brugal, Emarsa, subvenciones a ONG justificadas con las cuentas del Gran Capit¨¢n, un Consell paralizado, que se agarra a las encuestas y a la crisis econ¨®mica como un n¨¢ufrago a una tabla para sobrevivir. La par¨¢lisis, la ineficiencia, los problemas de tesorer¨ªa ya son motivos de amargas reflexiones entre los propios dirigentes populares, que las comentan v¨ªa SMS. Tan evidente es el cataclismo que ha sido necesario crear una realidad paralela para mantener alta la moral de los propios y distraer a los contrarios. Una realidad que se construye como si fuera un programa del coraz¨®n en televisi¨®n, en el que las Cortes Valencianas, el propio Palau de la Generalitat y las distintas sedes del PP, se configuran como aut¨¦nticos plat¨®s de televisi¨®n donde los l¨ªderes populares se esfuerzan en convertirse en ¨¦mulos de Bel¨¦n Esteban.
La pol¨ªtica, entendida como un programa de televisi¨®n basura, acaba por convertirse en un gallinero donde todos gritan, nadie entiende a nadie y las amenazas de querella vuelan por los plat¨®s como justificantes de honores calderonianos mancillados. El PP ha hecho de la Comunidad Valenciana una jaula de grillos, un circo de varias pistas, una programaci¨®n sostenida y simult¨¢nea durante 24 horas de S¨¢lvames, Norias y D¨®nde est¨¢s corazones a todo volumen para que nadie se entere de nada. Es el espect¨¢culo de la pol¨ªtica basura, una fiesta rave infinita, machacando la misma m¨²sica de los mismos discos rayados. ?Y nos sorprendemos porque una encuesta revela que no ser¨ªan pocos los espa?oles dispuestos a votar a Bel¨¦n Esteban si decidiera presentarse a las elecciones?
No todo est¨¢ perdido. Si el PP fuera capaz de reducir la cantidad de ruido que genera, tal vez permitir¨ªa a la ciudadan¨ªa fijarse en que las obras de la nueva Fe est¨¢n a punto de concluir y que, en breve, la Comunidad Valenciana tendr¨¢ un hospital de referencia acorde con los tiempos que corren. Es probable que una obra de esa magnitud encuentre algunos problemas en su rodaje. Es normal. As¨ª que habr¨¢ que tomarse las dificultades iniciales con una cierta paciencia y no dejarse llevar por la demagogia. Ah¨ª est¨¢ La Fe como prueba de que no es necesario vocear, insultar ni amenazar a nadie para ser eficaces. Seraf¨ªn Castellano y Manuel Cervera pueden estar orgullosos de su trabajo. Por cierto, no son de los que m¨¢s gritan en el Consell.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.