Porsche juega en el casino
Los ejecutivos de la firma alemana de deportivos trataron de apoderarse del gigante Volkswagen especulando en bolsa con las acciones, con riesgos para ambas compa?¨ªas
Hay veces que Wendelin Wiedeking transmite mucha tranquilidad. Ocurre, por ejemplo, cuando al anterior jefe de Porsche le llevan a sus antiguos dominios de Stuttgart Zuffenhausen... aunque no como antes, con su ch¨®fer y en un Porsche Cayenne, sino en un tranv¨ªa de la l¨ªnea 6 de Stuttgart conducido por un empleado de la empresa municipal de transportes.
Wiedeking tiene una cita en el restaurante Christophorus del Museo Porsche, donde, es fama, se sirven los mejores bistecs de la ciudad. Como m¨¢ximo responsable de Porsche, Wiedeking prob¨® en Nueva York bistecs de una calidad que no conoc¨ªa en Alemania. Parece que el secreto est¨¢ en hornos especiales que se calientan a m¨¢s de 700 grados y que cierran los poros de la carne en cuesti¨®n de segundos. As¨ª que import¨® de EE UU el horno para el restaurante de Porsche. ?Por qu¨¦ iba a tener que dejar de disfrutar de los bistecs ahora, una vez desalojado de su cargo el hombre a quien se atribuye la legendaria ascensi¨®n de Porsche y la no menos espectacular ca¨ªda de la empresa?
Existe la sospecha de que los directivos de Porsche manipularon los valores burs¨¢tiles para quedarse con Volswagen
La ca¨ªda de Lehmann Brothers, en 2008, cambi¨® las reglas del juego. El valor de las acciones cay¨® en picado
Durante muchos tiempo la firma de coches deportivos gan¨® m¨¢s especulando en Bolsa que vendiendo veh¨ªculos
Porsche vendi¨® a los bancos 60,7 millones de opciones de venta. Al caer 50 euros la acci¨®n de VW su deuda se dispar¨®
En Alemania, la fiscal¨ªa de Stuttgart mantiene abierto un procedimiento contra ¨¦l y contra el antiguo responsable de finanzas de Porsche, Holger H?rter. En EE UU, varios fondos de inversi¨®n se han querellado contra ¨¦l. Se acusa a estos dos ejecutivos de haber manipulado los valores burs¨¢tiles cuando intentaron el asalto al gigante automovil¨ªstico Volkswagen usando como base a Porsche.
Cuando se saca el tema, Wiedeking pierde la tranquilidad. Sus abogados, afirma, no le permiten hablar. As¨ª que guarda silencio y no le queda otra que aceptar que el director financiero, H?rter, y ¨¦l mismo sean presentados a la opini¨®n p¨²blica como dos figuras siniestras que, en solitario, quisieron hacerse con el control del mayor consorcio automovil¨ªstico europeo, arrastrando a una serie de turbulencias a Porsche, a VW y a toda la Bolsa alemana.
Pero cuanto m¨¢s dura el proceso, m¨¢s clara queda una cosa: Wiedeking y H?rter no son los ¨²nicos altos ejecutivos sobre los que pende un ep¨ªlogo jur¨ªdico. Est¨¢ en juego la seguridad econ¨®mica de Porsche, que probablemente tenga que pagar indemnizaciones por valor de miles de millones de euros. Est¨¢ en juego incluso el futuro del consorcio Volkswagen. Si Porsche no est¨¢ en condiciones de aportar las eventuales indemnizaciones, la empresa tendr¨ªa que vender parte de sus acciones en VW. En este momento conservan a¨²n el 50,7% de las acciones con derecho a voto, con un valor en el mercado de 16.000 millones de euros. Esta participaci¨®n en VW podr¨ªa caer entonces en manos de los tiburones financieros o de competidores chinos.
Por eso, incluso el actual presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn, o el del comit¨¦ de empresa, Bernd Osterloh, que antes estaban entre los m¨¢s irreconciliables enemigos de Wiedeking, conf¨ªan en que las actuaciones abiertas contra el anterior responsable m¨¢ximo de Porsche lleguen a un punto muerto. Pero, de momento, no parece que vaya a ocurrir eso. Todo lo contrario.
La fiscal¨ªa de Stuttgart ha encontrado indicios de que Porsche ha infringido la ley del mercado de valores y ha manipulado fraudulentamente el precio de las acciones de VW. Seg¨²n opinan algunos de los implicados en el proceso, el fiscal jefe, Hans Richter, presentar¨¢ una demanda contra Wiedeking y H?rter.
Una sentencia contra los ex directivos ser¨ªa la base sobre la que se presentar¨ªan las reclamaciones de indemnizaci¨®n contra Porsche. Y para tener una idea de las cifras que se manejan, consid¨¦rense los dos procedimientos de arbitraje en los que los afectados est¨¢n tratando de llegar a un acuerdo extrajudicial con Porsche y VW: en el primero, Deka Investment y otros dos fondos de inversi¨®n reclaman a Porsche 2.100 millones de euros; en el segundo, el bufete CLLB pide a VW 2.400 millones de euros.
