Varios saharauis declaran que fueron tiroteados y torturados en El Aai¨²n
Los testimonios contradicen la versi¨®n de las autoridades de Marruecos
Lasiri Salek asegura que estaba en el campamento de Agdaym Izik el pasado d¨ªa 8, cuando la polic¨ªa marroqu¨ª entr¨® para desmantelarlo; hoy muestra un agujero de bala en el brazo izquierdo. Ahmed Gachbar Baillal entr¨® por su propio pie en la comisar¨ªa de El Aai¨²n el pasado d¨ªa 9 y sali¨® de all¨ª tres d¨ªas m¨¢s tarde sin poder sostenerse sobre sus piernas; ahora est¨¢ postrado en una silla de ruedas.
Ambos testimonios contradicen dos rotundas afirmaciones realizadas este domingo por el gobernador de El Aai¨²n, Mohamed Jelmouss, a los periodistas destacados en la capital del S¨¢hara Occidental. La primera, que las fuerzas del orden no hicieron uso de las armas de fuego durante el asalto al campamento saharaui ni durante la posterior represi¨®n de los disturbios ocurridos en la ciudad. La segunda, que los detenidos no fueron torturados.
"Cuando usted se vaya me van a llevar a la comisar¨ªa", dice Gachbar
El seguimiento al que la polic¨ªa somete a los informadores ha frustrado un encuentro cara a cara entre EL PA?S y Lasiri Salek. Como otros saharauis heridos en los sucesos de Agdaym Izik, ¨¦l permanece escondido. Ni siquiera se ha atrevido a acudir a un hospital. Por eso ha tenido que grabar un v¨ªdeo con sus declaraciones y hacerlo llegar a trav¨¦s de una persona de confianza. En la pantalla, Lasiri Salek, de 29 a?os, muestra los orificios de entrada y salida de la bala en su antebrazo izquierdo. Afirma que, junto a ¨¦l, fue herido de dos balazos, en un hombro y en una pierna, un amigo suyo cuyo nombre no quiere revelar. Tambi¨¦n asegura haber visto a una mujer tiroteada, cuya suerte desconoce. "Mucha gente en mi misma situaci¨®n se qued¨® tirada en el campamento", a?ade.
Ahmed Gachbar Baillal, de 38 a?os, s¨ª consiente en recibir a EL PA?S, a pesar de que tres polic¨ªas han seguido al periodista hasta la puerta de su casa. "Ya s¨¦ que cuando usted se vaya me van a interrogar en la comisar¨ªa, pero no tengo miedo", dice desde su silla de ruedas en su casa del barrio de Colominas Nueva.
Baillal, que tiene DNI espa?ol (n¨²mero 4539558700), explica que ocho polic¨ªas armados con metralletas lo detuvieron el d¨ªa 9 en su vivienda, le vendaron los ojos, le ataron las manos a la espalda y se lo llevaron en un coche. "No sab¨ªa d¨®nde estaba. O¨ªa a gente llorando y gritando a mi alrededor". Le pegaron con palos y con cinturones durante horas. "Hab¨ªa estado varias veces en Agdaym Izik y me preguntaban por toda mi vida", relata. El d¨ªa 10, un polic¨ªa le dio una patada entre los ri?ones y cay¨® al suelo.
"Les dije que no pod¨ªa caminar ni moverme, pero me contestaron: mu¨¦rete ah¨ª. Me quitaron la venda de los ojos. Entonces me di cuenta de que estaba en la comisar¨ªa que hay al lado de la wilaya [sede del Gobierno]. Cuatro polic¨ªas me cogieron de los brazos y de las piernas y me llevaron ante un funcionario de alto rango, que me orden¨® que me fuera. Insist¨ª en que no pod¨ªa moverme y le ped¨ª una ambulancia, pero ¨¦l me la neg¨®. Me dijo: '?Quieres salir? Nunca cuentes lo que ha pasado aqu¨ª, o de lo contrario te llevar¨¦ a un sitio en el que nunca ver¨¢s el sol'. Me dejaron tirado en una habitaci¨®n". La noche del 11, el funcionario volvi¨®. "Si no caminas, no sales de aqu¨ª", le dijo. ?l le pidi¨® que dos personas le sacaran de la comisar¨ªa y lo metieran en un taxi. De ese modo lleg¨® a la puerta de su casa.
"Mi hermano me traslad¨® al hospital Ben Mehdi, pero la polic¨ªa no me dej¨® entrar", asegura. Al d¨ªa siguiente volvi¨® al centro m¨¦dico, pero una doctora le dijo que las m¨¢quinas de radiolog¨ªa no funcionaban. Su familia decidi¨® entonces llevarlo a un m¨¦dico particular, que le hizo una placa y le dijo que ten¨ªa lesionada la zona lumbar. "Dice que no puedo moverme en un mes. Luego se ver¨¢".
No son estos los ¨²nicos testimonios que contradicen la versi¨®n oficial marroqu¨ª de los sucesos de El Aai¨²n. Baghia, una mujer de 40 a?os hermana de un activista independentista que se halla en prisi¨®n desde hace a?os, asegura que a las ocho de la ma?ana del d¨ªa 8, cuando solo hac¨ªa dos horas que hab¨ªa comenzado el desalojo de Agdaym Izik y a¨²n faltaban otras dos para que se iniciaran los disturbios en la ciudad, varios gendarmes y polic¨ªas echaron abajo a patadas la puerta de su casa. "Recuerdo la hora porque estaba dando de desayunar a mis hijos cuando entraron y comenzaron a destrozarlo todo", dice se?alando los estragos en el que fue su hogar. "Entraron en las casas de los saharauis como entraron en el campamento".
M¨¢s informaci¨®n en la p¨¢gina 11
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