"Yo me he sentido un personaje de Antonioni"

Enrica Fico Antonioni sigue firmando con los dos apellidos, el suyo y el de su marido, a pesar de que al gran cineasta Michelangelo Antonioni no le gustaba. "?l quer¨ªa que fuera Enrica Antonioni", dice. La firma refleja fielmente c¨®mo se siente despu¨¦s de 36 a?os de vida en com¨²n: "Yo soy el 50% Antonioni". Cuando se conocieron ella era una chica bonita, de enormes ojos azules, reci¨¦n salida del instituto; ¨¦l era un c¨¦lebre director de cine 42 a?os mayor. No se separaron hasta la muerte de Antonioni en 2007.

Enrica no quiere hablar de efecto Pigmali¨®n ni de subordinaci¨®n a su marido. "Nos gustaba la misma m¨²sica, los mismos libros, yo no sent¨ªa la diferencia de edad", recuerda. "A su lado aprend¨ª que amar significa vivir juntos todos los aspectos de la vida. Me sent¨ªa a su mismo nivel como ser humano". Dice que nunca se sinti¨® anulada por la personalidad de su marido. "Si el hombre al que te unes con 18 a?os se llama Antonioni, merece la pena vivir a su sombra". A los dos les gustaba comer bien y reunirse con unos pocos amigos alrededor de la mesa. Ella se inclina por la cocina tradicional, el pescado y el vino tinto, pero no pone pegas a la elecci¨®n del restaurante. Y mientras saborea las cocochas que acompa?an a su plato de merluza defiende el movimiento Le Fooding, la combinaci¨®n food (comida) y feelings (sentimientos) que eleva la necesidad de comer a la altura de una experiencia espiritual. "En Roma, con Le Fooding por 25 euros participamos en un evento en el que disfrutas de platos de alto nivel, de m¨²sica, de teatro, de poes¨ªa". Cualquier encuentro acompa?ado de buena comida, reconoce, es bien recibido; si la conversaci¨®n en la mesa gira alrededor de su marido, a Enrica le falta tiempo para aceptar.

La viuda del director de cine se dedica a difundir la obra de su marido

De Antonioni aprendi¨® que el cine era un camino para investigar al ser humano. "Toda su vida era un rodaje. El m¨¢s m¨ªnimo detalle de lo que ve¨ªa, sus sentimientos, su intuici¨®n, le serv¨ªa para sus pel¨ªculas. Se produc¨ªa una convergencia entre su existencia y las im¨¢genes. Yo me he sentido un personaje de Antonioni". El director sufri¨® un ictus que le priv¨® del habla en los ¨²ltimos 22 a?os de su vida. Paradojas de artista: "?l, que comunicaba la incomunicaci¨®n a trav¨¦s de sus personajes, se qued¨® sin palabras".

La p¨¦rdida de su marido hundi¨® a Enrica en un duelo de tres a?os. Ahora dice que ha vuelto a recordar c¨®mo era antes de conocerle. Su viaje a Bilbao es parte de su ocupaci¨®n m¨¢s importante: cuidar y difundir la obra de Antonioni. En Zinebi, el Festival Internacional de Cine Cortometraje y Documental de Bilbao, ha presentado un ciclo y un libro dedicados a sus documentales. "Los documentales y las pel¨ªculas de Michelangelo se sostienen sobre la misma filosof¨ªa", explica con el segundo caf¨¦ sobre la mesa. "Amaba los documentales porque hacerlos es m¨¢s sencillo. Se sent¨ªa m¨¢s libre". ?Ventajas? "No hay actores. Excepto los grandes, como Vanessa Redgrave, Jack Nicholson o Jeanne Moreau, eran un l¨ªmite para su trabajo".

Ahora tiene 59 a?os, la edad que tenia Antonioni cuando sus vidas se cruzaron. "Ya s¨¦ lo que Michelangelo sent¨ªa porque a m¨ª tambi¨¦n me gusta rodearme de gente joven", dice.