Tambi¨¦n pende sobre las empresas la amenaza de otro procedimiento en Nueva York, donde 35 fondos de inversi¨®n exigen a Porsche al menos 2.000 millones de d¨®lares por da?os y perjuicios. Entretanto, otros siete fondos de inversi¨®n se han sumado a la querella. El juez decidir¨¢ el 17 de enero pr¨®ximo si la admite a tr¨¢mite.
A esto se a?ade que Mark Binz, abogado especializado en derecho societario, ha pedido, por cuenta de Deka Investment, que se haga una auditor¨ªa especial a Porsche. Se pretende investigar sus operaciones burs¨¢tiles y la liquidaci¨®n que recibieron Wiedeking y H?rter, de 71 millones de euros.
A¨²n se trata ¨²nicamente de querellas: no hay ni procedimientos judiciales ni sentencias. Sin embargo, VW se toma tan en serio las actuaciones que la empresa ha aplazado la prevista fusi¨®n con Porsche. Y Porsche, por su parte, teme que los accionistas conviertan la pr¨®xima junta general del 30 de noviembre en el escenario de un ajuste de cuentas y rechacen la ampliaci¨®n de capital planeada.
Hay motivos sobrados para plantear preguntas cr¨ªticas. Las investigaciones de la fiscal¨ªa y de otras partes implicadas muestran c¨®mo Wiedeking y H?rter transformaron la peque?a empresa de autom¨®viles deportivos en un gigantesco casino. En el plazo de solo un a?o se realizaron operaciones con acciones de las que se obtuvieron beneficios de 50.000 millones de euros, eclipsados por otros negocios burs¨¢tiles que originaron p¨¦rdidas de una cuant¨ªa similar. En aquel periodo, el negocio automovil¨ªstico qued¨® completamente relegado a un segundo plano.
El cerebro de Porsche era el director financiero, H?rter, un hombre de maneras suaves. "En el fondo es muy sencillo", sol¨ªa decir, con una sonrisa, cuando explicaba el entramado de la operaci¨®n para hacerse con VW: "Se trata de opciones de venta y opciones de compra respaldadas con efectivo". Ambos instrumentos financieros fueron, en principio, apuestas que bancos y Porsche cruzaron sobre el valor de VW. De forma muy simplificada, la cosa funcionaba as¨ª: Porsche adquir¨ªa opciones de compra. En ellas se fijaba un precio base para la acci¨®n de VW. Si la acci¨®n superaba ese precio, los bancos deb¨ªan aportar a Porsche la diferencia. De este modo, Porsche aseguraba su posici¨®n frente a eventuales repuntes de la acci¨®n de Volkswagen que le habr¨ªan dificultado la toma de control de la empresa.
Por otro lado, Porsche vend¨ªa opciones de venta a los bancos. Tambi¨¦n en ellas se fijaba un suelo para las acciones de VW. Si la acci¨®n ca¨ªa por debajo de ese l¨ªmite, Porsche deb¨ªa abonar a los bancos la diferencia. Eso respaldaba a los bancos contra una posible ca¨ªda de la cotizaci¨®n de VW.
Desde el punto de vista de Porsche, la operaci¨®n no entra?aba, aparentemente, riesgo alguno. El peligro de que la acci¨®n de VW se desplomara y Porsche tuviera que desembolsar grandes cantidades de dinero en beneficio de los bancos, sus socios en la apuesta, parec¨ªa despreciable. Desde que entr¨® en el accionariado de VW, en septiembre de 2005, Porsche hab¨ªa seguido aumentado su participaci¨®n en la empresa de forma continuada. La expectativa era que la cotizaci¨®n de VW se mantuviera al alza. Y, de hecho, eso fue lo que ocurri¨®.
En un principio, Porsche pretend¨ªa hacerse con una participaci¨®n del 20%, que posteriormente aumentar¨ªa a m¨¢s del 30%, para terminar superando el 50%. Durante mucho tiempo, el peque?o constructor de autom¨®viles estuvo ganando m¨¢s dinero con sus especulaciones burs¨¢tiles que con la venta de sus veh¨ªculos deportivos.
Un informe hasta ahora secreto del bufete Freshfields Bruckhaus Deringer, que lleva la defensa de Porsche frente a varias querellas, pone de manifiesto el alcance de estas operaciones. El multimillonario juego empez¨® en el a?o 2005 con cifras manejables. Porsche invirti¨® en torno a 510 millones de euros en opciones. Sin embargo, en a?os consecutivos la apuesta fue aumentando.
