Prohibido pintar grafitis... excepto dentro de la c¨¢rcel

Dos leyes distintas imperan a un lado y otro de los muros de la c¨¢rcel de Madrid II (Meco). Fuera, Esperanza Aguirre compara a los grafiteros con la kale borroka y promueve la Ley de Medidas Fiscales y Administrativas para 2011, en la que responsabiliza y penaliza a los padres de los j¨®venes de las pintadas y desperfectos que ocasionen sus hijos. Dentro de los muros de la prisi¨®n la cosa es bien distinta, y son los propios funcionarios y los educadores los que animan a los j¨®venes reclusos a coger el espray y pintar sus muros como un m¨¦todo educativo y terap¨¦utico. Curioso.

El m¨®dulo de Respeto de la c¨¢rcel de Alcal¨¢ Meco era ayer todo un escenario de arte urbano: botes de pintura en espray, escalera, chavales con sudaderas (con y sin capucha), zapatillas y vaqueros (con el tiro m¨¢s y menos bajo). Varios grafiteros madrile?os (Asier, Toro, Murphy, Guas, Kongui, Heos y Patron 7), algunos de los cuales han adquirido su fama caricaturizando a los pol¨ªticos en las paredes de la ciudad (www.desviados.com), trasladaban a la pared de hormig¨®n del patio dibujos que los internos han dise?ado en los ¨²ltimos meses en sus clases de dibujo, con la ayuda de algunos de los reclusos. ?Qu¨¦ dir¨ªa de esto la presidenta de la Comunidad de Madrid?

"Se trata de una actividad que est¨¢ planteada desde una perspectiva cognitivo conductual, de trabajo de emociones y de formaci¨®n profesional", explica el educador del m¨®dulo Fernando ?lvarez. "Toro es pintor de profesi¨®n y est¨¢ dando aqu¨ª un curso de pintura (de brocha gorda) de cara a que los chavales tengan una salida laboral; pero Toro tambi¨¦n es aficionado a pintar grafitis. Ambas cosas son compatibles: trabajo y aficiones. Es algo que tienen que aprender y Toro es un buen modelo para ellos", explica ?lvarez.

"Llevo dando cursos de pintura un tiempo en varios centros penitenciarios. Pintamos de todo: celdas, pasillos, salas... Ellos saben que hago grafiti y me pidieron que montara una actividad, habl¨¦ con Fernando, llam¨¦ a los colegas y aqu¨ª estamos, flipando", dice Toro.

La afici¨®n por el dibujo la introdujeron en el m¨®dulo Sayay y Munilla, dos j¨®venes de 20 y 18 a?os. Uno de Ecuador y otro de Espa?a. Ambos en prisi¨®n por delitos que no superan los tres a?os. "Todo fue gracias a don Antonio [el funcionario de prisiones del m¨®dulo 11, el de conflictivos], ¨¦l siempre estaba dibujando en la garita y se dio cuenta de que nos interesaba y se puso a ense?arnos en el comedor en las horas libres".

Hoy son 55 los j¨®venes del m¨®dulo de Respeto, el ¨²ltimo paso que existe hacia la reinserci¨®n detr¨¢s de esos muros que ven d¨ªa tras d¨ªa: "Yo pint¨¦ a esa chica copi¨¢ndola de una revista porque quer¨ªa levantarme por la ma?ana y acordarme de la m¨ªa o de mi madre, de esas mujeres que nos est¨¢n esperando fuera", dice Munilla.

El arte urbano se ha metido directamente en la c¨¢rcel, el sitio donde Yiyo y Fran (Periferia Sur) componen sus estrofas: "Hoy en esta letra no hay recuento funcionario / Aunque mi cuerpo est¨¢ aqu¨ª, mi mente y mi alma est¨¢n en el barrio".