Una historia del ruido

Teenage Fanclub llevan ya nueve ¨¢lbumes. El ¨²ltimo, Shadows, editado hace pocos meses, supone una vuelta a sus or¨ªgenes, con joyas como Baby Lee, que podr¨ªan haber firmado en los noventa. Sorprende que los fundadores Norman Blake, Gerard Love y Raymond McGingley se hayan mantenido desde el principio, en 1989. Los tres son compositores y cantantes de sus propios temas. Las canciones firmadas entre dos o m¨¢s se cuentan con los dedos de una mano. "Yo no lo veo como algo malo. Ser¨ªa muy duro que toda la responsabilidad de componer recayera siempre sobre la misma persona. Somos amigos, si no no estar¨ªamos aqu¨ª", dice Norman Blake, desde Malmoe, Suecia, d¨ªas antes de visitar Madrid para su concierto del Primavera Club.

"Hay canciones de las que no podemos escapar. Y tampoco queremos hacerlo"

Escoc¨¦s de Glasgow, con 45 a?os reci¨¦n cumplidos, hace seis meses que se mud¨® a vivir a Canad¨¢ con su mujer y su hija de 11 a?os. "Mi esposa es de aqu¨ª y yo quer¨ªa probar algo nuevo. Ahora con Internet es f¨¢cil estar en contacto con el resto de la banda desde cualquier sitio. Por lo dem¨¢s, estar en el grupo hoy es como al principio. Bueno, tomamos menos alcohol, pero ya no tenemos 20 a?os".

En las fotos de los primeros noventa aparecen sonrientes y melenudos. Fueron el primer grupo brit¨¢nico alternativo que desembarc¨® en Estados Unidos cuando se empezaba a hablar de algo llamado grunge. Su sonido combinaba el ruido con las melod¨ªas. La fuerza con los juegos vocales de bandas como Big Star o The Byrds. As¨ª que les acogieron con aut¨¦ntica pasi¨®n. Su tercer disco, Bandwagonesque, fue elegido por Spin, entonces la biblia alternativa, como el mejor de 1991, batiendo nada menos que al Nevermind de Nirvana. "Creo que ya se puede contar: el t¨ªo que editaba esa parte de la revista hab¨ªa sido bater¨ªa de Orange Juice

[otro famoso grupo de Glasgow, cuyo l¨ªder, Edwyn Collins, act¨²a tambi¨¦n hoy en el Primavera Club], as¨ª que creo que nos estaba haciendo un favor".

Kurt Cobain era uno de sus mayores defensores y se los llev¨® de teloneros por Europa en una gira que pas¨® por Espa?a. "Tuvimos la suerte de empezar a tocar con ellos pocos meses antes de que se desatase la locura. Est¨¢bamos siempre juntos, nos conocimos bien y vimos la evoluci¨®n de banda normal a tener de repente a cientos de chavales golpeando el autob¨²s. Tengo muy buenos recuerdos porque fuimos parte y al tiempo ¨¦ramos meros espectadores".

Hoy son una banda con p¨²blico suficiente para que esta gira mundial funcione bien en Nueva Zelanda, en Jap¨®n, Noruega o Espa?a. Un directo que recorre toda su carrera. "A estas alturas hay canciones de las que no puedes escapar. Y tampoco tenemos ning¨²n inter¨¦s en hacerlo".