Evidentemente, el consejo de administraci¨®n, encabezado por Wolfgang Porsche, conoc¨ªa el tejemaneje burs¨¢til. Sin embargo, nadie par¨® los pies a Wiedeking y H?rter. ?Por qu¨¦? Aparentemente, las cosas iban como la seda. En cualquier caso, las operaciones burs¨¢tiles terminaron alcanzando un volumen tal que, en opini¨®n del abogado Binz, pon¨ªan en peligro la propia existencia de Porsche, y el consejo de administraci¨®n deber¨ªa haber intervenido.
El hecho es que en el ejercicio 2008-2009 la firma desembols¨® en opciones sobre acciones la vertiginosa suma de 56.100 millones de euros. Esa cifra supera lo que el fabricante ingres¨® por la venta de sus coches deportivos a lo largo de los 10 a?os precedentes. Y, adem¨¢s, los beneficios de las operaciones con opciones, 53.700 millones de euros, no compensaban las gigantescas inversiones financieras. La empresa arroj¨® unas p¨¦rdidas antes de impuestos de 2.400 millones de euros.
Sin embargo, el grandioso plan podr¨ªa haberse mantenido. Bastaba con que las cosas hubieran seguido como hasta entonces: los bancos ten¨ªan que seguir financiando las operaciones burs¨¢tiles de Porsche y la acci¨®n de VW no pod¨ªa desplomarse. El plan no preve¨ªa que ninguna crisis financiera asolara los mercados financieros globales.
El 15 de septiembre de 2008, fecha en la que quebr¨® Lehman Brothers, cambiaron las reglas del juego. En las semanas siguientes cay¨® la cotizaci¨®n de la pr¨¢ctica totalidad de las empresas, incluida VW. Del 17 al 24 de octubre, su acci¨®n se desplom¨® de 360 a 209 euros. La ca¨ªda, que jam¨¢s hubieran previsto, se hab¨ªa producido de repente. La apuesta, supuestamente segura, se convirti¨® de forma s¨²bita en un riesgo mortal.
Porsche hab¨ªa vendido a los bancos 60,7 millones de opciones de venta. Si la acci¨®n de VW hubiera ca¨ªdo tan solo 20 euros por debajo del suelo de la opci¨®n, Porsche habr¨ªa tenido que desembolsar 1.200 millones de euros. Con una ca¨ªda de 50, eran ya 3.000 millones lo que deb¨ªa a los bancos.
La acci¨®n dio un respiro a Porsche durante algunos d¨ªas. Durante alg¨²n tiempo, las acciones de VW se dispararon, para terminar oscilando entre 200 y 300 euros. El socio financiero de Porsche, el Maple Bank, se ocup¨®, seg¨²n considera la fiscal¨ªa, de que el valor se mantuviera en esa horquilla. Se sospecha que manipularon a su conveniencia el precio de las acciones. No era tan dif¨ªcil: Porsche y los bancos ten¨ªan acceso a casi el 75% de las acciones de VW con derecho a voto. El Gobierno de la Baja Sajonia ten¨ªa otro 20,1%: apenas un 5% del capital de la empresa flotaba libremente en el mercado. La venta o la compra de unas pocas acciones bastaban para mover en uno u otro sentido su cotizaci¨®n.
El 7 de mayo de 2009, por ejemplo, a la apertura del mercado la cotizaci¨®n de VW hab¨ªa ca¨ªdo claramente y a las 9.02 estaba en su punto m¨¢s bajo: 222,11 euros. Maple Bank compr¨® una cantidad considerablemente superior a las 100.000 acciones de VW. La cotizaci¨®n se dispar¨® y a las 10.35 ya estaba en 229 euros: un alza del 3%.
Ahora se est¨¢ investigando si en aquellos momentos Porsche a¨²n estaba en condiciones financieras de alcanzar una participaci¨®n de tres cuartas partes en Volkswagen. Si no es as¨ª, habr¨ªa enga?ado a sabiendas a los accionistas. Porsche remite a un dictamen del jurista Joachim Vogel seg¨²n el cual "no hay motivos fundados" para considerar sancionable la actuaci¨®n de Porsche "desde el punto de vista de la legislaci¨®n financiera o penal". El Maple Bank insiste en que sus operaciones siempre se llevan a cabo "en conformidad con todas las normas legales". Los abogados de Wiedeking y H?rter no quieren hacer declaraciones sobre la situaci¨®n de las actuaciones legales.
Wiedeking no puede admitir que ha quebrantado ley alguna. Pero quiz¨¢ en estos momentos est¨¦ arrepinti¨¦ndose de alguna de las frases que lanz¨® en los momentos de exaltaci¨®n del asalto a VW, como cuando afirm¨®: "Algo podemos ense?arle a m¨¢s de un fondo de inversi¨®n".
? Der Spiegel Traducci¨®n de Jes¨²s Albor¨¦s Rey
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