Una oculista y su sirvienta mueren asfixiadas por un fallo en la caldera de gas
Otra asistenta del matrimonio, que tambi¨¦n inhal¨® el gas, logr¨® sobrevivir
La muerte dulce viaj¨® hasta uno de los barrios m¨¢s exclusivos de Madrid. La oftalm¨®loga M¨®nica Juan Madinabeitia y una asistenta dom¨¦stica, una ecuatoriana llamada Sandra Patricia, murieron ayer por la ma?ana tras inhalar el mon¨®xido de carbono que produjo la caldera de su vivienda, situada en el Parque del Conde de Orgaz, un lugar pr¨®ximo a la calle de Arturo Soria. Otra empleada del hogar tambi¨¦n result¨® intoxicada por este veneno que no huele y adormece a sus v¨ªctimas, pero finalmente logr¨® salvar la vida.
A primera hora de la ma?ana, sobre las siete, una de las asistentas se encontr¨® a la otra inconsciente y tirada en el suelo de la casa, seg¨²n confirmaron diversas fuentes. La empleada subi¨® las escaleras del chal¨¦ para avisar al matrimonio, que se encontraba en su habitaci¨®n. M¨®nica Juan baj¨® con ella a ver qu¨¦ ocurr¨ªa. El marido, el tambi¨¦n oftalm¨®logo Jos¨¦ Mar¨ªa Bernab¨¦u, acudi¨® pasados unos minutos y se encontr¨® a las tres mujeres desmayadas. Sali¨® de la estancia siendo consciente de que se trataba de un escape de gas y llam¨® de inmediato al servicio de emergencias. El matrimonio Bernab¨¦u Juan llevaba muchos a?os dedicado al tratamiento de las enfermedades oculares. Pose¨ªa su propia cl¨ªnica de oftalmolog¨ªa y practicaba operaciones quir¨²rgicas en la cl¨ªnica Ruber. El accidente que le ha costado la vida a la mujer, de 55 a?os, y a una de sus empleadas, de 35, se produjo por un fallo en la caldera que dio lugar a la salida del veneno, seg¨²n las primeras investigaciones.El 112 recibi¨® la llamada del doctor Bernab¨¦u sobre las 7.30. Hasta el chal¨¦ se desplazaron los bomberos del Ayuntamiento de Madrid, dos UVI m¨®viles del Summa y agentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa y de la Polic¨ªa Municipal. El despliegue despert¨® a todo el vecindario, que a esas horas a¨²n dorm¨ªa. Nada m¨¢s llegar, los bomberos revisaron la caldera y comprobaron que su mala combusti¨®n hab¨ªa generado niveles mortales de mon¨®xido de carbono. Despu¨¦s abrieron todas las ventanas para ventilar lo antes posible el chal¨¦.
La pareja ten¨ªa una cl¨ªnica de oftalmolog¨ªa en el centro de Madrid
La Comunidad aconseja revisar las instalaciones de gas cada cuatro a?os
Los m¨¦dicos encontraron muerta a Sandra Patricia, la primera en fallecer envenenada. M¨®nica Juan, sin embargo, a¨²n estaba con vida y la trasladaron de inmediato al Hospital Cl¨ªnico. Muri¨® nada m¨¢s ingresar.
A la inhalaci¨®n de mon¨®xido de carbono se le conoce como la muerte dulce porque no da sensaci¨®n de ahogo ni asfixia, y se dice que quien la sufre en ocasiones ni siquiera se da cuenta de lo que ocurre. El gas que mat¨® a las dos mujeres, a medida que va aumentando su concentraci¨®n en un lugar cerrado, produce alucinaciones y rigidez. M¨¢s tarde ataca al coraz¨®n y al sistema nervioso central. La muerte se puede producir por falta de ox¨ªgeno, inhibici¨®n de la contracci¨®n cardiaca o depresi¨®n respiratoria.
Una de las asistentas, sin embargo, logr¨® sobrevivir. Los sanitarios la encontraron en estado cr¨ªtico e intentaron reanimarla. Fue trasladada al Cl¨ªnico, donde ingres¨® en la UVI y consiguieron estabilizarla. A ¨²ltima hora de ayer no se tem¨ªa por su vida.
El matrimonio de oftalm¨®logos hab¨ªa abierto una cl¨ªnica en 1991 en el n¨²mero 10 de la calle de Doctor Castelo, cerca del parque del Retiro. Practicaba, adem¨¢s, operaciones en la cl¨ªnica Ruber de la calle de Juan Bravo. Una portavoz del hospital privado mostr¨® ayer por la tarde su pesar por la tragedia y asegur¨® que los responsables del centro acababan de conocer lo ocurrido.
El barrio donde se produjo el accidente era un ir y venir de amigos y familiares del matrimonio, que tiene cinco hijos. Las viviendas estaban llenas de c¨¢maras de seguridad y los coches de gran cilindrada se dejaban ver a cada rato. El chal¨¦ de la familia se encuentra a una decena de metros de la Embajada de la Rep¨²blica de Kazajist¨¢n. Los amigos de los hijos se agolpaban a mediod¨ªa en la puerta impactados por lo ocurrido. "Estaba en mi casa de campo cuando me han llamado para cont¨¢rmelo, no me puedo creer lo que ha pasado", dec¨ªa una vecina mientras aparcaba un Porsche en el garaje. La empleada de hogar de una mansi¨®n cercana comentaba: "Es gente muy buena. A m¨ª me operaron de cataratas y me hab¨ªan implantado una lente intraocular sin cobrarme nada. Tengo mucho que agradecerles".
Por la tarde, el doctor Bernab¨¦u no paraba de recibir llamadas a su m¨®vil. "No quiero hablar, ha sido muy duro", dijo al otro lado del tel¨¦fono. Sus hijos tampoco quisieron hacer declaraciones y pidieron que se respetase la intimidad de la familia. Se les ve¨ªa muy afectados cada vez que sal¨ªan a recibir alguna visita.
El mon¨®xido de carbono es muy t¨®xico y es una de las causas m¨¢s comunes de envenenamiento por aparatos de combusti¨®n que funcionan mal, ya sean las estufas modernas o los antiguos braseros. Una concentraci¨®n del 1% en el aire suele ser mortal. Los primeros s¨ªntomas (dolor de cabeza, n¨¢useas y fatiga) aparecen con concentraciones muy bajas; las personas que lo inhalan pueden perder el conocimiento. El veneno es incoloro e inodoro y puede matar en tan solo una hora. Seg¨²n algunos expertos, la v¨ªctima no puede reaccionar aunque sepa que est¨¢ sufriendo un envenenamiento porque el gas produce par¨¢lisis en las piernas.
La Comunidad de Madrid, tras la tragedia, envi¨® un comunicado recomendando a los ciudadanos que revisen las instalaciones de gas cada cuatro a?os, comprueben que el color de la llama es azul y no amarillo y que no tapen las rejillas de ventilaci¨®n. La muerte dulce, la misma que acab¨® con la vida de la oftalm¨®loga y la asistenta, llega sin avisar.
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