La derrota de los gladiadores
Si alguien ten¨ªa la suerte de ponerse en el centro de la Casa de los Gladiadores y abstraerse de la parte que le correspondiera de los dos millones y medios de visitantes que acoge Pompeya cada a?o, a¨²n pod¨ªa o¨ªrse el eco del ruido de las armas de los luchadores, prendido en las rojas paredes pintadas con escenas militares. All¨ª llevaban 1.948 a?os, 20 siglos. Desde el s¨¢bado 13 de noviembre, aquel tesoro de la cultura mundial es apenas un mont¨®n de escombros.
El recinto, 80 metros cuadrados de historia construidos 17 a?os antes de la erupci¨®n del Vesubio que sepult¨® la ciudad, ha resistido en todo este tiempo la propia erupci¨®n, los terremotos que han asolado la regi¨®n, lluvias torrenciales durante centenares de inviernos, nevadas, el sol de justicia del sur de Italia... y hasta los bombardeos de la II Guerra Mundial. A los bravos gladiadores solo ha podido vencerles una fuerza tel¨²rica que acaba con todo lo que toca: la incuria y la procacidad del Gobierno de Silvio Berlusconi.
El desastre se ve¨ªa venir porque como denuncia, entre otros organismos de prestigio, la Asociaci¨®n Nacional de Arqueolog¨ªa (ANA), el cuidado de los monumentos italianos es un aut¨¦ntico disparate: no hay dinero y el poco que hay se emplea mal, m¨¢s dirigido al marketing y a obtener dinero de la transformaci¨®n de los grandes complejos culturales italianos en poco m¨¢s que provechosos -para sus explotadores- parques tem¨¢ticos al estilo de Disneylandia, que al obligado cuidado y mantenimiento de esos bienes, que por su antig¨¹edad, requieren un mimo exquisito.
Sandro Bondi, ministro de Cultura italiano, culp¨® a las lluvias del derrumbe. Teniendo en cuenta que Italia re¨²ne el 80% de los bienes tutelados por la Unesco, habr¨¢ que rezar para que no llueva nunca m¨¢s y no se caigan con estr¨¦pito el Coliseo y la Domus Aurea de Ner¨®n, las dos torres de Bolonia, la c¨²pula de la iglesia de Santa Mar¨ªa del Fiore o el convento de Santa ?rsula, en Florencia. Es solo un resumen de los monumentos italianos que la ANA denuncia que se encuentran en inminente peligro. Ni Europa ni la Unesco, ni el resto de fuerzas pol¨ªticas italianas, pueden dejar que el bunga-bunga de Berlusconi acabe con siglos de historia y cultura.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.