Un hombre de su tiempo, no del nuestro
Sim¨®n Bol¨ªvar, uno de los grandes libertadores americanos, fue un hombre de su tiempo, un hombre de la Ilustraci¨®n identificado con el per¨ªodo de las revoluciones atl¨¢nticas en que vivi¨®. Su sagacidad pol¨ªtica y capacidad militar le permitieron sobreponerse a los obst¨¢culos que imped¨ªan alcanzar sus objetivos, como romper los lazos que un¨ªan a las colonias con la metr¨®poli. Del mismo modo, la coyuntura en la que actu¨® le impidi¨® alcanzar otros, como reunificar en un proyecto com¨²n los trozos del viejo tronco imperial que saltaron por los aires tras las independencias.
El historiador John Lynch, con esa aproximaci¨®n libre de prejuicios propia de la historiograf¨ªa brit¨¢nica, ha escrito una de las mejores biograf¨ªas de Bol¨ªvar. Lynch muestra las dificultades para comprender al personaje y ubicarlo pol¨ªtica e ideol¨®gicamente, no solo por la complejidad de su pensamiento y acci¨®n, en un per¨ªodo convulso, sino tambi¨¦n por los intentos posteriores de manipular su memoria: "Para los historiadores liberales fue un luchador que combati¨® la tiran¨ªa. Los conservadores crearon a su alrededor un culto. Los marxistas lo rechazaron por considerarlo el l¨ªder de una revoluci¨®n burguesa. Inclusive hoy son muchos quienes quieren apropiarse de su pensamiento o reencarnarse en ¨¦l para justificar proyectos pol¨ªticos como la 'revoluci¨®n bolivariana' o el 'socialismo del siglo XXI".
Bol¨ªvar, el "padre de la patria", es venerado en Venezuela. Germ¨¢n Carrera Damas, en El culto a Bol¨ªvar, intent¨® comprender cu¨¢nto hay de verdadero y de falso en su mito. El 24 de julio de 1883, coincidiendo con el primer centenario de su nacimiento, comenz¨® esa obra de ingenier¨ªa pol¨ªtica que fue su ascensi¨®n a los altares patrios. Si bien hoy parece existir una gran unanimidad latinoamericana en torno suyo, incluso donde la influencia bolivariana fue pr¨¢cticamente nula, como M¨¦xico, Brasil o Argentina, esto no siempre fue as¨ª, comenzando por el enfrentamiento entre colombianos y venezolanos en su valoraci¨®n. Por eso Hugo Ch¨¢vez acusa a la "oligarqu¨ªa colombiana" de su asesinato.
Bol¨ªvar ha acaparado la atenci¨®n de historiadores, ensayistas y escritores. Como prueba, El general en su laberinto, de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. La obra de William Ospina debe verse en el contexto de la permanente b¨²squeda de un personaje polifac¨¦tico al cual se le pueden formular nuevas preguntas vinculadas a las acuciantes cuestiones presentes del escritor o historiador de turno. As¨ª vemos a un Bol¨ªvar precursor del socialismo del siglo XXI o de la unidad latinoamericana. Sin embargo, el mismo Bol¨ªvar escribi¨® en su Carta de Jamaica: "Inciertos sobre nuestro destino futuro, y amenazados por la anarqu¨ªa, a causa de un gobierno leg¨ªtimo, justo y liberal, nos precipitamos en el caos de la revoluci¨®n".
Tras el traslado de su archivo, presentado como una "obligaci¨®n del Estado Revolucionario" para garantizar "la memoria hist¨®rica de la Naci¨®n" y la reciente exhumaci¨®n de su cad¨¢ver para encontrar pruebas de su asesinato, ser¨ªa bueno que Bol¨ªvar, despu¨¦s de haber vivido sus cortos a?os de vida tan intensamente, descansara en paz, alejado del abundante ruido ideol¨®gico que lo rodea.
Carlos Malamud es catedr¨¢tico de Historia de Am¨¦rica en la UNED y autor de Populismos latinoamericanos (ediciones Nobel).
Babelia
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