Marran¨®n, Primo y Salamero
He seguido la campa?a catalana. Los distintos candidatos parec¨ªan estar representando papeles en una farsa: como en una novela de Eduardo Mendoza.
Alguno ha prestado su imagen para un videojuego: caza inmigrantes e independentistas. Otro postulante ha culpado a Madrid y a Andaluc¨ªa, esa regi¨®n tan salerosa. ?De qu¨¦? De juerga fiscal: vamos, que all¨ª no paga ni Dios, indicaba muy castizamente. En otra grabaci¨®n, las juventudes de un partido muestran a un espa?ol robando, porque de esa nacionalidad ha de ser quien va envuelto en una bandera rojigualda. Son cosas de villanos, que nos hurtan, que se quedan con los honestos beneficios de nuestras empresas. Aunque, en realidad, en dicha cu?a propagand¨ªstica el malvado espa?ol es un ladr¨®n humilde, pues se dedica al pillaje con intimidaci¨®n: vamos, que solo le quita la cartera al honrado catal¨¢n. Paremos el expolio, subrayan los autores.
En otro v¨ªdeo, un partido que denuncia el oasis catal¨¢n, esa colusi¨®n nacionalista de intereses antiespa?oles, saca desnudos a los figurantes: como si de un ad¨¢nico gesto se tratara. Ellos, los candidatos, no tienen nada que ocultar. Aunque, ahora que lo pienso, esas personas no nos muestran las partes pudendas: son como Ad¨¢n y Eva pero tras haber pecado, ya que se cubren sus verg¨¹enzas. Como verg¨¹enza da una actriz porno contratada por un osado candidato. La muchacha parece cantar un rap incitante al tiempo que nos muestra su cuerpo. Se frota con una senyera estelada mientras pronuncia el nombre de su tiarr¨®n. La verdad es que entona mal, mec¨¢nicamente, de manera rutinaria. En cambio, en otro v¨ªdeo la joven votante que acude a las urnas para depositar su sufragio vive una feliz experiencia. Vota con convicci¨®n, con tanta..., que la chica no puede reprimir espasmos placenteros.
Acabo de leer Ri?a de gatos. Madrid 1936, la nueva novela de Eduardo Mendoza. En vez de estar ambientada en Barcelona, que es la localizaci¨®n habitual de sus obras, la ficci¨®n ocurre en la Villa y Corte. Esta novela, una obra muy seria, tiene momentos desternillantes, con pasajes de follet¨ªn, de comedia de enredo, como un sainete. ?Cu¨¢les? Ah, l¨¦anla. Los personajes, seg¨²n es habitual en Mendoza, est¨¢n bautizados con nombres chistosos: Gumersindo Marran¨®n, Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera, ?lvaro del Valle Salamero.
Lo que ahora propongo al gran autor es una nueva ubicaci¨®n para su pr¨®xima obra: que nos regale a los valencianos una novela ambientada en nuestra capital, con sus Torres de Serranos y su Plaza del Caudillo. ?No vamos a ser menos que catalanes y madrile?os! Disponemos de personajes de ¨®pera bufa, con sus nombres y sobrenombres: aqu¨ª y ahora tambi¨¦n tenemos marranones y salameros y adem¨¢s pecamos de primos. ?A qui¨¦nes me refiero? No me tiren de la lengua.
http://justoserna.wordpress.com
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